El día que nos salió una segunda piel
Es una fracción de segundo que te cambia la vida para siempre. Porque mi hijo Martín, nuestro entorno y yo no somos los mismos desde el 27 de octubre de 2013. Ese día, Martín de dos años y siete meses, se quemó gravemente con agua casi hervida. El 30% de su cuerpo chiquito se convirtió, de golpe, en algo que ni en nuestros peores sueños pudimos imaginar. Y más allá de que la piel se lastime, se desfigure, se vean partes del cuerpo que no conocíamos y el dolor sea tremendo, hay también secuelas emocionales que no se van más y con las que hay que aprender a vivir para siempre.
Y hoy 27 de abril y en el marco del Día Nacional de la Prevención de Quemaduras en Niñas, Niños y Adolescentes, te cuento que, aunque pienses que las personas quemadas son parte de una realidad ajena a tu vida, este tipo de accidentes existen y nadie está exento. NADIE.
Cuando en mi familia Martín se quemó, nos quemamos todos y también, desde ese día nos salió una “segunda piel”: de conciencia, resiliencia y aprendizaje. Las marcas que Martín lleva en su piel, las llevamos todos en el cerebro y el corazón.
En Yucatán, el IMSS nos comparte que las quemaduras con líquido hirviendo como: café, caldos, agua y hasta aceite son de los principales casos de consulta en menores de edad que se registran en los servicios de Urgencias, por eso hay que extremar los cuidados:
• Verificar la temperatura del agua con la que se bañarán las infancias.
• No dejarlos en la cocina sin supervisión, sobre todo cuando hay alimentos calientes, en el horno o . estufa, los mangos de la sartén, cacerolas no deben sobresalir del mueble, utilizar tapas para evitar salpicaduras.
• No dejar a menores utilizar aparatos electrónicos mientras se recargan.
• Evitar tener al alcance de las infancias planchas en funcionamiento, encendedores, cerillos y velas encendidas.
• Ante una quemadura, evitar el contacto de la herida con cualquier tipo de tela.
• Aplicar bajo indicaciones de un especialista todo medicamento o pomada.
• Mantener SIEMPRE los alimentos y bebidas calientes retiradas de la orilla de la mesa.
Urge que la prevención empiece en casa y que hablemos más del tema: en las escuelas, en los trabajos, en las instituciones públicas y privadas. En todo México, la Fundación Michou y Mau trabaja desde hace décadas para brindar atención integral a las infancias y adolescencias que sufren quemaduras. Desde esta amorosa institución, han apoyado a infancias de Yucatán con quemaduras graves para que fueran atendidos en el Hospital Shriners, en Galveston, Texas, EU.
Y Ojalá que el nuevo Hospital O’Horán cuente con un área más especializada para nenés quemados. Compartan esta nota, si pueden.-Cecilia García Olivieri.
(La ilustración de portada es de Pablo Bernasconi y desde que la vi hace años -es portada de su libro “La verdadera explicación”-, pensé en mi hijo Martín, su quemadura y nuestra segunda piel. Por cierto, el libro es muy bueno).
