Un 2020 sin Juegos Olímpicos
Butaca Alta
Por Roberto Acevedo Acosta
La prioridad es salvaguardar la integridad física de los atletas y mantener el espíritu deportivo como un baluarte en estos tiempos inéditos y catastróficos. Por esa razón el Comité Olímpico Internacional ( COI) postergó hoy los Juegos Olímpicos de Japón 2020.
Ante el embate de varios comités deportivos nacionales -que literalmente amenazaron con no asistir a la justa deportiva sino se reprograma a la brevedad posible-, Canadá, Australia y Gran Bretaña alzaron la voz con ímpetu pidiendo hacer a un lado cualquier circunstancia que no sea el bienestar físico de los atletas.
En sus estatutos el COI no contempla ni la cancelación o postergación, a pesar de que existen los antecedentes de cancelación debido a la Segunda Guerra Mundial y aunque para muchos la emergencia generada por el coronavirus es de una gran magnitud que amerita medidas radicales, el COI se resistió hasta hoy, tal vez pensando que sería un golpe letal al ánimo de la gente la cancelación o postergación de un evento como los Juegos Olímpicos.
Casualmente en 1940 -año que pasó a la historia al cancelarse la celebración deportiva por la guerra mundial-, la sede inicial sería Tokio, Japón pero ante la participación de la nación nipona en el conflicto armado, se pensó en Helsinki, Finlandia como la sede alterna pero la condiciones de la guerra finalmente lo impidieron.
Los expertos han señalado que la resistencia del COI para manifestar una postura pública se debió a que aún tenían la esperanza de encontrar soluciones que permitan celebrar los juegos.
Japón es un país que se caracteriza por su eficiencia en temas como la disciplina y organización por lo cual, en el tema sanitario, podría seguir una ruta copiando el modelo de Corea del Sur, que exitosamente ha logrado contener el brote del virus. Pero era razonable entender el temor de muchos países que prefieren no correr riesgos.
Los días pasaban y el ánimo se inclinaba entre las diferentes naciones más por la postergación que por la cancelación de los Juegos Olímpicos para el 2021, respetando la sede de Japón.
Es una obviedad señalar que nada está por encima de la salud, pero fue hasta el último minuto que el gobierno japonés y el COI buscaron todos los posibles recursos para encontrar una fórmula para realizar los Juegos Olímpicos en 2020 sin poner en riesgo a los atletas, lo cual hubiera sería un gran mensaje -alentador y de esperanza- para una sociedad que cada día que pasa ve cómo su realidad se transforma radicalmente. La intención del mensaje era: por encima de la pandemia la humanidad iba a triunfar sobre el virus… pero no fue así.
PASANDO A OTRAS COSAS
Mientras el mundo sufre la ausencia de los eventos deportivos, muchas cosas se están moviendo durante este receso obligado por la emergencia sanitaria.
Uno de esos temas es la desaparición del ascenso en México por cinco años, lo que sería un golpe letal para la segunda división en el país azteca.
Tratando de imitar a la liga americana (MLS) que no tiene descenso, al no existir oficialmente una segunda división, los mexicanos han emprendido un camino con vías de “americanizarse” con los riesgos que eso implica.
De entrada los rumores son que la Federación Mexicana de Fútbol no sólo quiere desaparecer el descenso, sino el torneo de la Segunda División con sus actuales 12 equipos.
En una reunión que acabó en dimes y diretes entre la Femexfut y los dueños de los equipo de la Segunda División, se les propuso a estos últimos que algunos equipos se incorporaran a la Liga Mx con la intención de hacerla crecer hasta 20 equipos.
Se dice que Altante y Celeya ya estarían “amarrados” para ser parte de la Liga Mx . Este planteamiento desató la ira de los otros 10 equipos, que invocaron los reglamentos de FIFA para señalar que ésta medida era ilegal y con un fuerte daño a la economía de los equipos de la segunda división.
En los próximos días habrá noticias sobre este tema siendo el principal temor que la Femexfut haga un madruguete a la segunda división mientras todas las miradas están puestas en la salud pública y las consecuencias del corona virus.