Salvar el mundo, con responsabilidad
Columna: Desde el Fin del Mundo
Por Valeria Bombechio
Gran parte de la población mundial está siendo sorprendida de manera despectiva por el COVID-19, tal es así que ya somos parte de una pandemia.
El contagio irresponsable de persona a persona no sólo ha pasado la frontera geográfica, sino también la frontera emocional. Estamos en estado de alerta todos: ciudadanos, población, gobernantes.
Me asombra la capacidad que tiene una pandemia de doblegar a un gobernante, es decir: tomar decisiones que no están “programadas” de modo que, el bienestar gubernamental se ve boicoteado. La negación se antepone a la decisión final que nuestros líderes tomen sobre el tema.
Pero mejor voy a dejar este tema social-político-económico a los especialistas y automáticamente me convierto en mamá para esta columna que me encanta.
Lo primero que se me viene a la cabeza es ¿cómo vamos a pasar una cuarentena en familia? De hecho la estoy viviendo y es bastante complicado.
Un aislamiento nos obliga a frenar abruptamente nuestra rutina y todas las cosas que hacemos al aire libre. Nos sentimos frustrados. De un momento u otro, una cuarentena nos induce a establecer pautas para convivir. Nos aterra estar encerrados y todos juntos. Todas las rutinas individuales de la familia, incluida la mascota, se ven alteradas.
La convivencia es compleja cuando cada integrante de la familia tiene establecida su forma de pasar el día, ya sea trabajando, estudiando o de ama de casa tiempo completo. Todo parece ser un caos.
En mi caso convivo con una persona solitaria (mi marido), aunque en estos días se ve afectado por la rutina de nuestros hijos (tres) y la mía. Somos cinco miembros de una familia, cinco sensaciones y reacciones diferentes a la cuarentena. Nuestra convivencia se ve sobrepasada.
Vemos en las redes sociales vídeos divertidos de personas en aislamiento, haciendo actividad física, bromas, leyendo, andando en bicicleta del comedor al balcón y eso nos da una pauta de cómo el ser humano quiere seguir con su vida, en aislamiento. Una manera de pasarla bien.
Cabe aclarar que siempre existe el lado glorioso a cualquier situación que se nos presente y en este caso, estamos viviendo uno muy en particular.
Más allá de cómo vivamos, tenemos que tomar conciencia real de lo que implica salir a la calle en estos días, no importa dónde vivas.
Que no nos agarre el miedo a la soledad, a la frustración y nada parecido porque estos temas no avisan, se meten en tu país y, si no somos responsables, si no cumplimos la cuarentena, podemos contagiar a nuestra familia.
Insisto, la responsabilidad es fundamental para que nuestra familia este a salvo.
Quédate en tu casa. Cuida a tu familia. Cuida tu mundo.
(En la imagen de portada, Valeria con sus hijos Nicolás y Sofía, en plena cuarentena).