“Tratarlos como niñas y niños les permite tener una mejor salud mental”
En la previa del 15 de febrero “Día Mundial del Cáncer Infantil” te propongo algo: Cambiar el chip ¿Cómo? Que dejemos de pensar que el diagnóstico de cáncer infantil es una sentencia de muerte, para que pensemos que es una sentencia de vida, porque es posible curarse. Desde el amoroso albergue Amanc Yucatán, te comparto la historia de Damián, quien se curó del cáncer y también platicamos sobre cómo está la salud mental de las infancias y adolescencias que se atienden en Pediatría Oncológica en el Hospital O’Horán:
Damián Pech Cem tenía 17 años cuando empezó a tener fiebre de noche, cansancio, moretones, palidez y todo eso alarmó a su mamá Leydi y a su papá Damián. Luego de ver a tres médicos, de Hunucmá viajaron a Mérida y terminaron en un Hospital O’Horán con un diagnóstico que les congeló la sangre: Damián tenía leucemina linfoblástica aguda y el médico oncólogo pediátrico Pablo González Montalvo les dijo: “No sabemos por qué viene, pero ya la tiene y vamos a buscar una solución”. Eso pasó hace siete años y hoy Damián ya no tiene cáncer: está curado.
“La gente le tiene miedo al cáncer infantil porque lo consideran una sentencia de muerte, y no sólo la sociedad, también algunos colegas médicos. Por eso hay que cambiar la sentencia de muerte por sentencia de vida y hacer del 15 de febrero (Día Internacional del Cáncer Infantil) un día para crear conciencia de que es posible curarse”, remarca el médico especialista Pablo.
También hizo especial hincapié en que dejemos de aplaudir a las infancias y adolescencias con cáncer por ser “valientes guerreros”. “Ellos son víctimas de una batalla que no eligieron y lo importante es darles voz para que cuenten su historia de superación, porque sí es posible curarse”, enfatiza Pablo.



¿CÓMO ESTAMOS DE SALUD MENTAL?
Hoy día la salud mental está en boca de todas y todos pero ¿Cuánta importancia se le da a la salud mental de las niñas, niños y adolescentes que tienen cáncer?
Para eso, Damián nos comparte su historia. “A mí me ayudó siempre sentirme positivo y hablar con la psicóloga Carla y con el doctor Pablo. Pero una vez sí me deprimí… Me tocó estar internado más tiempo de lo planeado y me sentí muy deprimido, estaba triste, no quería levantarme de la cama. Recuerdo que un día trajeron juguetes de regalo y mi mamá me insistió para que me levantara y ese día algo cambió”, relata.
Porque ese día, llegó a manos de Damián un peluche que le cambió la vida. “Era como un zorrito o perrito al que me aferré con todas mis fuerzas y fue como la batería para estar bien de nuevo porque me acompañaba todo el tiempo. Yo me planteé estar bien y ese peluche me acompañó en el proceso… Ahora está en mi casa”, relata, emocionado.
Para mamá Leydy y papá Damián tampoco fue fácil. Leydy nos cuenta: “Yo delante de mi hijo no demostraba nada, pero una vez Damián tuvo un cuadro de infección fuerte y me fui a rezar a la capilla del hospital y dejé un mar de lágrimas allí. Dios fue una gran compañía para mí”, comparte.
Por su parte, papá Damián cuenta que él sintió mucho apoyo de sus compañeros de trabajo y de su esposa para llevar adelante su salud mental y para ayudar a su hijo. “Somos muy compañeros”, dice de Leydy.
Para Damián ya curado del cáncer es fundamental que las infancias y adolescencias que tienen esta enfermedad puedan hablar todo lo que les pasa con sus seres queridos, con la psicóloga del hospital y con los médicos. “Deben tener la confianza de compartir cómo se sienten, de hacerse escuchar y de confiar así en el camino para curarse”, remarca Damián.
LO QUE HACE FALTA
Para el especialista en oncología pediátrica Pablo González no hay estudios ni análisis de cómo impacta la depresión en la salud mental de los chicos con cáncer en el Hospital O’ Horán. “Hay datos de apreciación, pero no existe un departamento que investigue y analice este tema. Es un problema real que afecta no sólo a los chicos, también a sus familias”, relata.
Y mientras esperamos que existan instancias de personal profesional que pueda estudiar este tema, el médico explica que es fundamental entender que, detrás de la enfermedad, hay un niño que debe seguir formándose como niño y que hay que tratarlo como tal.
“Cada uno y desde el lugar que le toca no debe dejar de ver a las infancias detrás del diagnóstico de cáncer, porque tratarlos como niñas y niños les permite tener una mejor salud mental”, enfatiza.
Sobre otros temas, el médico pidió que la sociedad genere una agrupación que pueda conformarse con donadoras y donadores de sangre que colaboren con el área de pediatría oncológica del Hospital O’Horán. Si sabes de la existencia de algún grupo de dadores, ponte en contacto conmigo y le aviso al hospital.
Y como sabes, Amanc Yucatán, donde hoy se realizó la rueda de prensa, es un albergue que hace más de 20 años brinda atención integral y gratuita a chicos con cáncer y a sus familias. Los gastos que tienen actualmente por mes llegan a los 500 mil pesos. Si puedes ayudarlos con donaciones, estarían súper agradecidos: https://amancyucatan.org/ .-Cecilia García Olivieri.
(En la portada, papá Damián y mamá Leydy besan a su nené Damián)
