“Todo lo que está pasando es muy real, no es cuento”
En primera persona, el enfermero intensivista Jesús SG nos cuenta cómo se contagió del virus covid-19, cómo estuvo aislado en su casa hasta que finalmente fue necesaria su hospitalización. Los días en el covidario nunca se borrarán de su mente y el mensaje que nos deja en esta entrevista es que seamos conscientes de a qué nos enfrentamos cuando hablamos de coronavirus
La vida de Jesús SG dio un giro de 180 grados el 22 de abril pasado. Un llamado telefónico matutino le confirmó que la prueba del virus covid-19 que se había realizado 48 horas antes era “positiva”.
Y lo paradójico de la situación es que le pasara “justo a él”, que es profesional de la salud, que toma todas las precauciones, pero que algo falló en el camino para prevenir la enfermedad, y no dependió esto de él.
Hoy, después de estar aislado en su casa y luego hospitalizado porque el cuadro médico empeoró, Jesús nos comparte su historia para que sepamos todo que “Esto es muy real, no es cuento”, como nos dice, y para que aprendamos a tomar más conciencia de a qué nos enfrentamos cuando hablamos de covid-19 e hospitalización.
Jesús tiene 39 años, es enfermero intensivista y nunca tuvo antecedentes de enfermedades crónicas. Sin embargo se contagió y terminó internado. Más allá del cuadro médico, el estrés, la angustia y la incertidumbre que vive un paciente covid -aislado de sus seres queridos y del mundo entero- es tremenda y un buen manejo de los emociones es clave también para salir adelante en esta enfermedad tan inédita y sin vacuna.
Hoy Jesús ya está en su casa con su esposa Rosaura (sus hijas pronto regresarán a vivir con ellos también) y se siente bien y feliz. Y comparte con nosotros este pedacito de su vida que, ojalá, sirva para que todos empaticemos y entendamos -como dice él- que esto “No es cuento”:
¿Cómo te sientes hoy, en este momento?
Hoy me siento muy bien, gracias a Dios. Estoy más tranquilo y contento porque ya pude salir a ver a mis hijas y empecé a hacer algunas cosas en la casa. Me dieron de alta el 8 de mayo, pero estuve en reposo hasta el fin de semana pasado porque me sentía decaído y con poca capacidad pulmonar, así que preferí recuperarme bien y el reposo sirvió bastante. Estoy en casa con mi esposa Rosaura (ella está perfecta de salud) y nuestras hijas regresarán a principios de mes, es una medida que decidimos por precaución en la familia.
¿Cómo se desarrolló la enfermedad en ti?
Soy enfermero intensivista y teníamos un paciente de neuro (Neurología) a quien no se le quitaba la fiebre y había bajado mucho de peso. Mis compañeros y yo empezamos a pedir equipo para tratarlo por si era un caso covid, pero las jefas nos dijeron que no era necesario porque no había sido diagnosticado el virus. El domingo 19 de abril me dio temperatura a la noche, pero como yo salía de un cuadro de otitis, pensé que era por eso. Al día siguiente me sentí bien y fui a trabajar y cuando llegué al hospital me empecé a sentir mal, con temperatura, acefalia y dolor en las articulaciones. Entonces me mandan con un epidemiólogo, me toman la prueba covid y me hicieron regresar a mi casa en lo que estaba el resultado.
¿Qué sentiste cuando te dijeron que eras positivo al virus covid-19?
El miércoles 22 me llamaron para informarme que la prueba había resultado positiva y no lo podía creer con todas las medidas de precaución que tomamos en el trabajo y en mi casa, con mi familia. Sí me dio coraje pensar que fue por ese paciente de neuro de terapia intensiva, a quien finalmente le hicieron la prueba y salió positivo también. Después de eso le hicieron el test a todo el personal de terapia intensiva y hubo cinco casos con covid-19. Nosotros lo habíamos advertido en su momento y no hicieron nada.
¿Cómo evolucionaste en tu casa y por qué te hospitalizaron?
En la casa seguí con temperatura del 20 al 28 de abril. Tenía mucha tos, dejé de comer porque no sentía el olfato y todo me sabía mal o me provocaba. Bajé de peso y la tos era constante y me cansaba mucho. Una mañana amanecí con mucho dolor de pecho y me desesperé. Así que llamé a una ambulancia y me vinieron a buscar. Cuando me ingresaron en la Unidad Médica de Alta Especialización del IMSS (UMAE) tenía un cuadro de neumonía. Me trataron con paracetamol, anticoagulantes y antibióticos.
¿Cómo fueron los días en el covidario? ¿Cómo te sentías físicamente y anímicamente?
Estuve cinco días en el covidario –del 28 de abril al 2 de mayo-. Físicamente me sentía muy nervioso, cansado y no pude dormir casi nada. Además bajé mucho de peso. Anímicamente pensaba todo el tiempo en mi esposa, en cómo estaría ella, si tenía síntomas… Me estresaba mucho no poder hablarle y saber cómo se sentía. Además sientes una incertidumbre constante y te preguntas todo el tiempo ¿Qué pasará? Sobre todo cuando eres del sector salud y sabes lo que puede pasar… Mi mayor temor era que me fueran a intubar, pero gracias a Dios nunca pasó.
¿Qué pensabas por las noches cuando no podías dormir?
Pensaba en todo, en mi esposa y mis hijas todo el tiempo. Tenía mi monitor a un lado y constantemente checaba mi frecuencia cardíaca y mi saturación de oxígeno en sangre… En todo momento te preguntas ¿Qué pasará? Y también pierdes la noción del tiempo… Un día ya no sabía qué día o qué hora era porque está todo el tiempo la luz encendida y ves y escuchas todo. La ansiedad es tremenda.
Si tuvieras que ponerle un color, un olor y una canción a esos días.. ¿Cuáles serían?
Color blanco, porque necesitaba visualizar un estado de paz para tranquilizarme. Un olor: el de los medicamentos y el del alcohol en gel, que ya me provocaba. Y una canción, sería alguna religiosa, yo soy católico y necesitaba visualizar a Cristo para que me diera paz.
¿Qué sentiste cuando te dijeron que estabas mejor y podías pasar a internación en piso?
Me sentí mucho más tranquilo y ahí, con ayuda de medicación, ya pude dormir. También me dio mucha alegría cuando me quitaron las puntas nasales (una sonda con oxígeno que se coloca en las fosas nasales). Recuerdo que en piso no quería moverme porque me agitaba fácilmente, hasta que un día me animé y le dije a un compañero que me ayude a levantarme, caminé y hasta me bañé. Sentía que lo tenía que hacer porque sino iba a seguir estancado.
¿Qué sentiste cuando te dijeron que te daban el alta?
Alegría total y enorme. También pensé por todo lo que no tuve que pasar, como por ejemplo ser intubado. Los médicos me decían que yo tenía la ventaja de no tener antecedentes de enfermedad crónica, además de que soy joven… Sin embargo, si no mejoraba me tendrían que intubar. Recuerdo que agarré al médico de la mano y le pedí que no lo hicieran. Veo todos los días pacientes intubados y deben estar sedados y es muy feo… Cuando les quitan la sedación luchan contra el ventilador por respirar. Es algo desesperante.
Dale un mensaje a la gente
Quiero que sepan que es real todo lo que está pasando, es muy real, no son cuentos. Es muy estresante lo que se vive dentro de un hospital, como trabajador de la salud y como paciente de un covitario. Hay que cuidarnos mucho, quedarse en casa y, si tienes que salir, tomar todas las precauciones, por ti y por tu familia. Quiero darle un agradecimiento a todo el personal médico y de enfermería de la UMAE y felicitarlos por la tarea que hacen todos los días. Y especialmente al médico intensivista Paul Cerda García, quien está a diario pendiente de mi y de mi familia.- Cecilia García Olivieri.
(La foto de portada es sólo ilustrativa ya que Jesús prefirió no enviarnos una foto para publicar. Sin embargo nos compartió la imagen que te mostramos a continuación, que habla de la situación del personal del sector salud).