Sobre rezago educativo y calidad de vida para nuestros niños en pandemia
Columna de Martes Sudaca
Por @LaFlacadelAmor
Ayer mi hija Julia vivió un día muy importante en su vida: arrancó la preparatoria. Con 15 años, mi nené ya está en una nueva etapa de escolarización y de vida. Pero no hubo uniforme, ni mochila nueva, ni ansiedad por conocer a los compañeros y compañeras de curso: las clases, otra vez, son “en línea”.
Le miro la mano sobre un mouse color rojo, eso sí: nuevo y luminoso. Le veo la actitud frente a la computadora, entre ansiosa y harta. Un mes y medio de vacaciones no bastaron para sacarse el mal sabor de boca de un final de secundaria –otra etapa de su vida- también en línea. Y volvemos a lo mismo.
Porque aunque el 30 de agosto es la fecha para regresar a clases presenciales, la Prepa 1 de la UADY comenzó ayer las clases de forma virtual. Será supuestamente hasta el 30 cuando se decida si serán presenciales, en formato híbrido.
¿Qué sabemos hasta ahorita sobre el regreso a la escuela en forma presencial?
Sabemos que el presidente Andrés Manuel López Obrador y toda la 4T aboga por retornar a las aulas, que hay un protocolo de 10 puntos para cumplir, que los maestros pueden optar por regresar o no y, la última, que ya no hace falta presentar una carta responsiva para que tu hijo vuelva a la escuela.
En Yucatán se espera que, en unos días –y si Grace no se pone brava y se transforma en huracán- Liborio Vidal Aguilar, titular de la Secretaría de Educación de Yucatán- de un mensaje al respecto y se augura que el regreso sea, como lo augura AMLO: gradual, híbrido, opcional y relajado. Esperamos también que el secretario pueda dar cuenta de cómo están las escuelas en Yucatán -sobre todo en el interior del estado- para volver a clases.
Porque si los chicos no regresan a las clases presenciales el 30 de agosto:
¿Cuándo será el momento adecuado para hacerlo?
¿Vamos a esperar a estar en semáforo verde para regresar a la escuela después de 17 meses sin estar en las aulas?
¿Regresarán algún día a clases presenciales nuestros chicos?
El rezago no es sólo educativo. Claro que, en cuestiones académicas, todos los que tenemos hijos sabemos a ciencia cierta que no aprendieron como debían en las clases virtuales o en línea, que se estresaron, que sufrieron, que la pasaron mal y que pusieron todo de ellos para hacerlo lo mejor posible, los chicos y los maestros.
Y cuando digo que el gran rezago que existe en México no es sólo educativo, me refiero a que, en cuestiones de convivencia y socialización, los chicos son el último orejón del tarro en toda esta historia pandémica. Ya lo dije una y mil veces y va de nuevo: NUESTROS CHICOS ESTÁN INVISIBILIZADOS.
Pero creemos que los cuidamos más si siguen encerrados en casa. Que los salvamos del ¿covid?, que no los exponemos a ¿enfermerarse? Que mantenerlos debajo de nuestras alas es el mejor lugar, el más indicado para que estén “sanos y salvos”.
La Unicef apoya el regreso a clases en México. He hablado con pediatras que también lo avalan. Y he hablado con muchas personas –profesionales, con hijos y sin hijos- que bajo ningún punto de vista mandarán a sus hijos a clases presenciales.
Me he topado con personas que, que cuando digo algo como “Nuestros chicos lo necesitan, ellos también viven esta pandemia y se deben acostumbrar a esta nueva normalidad”, te miran onda “Qué mal, mala madre”, pero no te lo dicen porque “calladites se ven más bonites”. Estaría bueno el debate sobre este tema porque realmente no existe.
Y lo más triste de toda esta historia que nos toca vivir es que, como pasa siempre, los pobres serán los más perjudicados. Porque una cosa es tener una escuela lista en la capital del estado para el regreso a clases pero ¿Cómo estarán las escuelas del interior del estado? ¿Viajarán los maestros de Mérida a enseñar en comunidades alejadas? ¿Será otro año sin internet para que esos chicos puedan, aunque sea, recibir las tareas?
Las 10 acciones que la SEP propone para el regreso a clases son:
✔️ Integración de Comité Participativo con los padres de familia, maestros y autoridades educativas.
✔️ Establecer filtros de salud en casa y escuelas.
✔️ Lavarse las manos.
✔️ Uso de cubrebocas.
✔️ Mantener la sana distancia.
✔️ Dar mayor uso a espacios abiertos.
✔️ Sin ceremonias ni reuniones generales.
✔️ Avisar de sospecha de casos COVID.
✔️ Cursos para maestros.
✔️ Carta compromiso de corresponsabilidad (esta última desde hoy, y según informó AMLO en La Mañanera, sería opcional).
En otras partes del mundo en pandemia, los chicos volvieron a la escuela. Italia decidió reabrir sus aulas en febrero de 2021, dividiendo la jornada escolar en la mañana y la tarde. En Alemania también se volvió a la educación presencial a inicios de este año, dando atención a la vacunación a maestros y estrictas medidas sanitarias, todo se hizo sin contratiempos y en este mes se iniciará el nuevo ciclo escolar. En el Reino Unido se decidió reabrir en marzo de 2021, mientras que España lo hizo en enero, a pesar de que en ese momento se experimentó un pico en los contagios y con el uso obligatorio de cubrebocas.
En América Latina hay 114 millones de alumnos sin clases presenciales. En marzo pasado Uruguay decretó una apertura total obligatoria y para todas las instituciones educativas, derivado de la baja en la pandemia, mientras que en Argentina se realiza desde febrero pasado un esquema mixto, aunque no en todas las provincias del país ni al mismo tiempo. En Chile se regresó a las aulas el primero de marzo pasado, sin embargo, un alza en los casos de coronavirus obligó a realizar nuevos cierres. En Venezuela se espera una vuelta a la modalidad presencial en octubre, mientras que en Cuba permanecen cerradas. En Estados Unidos, algunas entidades como Miami, Nueva York y Nueva Jersey han decretado una apertura total de las aulas, pero otros han informado que lo harán parcialmente para el nuevo ciclo escolar.
Mientras tanto esperamos lo que digan las autoridades educativas en Yucatán con miras al 30 de agosto. Mantener las escuelas cerradas implica un costo altísimo en el bienestar inmediato y mediato de nuestros niños que, queramos o no, vieron su educación interrumpida durante 17 meses. Y si opinas lo contrario, es probable que no hayas tenido a un hijo sentado en una computadora tomando clases virtuales o esperando un mensajito de whatsapp de la maestra para hacer la tarea.
La educación escolarizada es clave en el desarrollo individual y social de los niños y los impulsa a un empoderamiento y a una mejor calidad de vida. Por eso el rezago educativo es un tema que nos involucra a todos. Desde tu trinchera y como puedas, colaboremos entre todos para que la educación sea primordial en este país.