“Preguntémonos más todos cuánto nos cuesta funcionar”
Un niño con dos armas mata a una maestra, hiere a cinco compañeritos y a un profesor y luego se suicida. Tenía 11 años y esto pasó hoy en un estado del norte de México ¿El lugar donde ocurrió importa? ¿Podría pasar esta desgracia en Yucatán? El psicólogo yucateco y especialista en asuntos jurídicos y criminología Paulino Dzib nos habla del tema:
Hoy México está tristemente conmocionado. Un chico de 11 años fue a su escuela en Torreón, Coahuila, sacó dos armas, mató a la maestra, hirió a seis personas más y se quitó la vida. Sí, leíste bien, 11 años tenía. Y pasó en el mismo país donde está Yucatán ¿Podría ocurrir algo así aquí, en nuestro estado?
Sumario Yucatán platicó con Paulino Dzib Aguilar, psicólogo, doctor en Problemas Sociales y especialista en psicología jurídica y criminología. Este yucateco es una de las personas adecuadas para que nos conteste la pregunta y apenas lo llamamos, tiene la urgencia de aclararnos un tema: “Los videojuegos no fueron la causa de lo que ocurrió, tenemos que ser muy cuidadosos con esto”, aclara.
Y se explaya: “Hay tres estadios para observar ante esta situación. Primero está el origen del problema, luego la predisposición del niño a hacer algo así y, por último, el detonante. Este niño tenía una génesis de disfuncionalidad de su quehacer. Y se dieron elementos como la no supervisión en la casa (vivía sólo con su abuela) y en la escuela (los mismos padres firmaron para que no se revisaran las mochilas). El niño tenía un problema disfuncional y un trastorno emocional y eso lo afirmo. Los juegos de vídeo pudieron ser el detonante pero nunca la causa. Es incongruente esta afirmación que hacen”, remarca.
¿Por qué un niño de 11 años va con un arma cargada a la escuela? En qué nos estamos equivocando tanto?
En la supervisión en primera instancia. Cuando niño lleva no una sino dos armas a la escuela, se habla de un descuido de sus cuidadores ¿Cómo un niño de 11 años se pudo hacer de dos armas? Lo inmediato que tienes es un problema de supervisión de un contexto genérico: cómo adquirió las armas, cuál es su estado emocional, porque tenía una predisposición emocional a hacer lo que hizo, no fue de la nada. Tenía una ira doble direccionada: hacia afuera (porque mata y hiere) y hacia adentro (porque se suicida). Estos son rasgos límites de personalidad.
Vivimos en el estado más seguro del país ¿Tiene realmente que ver con inseguridad lo que ocurrió hoy en Torreón? ¿Nos puede pasar a nosotros?
Vivimos en el estado más seguro y si regresamos a la primera pregunta, la supervisión nace en sistemas. Un grupo institucional de alta envergadura es la familia. Aquí podemos ver que vivía con la abuela porque no tenía papas. Si vamos ampliando a las otras instituciones que supervisan, está la escuela y hubo un reporte de que en una reunión de padres no aprobaron la revisión de mochilas. Aquí hay un error grave, están tratando de explicar el comportamiento del niño con que era un chico brillante que le iba bien en la escuela. Sin embargo, emocionalmente era disfuncional. La seguridad se da en sistemas y el primero es la familia, el otro es el educativo y el mayor es el social. Si esto lo trasladamos aquí a Yucatán podemos ver la importancia que tienen los programas que van dirigidos a tener una familiar más saludable. Y no hablamos de un estereotipo de mamá-papá-hijos. Hoy día hay familias de mamá o papá solos con hijos o de papá-papá con hijos o mamá-mamá con hijos y los cuidadores, claro. Si se trasmiten valores como la empatía, saber canalizar las emociones, saber decir, llorar y nominar, este primer sistema está siendo protegido. En Yucatán hay programas que trabajan en eso y ha subido mucho el índice de denuncia en casos de violencia familiar o abusos y esto significa que no normalizamos estos temas como en otros estados. Creo que las probabilidades de que esto ocurra en Yucatán son bajas, sin embargo no se debe descuidar la supervisión familiar, ni en las instituciones escolares y se deben controlar las mochilas. Si a tu vecino le cortaron las barbas, pon las tuyas a remojar.
¿Consideras entonces que el índice de violencia familiar que se vive en Yucatán no tiene directamente que ver con que un niño pueda cometer un acto similar al que ocurrió hoy en Torreón?
Si un niño es constantemente violentado, hay una posibilidad de que se violente o se suicide porque no tolera la violencia. Este caso en particular que ocurrió en Torreón no va en esa dirección. Si tú ves los elementos, el comportamiento disfuncional de este niño señala que no estaba bien emocionalmente. Sin embargo hay un punto importante para hacerle saber a la gente: hay algo que se llama “costo emocional funcionalidad”. El niño funcionaba bien en la escuela pero ¿A qué costo emocional? ¿Cuánto le costaban sus emociones? Mucho, definitivamente. Tenía necesidad de matar y de matarse. A este niño le estaba costando vivir.
¿Cómo manejar entonces nuestro costo emocional funcionalidad?
Vemos todo el tiempo familias que aparentan estar unidas, se van de viaje, tienen buenos trabajos y llevan una buena vida. Sin embargo, todo lo que están haciendo les está costando mucho emocionalmente y eso es que te cueste vivir, como al niño de Torreón. Es importante preguntarnos cuánto nos cuesta emocionalmente funcionar…. Lo ideal es que te cueste lo normal, que implique un esfuerzo esperado. Si te cuesta demasiado, estás quemando tus reservas emocionales y puedes terminar con actos como estos. Preguntémonos más todos cuánto nos cuesta funcionar. Creo que es un buen comienzo.- Cecilia García Olivieri.