“Suples todo ese amor líquido con otro tipo de amor”
En plena Semana Mundial de la Lactancia Materna, te mostramos otro aspecto de esta celebración: el de las mamás que no pueden dar chuchú. Existen, hay muchas y son tan madres como las que alimentan a sus hijos de su propio pecho. Conoce la historia de Isa, una mujer enamorada de la lactancia materna que no pudo concretar el deseo de amamantar pero que suplió ese “amor líquido” con toneladas de otros amores
Esta es una anti-entrevista en el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Hace días, las redes sociales y todos los medios de comunicación, instituciones de salud, movimientos y organizaciones civiles ponderan los beneficios innegables de dar chuchú. Y estamos de acuerdo, claro. Pero ¿Qué sucede con las mamás que no pueden amamantar?
Porque las hay, existen. Y viven esta semana de una manera distinta. Ellas cambiaron pegar a sus hijos a sus pechos por un biberón porque muchas no pudieron dar chuchú. Y en esta semana nosotros les rendimos también homenaje y escuchamos con mucho amor la historia de Isa Zapata Fernández, imperdible de una punta a la otra.
Isa tiene 25 años, es yucateca y hace casi dos años trajo al mundo a través de un maravilloso parto natural a Isabella. Hizo todo lo que tenía que hacer para darle chuchú pero no pudo. Una condición física que luego se enteró que tenía se lo impidió ¿Es menos mamá por eso, por dar fórmula? ¡Claro que no! Conozcan su historia, viene con un mensaje lleno de amor:
¿Cómo viviste tu embarazo y las ganas de dar chuchú?
En mi embarazo estaba súper ilusionada y siempre planeé dar pecho por completo. Mi marido y yo deseamos a Isabella con todas nuestras fuerzas y llegó. Por mi cabeza nunca pasó la palabra “fórmula” y me empapé de información porque era mi primer bebé y para no caer en malos consejos. Quería lactancia a full y un parto humanizado.
¿Qué pasó luego del nacimiento?
Isabella nació por parto natural, con doulas y tardó todo dos horas y 40 minutos. Fue piel a piel e inmediatamente fue al pecho de mamá y siempre estuve en contacto con ella, todo el tiempo. Saliendo de la sala de partos y ya en la habitación del hospital, me la pegué al pecho bajo la supervisión de las doulas y nunca olvidaré las palabras de Hadit Cabrera (doula y una de las fundadoras de la tribu Mothers Love): “Tiene un agarre perfecto, con la boca bien abierta y tomando de todo el pecho”. Yo tenía una emoción increíble y me dije “Ya la brinqué con esto de la lactancia”, pero en casa la cosa fue distinta.
¿Qué pasó?
En casa el pezón me empezó a arder un poco al principio y el dolor se volvió tortuoso. Empezaron a sangrarme los pezones, yo lloraba de tanto dolor pero sobre todo porque no quería dejar de darle la teta, esa era toda mi motivación.
¿Qué hiciste?
Me empapé del tema en mi tribu Mothers Love y me aconsejaron comprarme un extractor de leche y que no dejara de pegarme a Isabella aunque sea con dolor… Hice de todo, pero la producción de leche había bajado. Hasta que un día me visitó Hadit como asesora de lactancia y observó que el agarre de Isabella al pecho no era el mismo del día que nació, era como que pellizcaba el pezón y no entraba bien en la boca. Decidimos cambiar y probar otras formas de amamantar, pero ni con eso lo conseguí…
¿Cuándo decidiste cambiar de rumbos, cuando hubo un quiebre en toda esta situación?
Un día de plano ya estaba tan mal y me dolía tanto que lo considero como el día extremo de bienvenida a la maternidad. Hasta mi marido se puso a llorar y le hablamos a nuestro pediatra Luis Bassó. Él le dijo a mi marido: “Isa no tiene porqué sufrir, yo estoy a favor de la lactancia materna, pero si ella no puede con esto, fórmula y bye… No pasa nada. No tiene que sufrir esta parte de la maternidad”. Eso nos hizo entender muchas cosas.
¿Qué pasaba con tus pechos?
El tema ya lo habíamos hablado en la tribu Mothers Love porque seguramente había un problema con mis pechos. Y en una visita ginecológica lo terminé de averiguar: tengo “mamas tubulares” (Los pechos tubulares son una malformación estructural de la glándula mamaria que desemboca en una estructura mamaria atípica y que puede afectar la capacidad de producción de leche materna de la mujer). Tengo menos tejido mamario que otras mujeres que no tienen esta condición.
¿Cómo te sentiste al respecto y en pleno puerperio?
Cuando me enteré fue como resignarme y pude entender que igual podía seguir con el apego a full, piel a piel y en plena crianza respetuosa. Isabella se volvió una niña de fórmula y aunque probé un tiempo con la lactancia mixta, la dejé porque acepté mi condición de que no iba a ser lactancia materna y punto. Ella es niña de fórmula súper saludable y vivimos juntas una maternidad plena.
¿Te pasó que te juzgaran por no dar la teta?
Fíjate que no, pero yo no soy de dejarme en ese aspecto tampoco. Sí al principio sufría cuando veía a otras mamás dar el pecho, pero cuando lo acepté estuvo genial. Y tuve mucha compresión de parte de mi mamá y de mi entorno y nunca me sentí mal de sacar el biberón frente a otras mamás que dan la teta y me han apoyado mucho al respecto.
¿Existen las “tetanazis” (defensoras ortodoxas de la lactancia materna) en Yucatán?
No me he topado con ninguna. Sin embargo me he encontrado con gente que piensa que la lactancia prolongada no sirve, que es como darle agua a tu hijo o personas que piensan que si amamantas en un camión, debes taparte. En Yucatán hay una gran falta de cultura sobre la lactancia materna, falta mucha información y hay demasiados mitos y consejos que nadie pide a la orden del día.
¿Es menos mamá una mujer que, por no poder o no querer, no amamanta a su hijo?
Para nada… Al principio caí en eso cuando no podía amamantar y pensé que Isabella no tendría apego conmigo. Pero cuando vas avanzando en la maternidad y te vas descubriendo como mamá, te das cuenta que eres igual que otras mamás que amamantan porque suples todo ese amor líquido con otro tipo de amor como el apego, el colecho y la crianza respetuosa. Es otro el amor que la llena.
En la Semana Mundial de la Lactancia Materna, danos un mensaje al respecto.
A pesar de que no puedo dar pecho, estoy súper a favor de la lactancia materna y ayudo y apoyo a amigas con información y siempre estoy metida en actividades al respecto para saber qué es lo mejor para nuestros hijos. Las que pueden amamantar, que no se desanimen y sigan si tienen la dicha de hacerlo. Y las que no, que sepan que ese amor líquido se puede suplir con otro tipo de amor… Y siempre sin juzgar sino apoyando porque todo esto lo hacemos a favor de nuestros niños.- Cecilia García Olivieri.