Un mediodía en el Lucas de Gálvez, entre chavos y santos
Con más de 40 grados de sensación térmica, hoy al mediodía visitamos el concurrido Mercado Municipal Lucas de Gálvez y nos fuimos derechito a dos puestos que venden imágenes y productos de santos, ambos atendidos por dos chavos de 15 y 18 años. Conoce la historia de estos dos vendedores
A la 1 pm de la tarde uno se pregunta qué hace caminando por el centro de Mérida. Y somos muchos… Tratamos de pegarnos a la pared, buscando un pedacito de sombra y nos topamos con una fila de sombrillas que esperan combis. Cuidado, te pueden sacar un ojo con sus puntas filosas.
Esperamos que pasen uno, dos, tres autos, dos combis, un camión y cruzamos la 58 rumbo a la 59 y de ahí a la 61. Vamos hasta la 56, al Mercado Municipal Lucas de Gálvez.
Un mar ruidoso y embravecido de gente que camina con bolsas a diestra y siniestra nos recibe. Los locales –no importa el rubro- están llenos y venden de todo: desde comida, jugos, aguas frescas, baterías, brazos de hamaca, zapatos y achiote hasta santos.
Sí, santos. Grandes, medianos y chiquitos. Vírgenes de Guadalupe que te llegan al hombro hasta Niños Santos que te caben en la palma de la mano. Y También hay Cristos que te señalan, Santas Muertes que intimidan y Malverdes de bigotes ennegrecidos. Todos ahí, conviviendo en santa y sana armonía, con miles de transeúntes que los miran al pasar, todos envueltos en un halo de calor.
¿Quién atiende un puesto de santos un martes caluroso al mediodía? Sumario Yucatán visitó hoy dos puestos y encontró a un Carlos en cada uno, adolescentes los dos -de 18 y 15 años respectivamente-.
Los dos coinciden en que no tienen familiares que trabajen en el mercado. Por separado, cuentan que un día pasaron por aquí, vieron un cartelito de que se solicitaba personal y tomaron el puesto. Carlos de 18 hace un año que trabaja en el puesto “La Reina del Tepeyac” y Carlos de 15 hace una semana en “Los Regalitos”. Los dos están contentos con sus respectivas chambas, que transcurren desde las 8 am a las 8 pm, aproximadamente. Estos dos chicos pasan más de 12 horas en el mercado, un lugar que ya consideran su casa.
Otra coincidencia: ninguno de los dos se manifiesta ferviente católico. Lo son, pero no lo practican. Y también consideran que los productos que ofrecen –santos, velas, aguas purificadoras, lociones para enamorar y atraer la buena suerte- no necesitan labor de venta, “salen solos”, afirman, uno primero y otro después.
Hablemos de Carlos de 18 años, vecino de Mérida. Lo encontramos, celular en mano, distrayéndose mientras nadie le pregunta precios ni le pide santos. Carlos por ahora sólo trabaja y arrancará la preparatoria el próximo ciclo escolar.
“Normalmente viene a comprar gente más grande que gente joven. Llevan de todo, las imágenes más grandes son para festividades, nichos en casas o novenas, me imagino, porque no les pregunto. Las figuras, según de qué tamaño y material, pueden costar casi 2,000 pesos”, cuenta.
También relata que la gente lleva de todo, desde imágenes católicas hasta de la Santa Muerte. “Hay productos que salen mucho y son las lociones para limpias, que se pueden usar en baños o como perfumes”, relata.
Carlos de 15 viene todos los días de Xmatkuil a trabajar al mercado. Él es una fuente de ingreso en su casa ya que su mamá no puede trabajar porque es invidente. Actualmente Carlos no estudia, pero en sus planes está seguir la secundaria.
“Viene mucha gente al comprar al puesto, sobre todo del Interior del Estado y se llevan de todo, desde imágenes de santos grandes hasta pequeñitas. Las usan para decorar sus casas y para fiestas religiosas o novenas. Las imágenes que más se venden son de Jesús, de la Virgen de Guadalupe y del Divino Niño”, nos cuenta. Están hechas de fibra o resina.
Al vendedor adolescente le llama la atención que las imágenes y productos de la Santa Muerte y Malderde se venden tanto o más que las imágenes y productos católicos. “Los que creen en la Santa Muerte vienen siempre a comprar y se llevan de todo: desde imágenes hasta veladoras y lociones”, relata.
Como Carlos de 18, Carlos de 15 relata que las lociones son muy vendidas en el puesto. “Para que les de suerte, doble suerte, para tener más dinero, atraer una pareja… Hay para todo. Las puedes usar en el baño o como loción. El litro cuesta $50 y el medio litro $25”, detalla.
Con sólo 15 años, Carlos está muy contento con este trabajo y dice que él ha tenido muchas chambas. “He intentado de todo un poco, trabajé haciendo comida, vendí fruta, chicharrones y hasta hice santos… Estoy feliz con lo que hago, la gente que viene a comprar es buena, igual que mi patrona. La gente del mercado es muy buena conmigo y todos me tratan muy bien, concluye, con una sonrisa de 15 años agradecida.- Cecilia García Olivieri.