Éxito rotundo el Festival Ta’Kan y con el visto bueno de la Unesco
Adentrarse a un verde profundo, invasivo, que come cominos. Es que por estos rumbos de Yucatán y en pleno agosto, llegar a Halachó es perderse en vegetación que se eleva del ras del piso y hace cómo montañas chiquitas, en un monte que de piedra no tiene nada. Y hoy…