“‘Vivienda Segura’ es tiempo y espacio para reflexionar y planificar, sin pensar dónde voy a dormir hoy”
Tomar distancia de la violencia de género para estar en un lugar seguro, que te permita reflexionar, planificar y proyectar. Ese fue para Rubí López el cambio de 180 grados que le permitió el programa “Vivienda Segura” que ofrece, otra vez, la Secretaría de las Mujeres para independizarte y vivir una vida lejos de la violencia. Un testimonio conmovedor, pasen y lean:
Desde la semana pasada y hasta el 30 de noviembre, la Secretaría de las Mujeres (Semujeres) abrió otra vez la convocatoria al programa “Vivienda Segura”, a fin de que mujeres que viven una situación de violencia de género (sola o con sus hijas e hijos) puedan salir de ese entorno y acceder a un recurso económico para rentar una casa o departamento. El apoyo es por tres meses.
Pero ¿Cómo funciona? Hoy tenemos el testimonio valiente, hermoso y lleno de vida y futuro de Rubí López, una mujer de 29 años con tres hijos, quien accedió al programa en pandemia y nos comparte su historia para entender por qué lo hizo, cómo logró salir del círculo de violencia (no sólo de su ex pareja, sino también de su familia) y cómo prospera día a día por ella y por los suyos.
Si necesitas ayuda para no vivir más violencia de género, no dudes en contactar a Semujeres a los teléfonos 9999 23 37 11 o 9999 233719. Sobre el programa Vivienda Segura, encuentras toda la información también en https://www.yucatan.gob.mx/ciudadano/ver_programa.php?id=107 . Aquí te comparto una hermosa plática con Rubí, que llena de energía:
Defínete en pocas palabras como su fuera un tweet ¿Quién es Rubí?
Rubí es una mujer valiente, respetuosa, amorosa y honesta.
¿Cómo era Rubí hace más de tres años?
Era insegura, temerosa, pero siento que aún sobresalía a pesar de situaciones y condiciones difíciles. Mi vida era complicada: conocí a mi agresor a los 13 años y a los 15 me embaracé de mi primera hija con él. Viví muchos tipos de violencia con mi victimario, quien era mi esposo: violencia física, psicológica, sexual, patrimonial… A pesar de estar embarazada, seguí estudiando y en la Prepa Uno aprendí qué lo que vivía era violencia de género, pero no era fácil salir de esa situación. Mi agresor manipuló los métodos anticonceptivos y me embaracé de mi segundo hijo. Luego me separé, pero volvimos y volví a quedar embarazada, ahora de mi tercer hijo, pero él ya se fue.
¿Con quién vivías en ese entonces?
Cuando me quedé sola con los niños, viví con mi familia, pero el ambiente era muy machista y ahí mismo me ponían todo tipo de pronombres, me señalaban por haberme separado y quedado sola con los niños. Un día tuve una disputa con mi hermanito y él me agredió, me lastimó las manos y después de eso decidí que era momento de irme, de salir de ese círculo de violencia, por mi y por mis hijos.
¿Cómo hiciste?
Yo trabajaba en una empresa constructora, pero había covid y todo era muy complicado para irme de la casa. Entonces me puse a averiguar en internet la forma de ayudarme y ayudar a mis hijos porque teníamos que salir de ahí. Y entré a la página web de la Secretaría de las Mujeres. Ahí encontré el programa Vivienda Segura y enseguida me puse a averiguar.
¿Cómo accediste al programa Vivienda Segura?
De internet saqué el número de teléfono y llamé a Semujeres. Ahí hice contacto con Mercy, quien me orientó, me dijo qué tenía y cómo lo tenía que hacer para acceder al programa, fue maravilloso contar con toda su ayuda. Además, en Recursos Humanos de la empresa donde trabajaba también me apoyaron con toda esta situación. Así accedí a mudarme a un departamento con mis hijos.
¿Cómo entraron en la casa nueva?
Sólo tenía un refri, una mesa con sillas que me prestó mi prima, una cama y las hamacas. Recuerdo que usaba unos estantes de Sabritas para poner ahí los trastes. También me acuerdo que con $200 me fui a los lugares más baratos del centro y compré platos, vasos, cubiertos… Me sentía muy segura de lograrlo y lo hice.
¿Cómo se sentían tus hijos en el nuevo hogar?
Una amiga me ayudó a cuidarlos mientras yo trabajaba y al principio para ellos fue difícil porque estaban acostumbrados a estar con mi mamá. Pero, a la vez, los tres me decían que se sentían más tranquilos y más libres, no sentían miedo de que nos pudieran hacer daño.
¿De qué sientes que te sirvió tomar distancia y hacer uso de este programa de Vivienda Segura?
Me hizo sentir independiente y me mostró que podía hacerlo, que puedo lograr lo que quiero, a pesar de las adversidades. Todo se puede con mucha paciencia, voluntad y fe. Lo que te da Vivienda Segura es ante todo tomar distancia de lo que vivías y te hacía mal, luego te da espacio y tiempo para reflexionar y desintoxicarte de la violencia. Es motivador y un alivio que te a aliento de esperanza.
El programa te brinda tres meses de renta ¿Cómo hiciste después?
Una amiga se vino a vivir con nosotros y pude pagar unos meses más. Luego perdí mi empleo por la pandemia y empecé a trabajar de auxiliar de pintura, limpiando cristales, impermeabilizando techos y demás. Pero tampoco duró mucho por la pandemia, así que en la bolsa de trabajo de Semujeres busqué más oportunidades y por mi carrera –soy licenciada en Trabajo Social- logré un puesto de facilitadora en el Centro Regional Violeta de Homún. Ahora también estoy becada para hacer una maestría en Psicología Aplicada en Justicia de Víctimas, Violencias y Delincuencias, en la UADY. Ahí también acceso a seguridad social para mi y para mis hijos.
¿Cómo se resolvió el tema de la vivienda a la fecha?
Mi mamá, arrepentida con toda la situación, me ofreció vivir en la parte de atrás de su casa, donde no tengo contacto con los demás y ahí estamos. Mi proyecto es seguir ahorrando para comprar un terreno y luego construir mi casita para mi y mis hijos. En eso estoy. Ahora viajo diario a Homún para trabajar en el Centro Regional Violeta y luego estudio para la maestría.
Si pudieras verte como otra persona, si pudieras salirte de tu cuerpo y mirarte de afuera ¿qué verías ahora?
Me vería como un ejemplo a seguir, como una superheroína que logró y logra lo que se propone con esfuerzo, voluntad, paciencia y fe.
¿Recomendarías el programa Vivienda Segura?
Definitivamente sí. Aunque sean tres meses el apoyo que te brindan, es el tiempo y espacio fundamental de libertad para reflexionar todo lo que viviste y estás viviendo y también te da tiempo para planificar, sin pensar dónde voy a dormir hoy.
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A pesar de la oscuridad, de que todos se vea nublado en tu vida, hay una luz y está dentro tuyo. Úsala para alumbrar tu camino y no permitas que te pasen más cosas feas, busca tu mejor futuro porque tú brillas desde adentro y siempre puedes potenciar esa luz.- Cecilia García Olivieri.
(La imagen de portada es ilustrativa)