Relato de cuando me metí en otros universos y lo disfruté como loca
Columna Viernes Sudaca
Por @LaFlacaDelAmor
Aclaro que esta columna no es spoiler, aunque te cuente en ella mi vivencia tremenda y flashera en “Más allá de la realidad”, una experiencia de realidad virtual que anoche viví en Artech Multimedia Center. Y no es spoiler porque cada vivencia es distinta, creativa a tu modo, de desconecte como más te guste y de disfrute diverso, no importa cuántos años tengas. Pasen, lean y permítanse vivirla, no se van a arrepentir
Vivir en carne propia la realidad virtual te dispara en la cabeza un sinfín de sensaciones. Ante todo, te invita a meterte en un mundo distinto, te libera la cabeza de la realidad y te despierta creatividad sin límites. Si eres adulto, adolescente y niño te adelanto que, cuando entras al mundo virtual, ya no tienes edad. Dependerá de ti el disfrute al 100%.
Anoche viví y disfruté como niña, adolescente y mujer “Más allá de la realidad”, un proceso creativo bien chingón compuesto por cinco experiencias de realidad virtual que ofrece Artech Multimedia Center. Siento que dejé en la entrada todo el estrés de mi vida y me entregué en cuerpo, cerebro y alma a esta experiencia sin igual.
¿Qué viví? Me pusieron los lentes de realidad virtual, me pararon frente a una computadora (cinco en total) y entré y recorrí en un bar parisino pintado por el genial artista Vincent Van Gogh, donde hasta lo vi a él fumando su pipa… Y se quedó mirándome, como invitándome a la charla. Antes de salir del bar, me asomé por una ventana y quedé maravillada con su “Noche estrellada”, azul rabiosa, amarilla y naranja.
Después entré al universo del pintor español Salvador Dalí… En un terreno bastante sombrío me crucé con esos elefantes gigantes con patas finísimas que desfilaban por un desierto con lunas que me iban mostrando el camino.
Más tarde viví la experiencia que se llevó casi mi mayor puntuación y hasta me emocionó porque me encanta la pintura. Me metí adentro de obras pictóricas como “La Gioconda” (me miraba ella cada vez que yo me movía…), me acerqué tanto al “Nacimiento de Venus” de Sandro Boticcelli que casi pude tocar el cabello de esa mujer preciosa parada sobre una concha de nácar y viví “La Creación” de Leonardo Da Vinci parada sobre una roca, con el universo a mis pies. Fue tremendo, hermoso y un poco vertiginoso también…
Luego traté de dibujar en realidad virtual metida en un universo hiper colorido pero esta experiencia fue la que más trabajo me costó porque no me salió muy bien… Sin embargo mi hijo Martín de 12 años la disfrutó como loco y no paró de hacer dibujos. Es ideal para chicos.
Ahora bien, la que más me voló la cabeza fue la experiencia “Terminus”… ¿Cómo se las cuento? Es la más “fumada” de todas y creo que por eso me gustó tanto, además de que fue el colofón de mi vivencia de realidad virtual. “Terminus” te mete en un universo que parece salido de las obras de arte de M.C. Escher, ese increíble artista neerlandés que experimentó con diversos métodos de perspectiva e ilusionismo óptico. A eso le tienes que agregar una altas dosis de figuras con ondas asiáticas e hindúes… Y también psicodélicas que componen el todo.
“Terminus” fue la experiencia más jugada que viví porque sentí vértigo. En ese mundo loco, me subí a un tipo de andamio que se elevó tanto que no pude ya mirar para abajo, me temblaban las piernas y sentí que si me movía, me caería al vacío. Además, todo lo que veía –figuras hiper creativas, paredes que se abrían a mundos nuevos, espacios psicodélicos, me despertaron altas dosis de adrenalina y un poco de ansiedad también.
Terminé flotando junto a figuras humanas como de goma que terminaron cayendo en el espacio y yo quedé paradita al bordo de un abismo sin fin. Ahí, gracias al universo y a la chica que me guió en la experiencia, terminó Terminus y respiré contenta y excitada. Fue la mejor lejos… Además de la de los cuadros.
Esta nota es un spoiler constante pero no… Porque nada de lo que vivas será igual a lo que yo viví, porque la realidad virtual se manifestará ante ti y tú harás de ella tu propia experiencia inmersiva. No te la pierdas… Artech Multimedia Center está en la calle 43 por 64, en el centro de Mérida y “Más allá de la realidad” se puede disfrutar jueves, viernes y sábado, previa reserva al teléfono 9993 464096. La entrada cuesta $250 que, si lo divides por las cinco experiencias, es una lana que RE VALE LA PENA GASTAR.
Gracias al artista multimedia Ramón Gee por traer esta experiencia a Mérida y gracias a la chambota en equipo que hacen ilustradores, fotógrafos, diseñadores y programadores para hacer esta experiencia virtual una realidad 100% disfrutable, no importa cuántos años tengas.- Cecilia García Olivieri.
(La imagen de portada es del fotógrafo Luis Perez. Pueden ver sus trabajos chingones en redes sociales @LuisPerezG a o en @estudiodeluzfotografia).