Ya es ley
La tercera es la vencida… Y lo fue. Después de dos intentos fallidos de lograr que el matrimonio igualitario sea un derecho para quienes viven en Yucatán, esta legislatura a punto de decir adiós dio el sí. Con 20 votos a favor y 5 en contra, los diputados y diputadas yucatecos hicieron de la “unión entre dos personas” una realidad en el estado y de esta forma respetaron obligaciones, derechos y beneficios para las y los cónyuges que se casen en unión civil. Bravo:
Bastaban que cambiaran unas palabras en el artículo 94 de la Constitución del Estado de Yucatán y mutó el significado de mucho… De todo. Porque hoy y después de dos intentos fallidos de votación, el matrimonio ya no es entre un “hombre y una mujer”, sino “entre dos personas”. Eso le da legalidad al matrimonio igualitario en nuestro estado. Sólo resta que esta modificación entre en vigencia en el Código de Familia.
Hubo 20 votos a favor y cinco en contra por parte del pleno de legisladores yucatecos. Realmente a nosotros no nos importa tanto hoy quiénes votaron en contra, sino quienes legitimaron derechos para la diversidad LGBT+.
Los diputados a favor que pasaron a levantar la voz (ninguno lo hizo en contra de la iniciativa de ley) hablaron de necesidad de certeza jurídica, libre albedrío, igualdad de derechos, respeto y una diputada –Milagros Romero- dijo una frase definitiva: “Esta ley no engendra ningún mal”. Y la remató con un poema de la escritora española Magdalena Sánchez Blesa que dice:
“¿Qué no entiendes de mí?, ¿qué te perturba?, ¿qué te amenaza? ¿Y qué te molesta?, ¿qué interés tienes de que sea quien quieres?, ¿qué daño te hago yo con ser quien quiera?, ¿qué perdidas supone en tu inventario?, ¿qué me enamore de quien me parezca?, ¿qué ganancia le sacas a que haga la vida que tú quieras?, hoy voy a izar al cielo todos los colores de mi bandera y viviré mi vida, no la tuya, ¿qué esperabas de mí?, ¿qué me rindiera?”
Apenas la votación general fue a favor, se escucharon los gritos de felicidad de personas afuera del Congreso, quienes seguían la transmisión en vivo desde redes sociales. Fue impactante cruzarnos con ellos porque, más allá de la felicidad, notamos una euforia contenida, limitada, como si esta realidad fuese un hecho… Pero no. Platicando con César Briceño, quien vino a celebrar, nos contaba que fueron tantos años de esperar por este derecho “Que ahora que es una realidad, estamos como cautelosos, como que no lo podemos creer”, expresó.
Esta legislatura se despide con el matrimonio igualitario como ley en Yucatán y en México, que ya suman 22 estados que permiten la unión entre dos personas del mismo género. Un día para celebrar que todos somos un poquito más iguales, con las mismas obligaciones pero, sobre todo, con los mismos derechos.- Cecilia García Olivieri.