¡Qué vergüenza!
Columna Butaca Alta
Por Roberto Acevedo Acosta
La idea era excelente: proyectar una imagen positiva de la ciudad de México y porqué no del país entero. El escenario era imponente: El histórico estadio Azteca. La negociación, de primer nivel.
Se había logrado un contrato para traer juegos en temporada regular de fútbol americano profesional a la capital mexicana, lo que traería un sinfín de beneficios principalmente una proyección mundial, algo que muy pocos países podían presumir en el deporte de las tacleadas. Además súmele una derrama económica calculada en alrededor de 45 millones de dólares.
El año pasado el evento fue un éxito rotundo ya que se logró traer el partido entre los Raiders de Oakland y los Patriots de Nueva Inglaterra, lo que provocó un sede llena y el augurio de que el próximo año el encuentro sería mejor. Este año, al darse a conocer el calendario de juegos, se supo que para el famoso lunes por la noche -juego que logra audiencias de millones de personas tan solo en los Estados Unidos, y que se llevaría al cabo en la Ciudad de México por primera vez-, se enfrentarían los Rams de los Ángeles y los Chiefs de Kansa City, lo que en un principio no causó gran revuelo porque ambos equipos no tienen muchos fans en el país azteca.
Sin embargo empezó la temporada y cuando llegamos a la mitad de la misma, el partido que hace meses no llamaba la atención se volvió todo lo contrario, ya que ambos equipos están peleando los primeros lugares de la NFL al grado de que los especialistas los ponen como serios contendientes al Súper Bowl.
Y bueno, todo estaba listo para que el próximo 19 de noviembre México hiciera historia para transmitir un partido que prometía una gran audiencia. Pero cuando todo parecía que iba bien, el pésimo estado de la cancha del Azteca fue rechazado por la gente de NFL y el sindicato de jugadores, ya que solo bastaba con observar las áreas afectadas por la lluvia y eventos anteriores para comprobar la falta de calidad del pasto y en algunas partes lodo, con lo cual, al no estar en óptimas condiciones para que se juegue fútbol americano, representa un riesgo para la práctica de este deporte.
Los Rams anunciaron a través de Twitter que el juego de la Semana 11 de la temporada regular de la NFL ante Chiefs de Kansas City que se iba a disputar en el Estadio Azteca, ahora se hará en Los Ángeles, el mismo lunes 19 próximo.
El evidente mal estado de la cancha ocasionó el cambio de sede. A pesar de que trabajadores cambiaron parte del césped del coloso el pasado martes, no fue suficiente para mantener el encuentro en suelo mexicano.
“Hemos trabajado extensivamente con nuestros socios del Estadio Azteca por meses para este juego.Sin embargo, la temporada de lluvias y un activo calendario de eventos, han resultado en un daño significativo hacia el pasto que generaría riesgos innecesarios para la seguridad de los jugadores. Como resultado determinamos que mover la sede del juego es la decisión correcta”, dijo el vicepresidente ejecutivo internacional de la NFL, Mark Waller.
Que vergüenza que la gente encargada de la administración del estadio Azteca no estuvo a la altura de las circunstancias, porque en su afán de ganar dinero en las últimas semanas haciendo conciertos masivos y la actividad del torneo de la Liga MX, afectó las condiciones del campo de juego.
Aún no está claro cuáles serán las consecuencias negativas del cambio de sede ante los ojos de la NFL pero alguien tiene que hacerse responsable de la pésima organización de este evento y que quede claro que no fue la lluvia lo que afectó al juego, sino otra clase de intereses.
Tal vez y una consecuencia de esta situación será el hecho de que este sería el último partido profesional en México por mucho tiempo ya que con este “contratiempo” no se ve por dónde la NFL quiera regresar a México, y más si a la hora de hacer sumas y restas -en dólares- las pérdidas sean cuantiosas para patrocinadores y el propio gobierno mexicano que invirtió dinero público para traer este evento.