Relatos hermosos y poderosos sobre lactancia materna en el interior del estado
Ya saben que en Sumario Yucatán somos “pro lactancia materna” y este año quisimos hacer algo distinto en la Semana Mundial de la Lactancia Materna y, con la ayuda de la lectora, amiga y reportera Patricia Pérez fuimos a Cuzamá y de sus ojos recolectamos historias maravillosas de mujeres hermosas que dan chuchú a sus hijos. No se lo pierdan…
“Dar chuchú”, “dar pecho”, “dar la teta”…
Hay un empoderamiento desde hace años y hoy día sobre todo sobre “Dar chuchú”. Las mujeres pueden visibilizar que dar el pecho a sus hijos los ayuda enormemente, les crea inmunidad ante cientos de enfermedades y, sobre todo, crea un lazo de conexión con los hijos para toda la vida. No hay nada “malo” sobre dar la teta, sólo algunos prejuicios sociales que, poco a poco, se van borrando.
Sin embargo, todavía te puede pasar que tu nené quiera tomar pecho y que estés en un lugar público. Y sacar ahí la teta para ofrecerle alimento a tu hijo, puede no ser bien visto por los demás. Es triste, pero aún sucede. Hay una foto que se viralizó de una mamá en un restaurante quien, ante la mirada juzgona de los demás, decidió ella taparse la cara para no verlos. Su bebé y su mama quedaron al descubierto.
Y seguimos avanzando en visibilizar la importancia de dar pecho a nuestros hijos. Y en esta Semana Mundial de la Lactancia, Sumario Yucatán hizo un viaje al interior del estado de la mano de nuestra lectora, amiga y también reportera Patricia Pérez, quien es además de mujer empoderada yucateca, promotora de Educación Inicial del Conafe en Eknakán, comisaría de Cuzamá.
Platicando con Paty –de 38 años y quien amamantó a sus dos hijos que ya son grandes-, nos relata que en el interior del estado es “más normal” dar chuchú en la vía pública y no son “mal vistas” las mamás por eso. “Aquí somos conscientes que la leche materna es un alimento vital para nuestros hijos y la mayoría de las mamás opta por dar pecho antes que fórmula. Además de salir de nuestro cuerpo y no tener que comprarlo, crea un lazo de amor y cariño con nuestros hijos”, nos cuenta.
Junto con otras promotoras de Educación Inicial del Conafe en Cuzamá, Paty labora en comisarías del municipio como Eknakán, Nohchakán y Chunkanán y, con sus compañeras, les enseñan a todas las mamás de estos lugares la importancia de la leche materna desde el embarazo.
“Consideramos que es un derecho que todos los bebés deben tener y enseñamos a las mamás de las comisarías que, al momento de darles pecho o chuchú a sus hijos, deben hablarles, cantarles y acariciarlos porque genera un vínculo de amor entre mamá y bebé”, relata Paty. También nos cuenta que promueven las prácticas de crianza de las abuelas de las comisarías, como la de hacer té de hojas de naranja y atolitos de avena para generar más leche materna y ayudar a que sea más espesa y nutritiva.
HISTORIAS DE VIDA, HISTORIAS DE LACTANCIA
“Es un momento único entre mis bebés y yo”
Paty recorrió Cuzamá para visitar a distintas mamás que hoy día dan pecho a sus hijos. Y fue a la casa de Abril Aké, quien quería realizar “lactancia en tándem” -que es cuando le das chuchú a dos hijos de la misma edad o de distinta-. Aunque no se dio la posibilidad, comparte con nosotros su experiencia:
Abril nos cuenta: “Decidí que la principal alimentación para mis dos bebés sea dar pecho. Durante mi primer embarazo me puse a investigar todo lo relacionado a ello y entre toda esa lectura, fue que leí que no hay mejor alimento para el bebé que la leche materna, ya que contiene los mejores nutrientes y lo principal es que les brinda las mejores defensas para las enfermedades”, cuenta.
Sin embargo Abril también es realista en el sentido del compromiso que conlleva dar chuchú. “La lactancia materna no es fácil, implica invertir mucho tiempo, pero siento que no es desperdiciarlo, pues es un momento único entre mis bebés y yo, siento que nos hace más cercanos y lo disfruto bastante”, relata, emocionada. Y explica también que, más allá de recibir información sobre cómo amamantar en los hospitales donde dio a luz a sus hijos, también toma consejos de su madre y hermana. Las tribus siempre son imprescindibles en estos casos.
Y nos comparte también su experiencia de cómo amamantó a su hija mayor y ahora a su bebé chiquito: “A mi primera hija dejé de darle seno cuando tenía 1 año y tres meses, debido a que yo estaba embarazada de mi segundo hijo y se me presentó una amenaza de aborto. Ahí tuve un gran conflicto porque el pediatra me recomendó suspender la lactancia, pero la ginecóloga no. Entonces debido al reposo, poco a poco deje de dárselo y mi hija no se negó, no fue difícil. Cuando pasó la amenaza de aborto, pensé en continuar con la lactancia una vez que naciera mi segundo hijo, pero mi hija ya no quiso tomar pecho”, detalla.
Abril quiere que, con este nuevo bebé, prolongar la lactancia materna hasta los dos años del niño. “Para mí si es importante proveer a mis hijos de leche materna y una de las principales razones es que en el tiempo en que mi hija lactaba, no se le presentaban enfermedades, pero una vez que dejó de hacerlo se empezó a enfermar con más frecuencia”, comparte.
“ASÍ CRECEMOS A NUESTROS HIJOS”
Ilse Cetzal también trabaja en Educación Inicial y está totalmente a favor de la lactancia materna. “Siento que es necesario darle pecho porque es más nutritivo que la fórmula y, como su hermano también tomó pecho, así los crezco a ellos. Mi mamá me enseñó a darles chuchú y así nos creció ella y casi todas las mujeres de la comunidad así crecemos a nuestros hijos”, nos cuenta.
LACTANCIA EN TANDEM
Roxana Chin Canul tuvo trillizos y uno lamentablemente falleció. Esta mujer joven y fuerte realiza “lactancia en tándem”, que es cuando le das pecho a dos bebés al mismo tiempo. De escasos recursos y con la a ayuda de su mamá, Roxana cría a sus bebés a pura leche materna y ellos están sanos y fuertes.
DOÑA PASTORA, SOBADORA Y PRO LACTANCIA
No tiene el número exacto de bebés que ayudó a traer al mundo pero afirma, sin temor a equivocarse, que fueron “muchísimos” y hasta de otras comunidades vienen a verla. Doña Pastora es la “sobadora” de Cuzamá. Tiene 77 años y desde los 12 aprendió el oficio de palpar el vientre de las embarazadas para acomodar –con sus manos suaves, sabias y mágicas- al bebé en la posición adecuada e ideal para su nacimiento.
Doña Pastora habla en maya y su hija Soco la ayuda en su oficio de sobadora y es su intérprete. Y nos cuenta que su mamá lleva una libretita donde apunta los casos que atiende y comparte esa información con los médicos de Cuzamá, para los expedientes de sus pacientes.
“Una de las primeras cosas que hace mi mamá con las embarazadas –sobre todo las primerizas- que la visitan es darles consejos para que no les falte leche materna”, explica su hija Soco.
Soco traduce lo que nos comparte su mamá Pastora: “Para que la leche materna sea espesa y salga el calostro, las mamás deben lavarse los pechos con un té que se hace con hojas de naranja y otras hierbas. Se calientan las ropas en la candela con carbón y se ponen paños húmedos en el té de hierbas y naranja sobre los pechos. Se debe tapar todo para que no te vaya a batir el viento… Así tus pechos producen más leche”, relata. Y es efectivo, totalmente efectivo.
Les agradecemos con el corazón despanzurrado a todas estas mujeres hermosas que nos compartieron sus historias y a Paty por recopilarlas con tanto amor. Ojalá que un día se haga una “Tetada Masiva” en el interior del estado… Sin duda superará con creces a la que se hace en Mérida. Feliz Semana de la Lactancia Materna para todes.- Patricia Pérez y Cecilia García Olivieri.