“No son ‘guerreras’, tienen una enfermedad y están en tratamiento”
Usar las palabras correctas ayuda, genera contención y acompañamiento. Por eso hoy, en el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, la tanatóloga y sexóloga Reyna Gómora nos platica sobre la importancia de ponernos en los zapatos de las mujeres que padecen esta enfermedad:
Les decimos “Guerreras” y la intención es buena, aunque no estamos en sus zapatos. Entendemos desde afuera que, tener cáncer de mama y querer vivir, es una “lucha”. Sin embargo ¿Usamos las palabras correctas? O mejor dicho ¿Entendemos realmente qué le pasa a una mujer por la cabeza cuando descubre que tiene un bulto en un seno, va a un médico, se hace estudios y le diagnostican cáncer de mama? Y vamos más lejos ¿Sabemos lo que significa perder por una mastectomía una parte del cuerpo?
En el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama (la palabra “lucha” está hasta en el día conmemorativo), platicamos con la tanatóloga y sexóloga Reyna Gómora quien, con las palabras correctas profesionales, humanas y también como mujer, nos sitúa a todos en otro lugar para entender qué le pasa por la cabeza a una mujer que padece cáncer de mama.
Porque la atención no se limita al médico oncólogo… Va mucho más allá. Hace falta contención para la mujer enferma y para los que la rodean. Y para eso esta entrevista suma y mucho. No se la pierdan:
El cáncer de mama es especial en cuanto a que significa muchas veces una pérdida física, la de una mama o seno. Más allá de que todas somos distintas ¿Cómo vive una mujer este momento de pérdida?
Es muy profunda la raíz de esta pérdida. Podemos hablar de una parte de nuestro cuerpo que se quita y algunos dicen que no es una mutilación, pero sí lo es. Lo dicen para darle prioridad a la vida, pero eso no significa que no cambie el cuerpo y lo que se conoce de sí mismo. Ya no va a estar ese pecho. Esto impacta totalmente en la falta de cultura de educación sexual que hay en nuestro país.
¿En qué sentido?
En nuestro país el lema es “Mujer no conozcas tu cuerpo” pero hay que tocarlo y muchas veces son las parejas las que detectan algo diferente porque la propia mujer no lo conocía cómo era antes de esa diferencia. Falta conocimiento de nuestro cuerpo y de cómo funciona fisiológicamente. Hay mujeres que no se han visto nunca sus vulvas, por ejemplo. Es fundamental conocernos porque el cáncer de mama es la causa número 1 de muerte y las consecuencias son abruptas. Además, la falta de conocimiento trae la no aceptación de nuestro cuerpo por autoestima o estereotipos y eso hace que nadie lo toque. Los pechos están relacionados con algo erótico y ese factor tampoco ayuda a que las mujeres se acerquen de manera preventiva y cuando lo hacen ya puede ser tarde para evitar una cirugía, aunque se salve la vida.
¿Cómo se sobrelleva este duelo?
De lo estético, ya algo de mí no está y mi brazo tendrá consecuencias luego de la cirugía por la extirpación de ganglios. Con ese brazo y ese lado de mi cuerpo ya no podré hacer cosas que antes hacía. Es un duelo importante en el que hay que revisar muchas cosas. Pega en la parte erótica y sexual, en cómo estaba nuestra autoestima antes del cáncer y en la capacidad para movilizarte. Hay que abordar qué concepción se tiene del pecho y elaborar de que perdí una parte de mi cuerpo. Hay gente que va a decir “Bueno, pero sigues viva”, pero eso no es consuelo y ese tipo de frases lastiman mucho. Es cierto que la vida está por encima de todo, pero hay que conocer la historia de vida de las personas que enfrentan este cambio abrupto.
¿Qué puede hacer el entorno de la mujer para ayudarla?
Es necesario hablar con la familia y comprender todos que algo ya cambió, que no van a encontrar a la misma mujer. No tenemos que esperar que sea la misma de antes…. ¿Qué si volverá a sonreír? Por supuesto, pero algo cambió para ella y para su alrededor. Por eso es importante que, cuando tengan un diagnóstico, se acerquen a un profesional para que juntos hablen de lo que les está pasando. Puede haber miedo y es esperable. Pero lo importante es no generar fantasías ni forzar a la persona que tiene la enfermedad a que esté bien, porque se le exige muchas cosas a la enferma y eso es complicado. La familia debe reconocer con qué cosas sí puede y con qué cosas no y es necesario también buscar una red de apoyo fuera del círculo familiar, que puede estar formado por amigos y amigas, tanatólogos o psicoterapeutas.
Se usa mucho el término “Guerreras” para referirse a las mujeres que “luchan” contra el cáncer de mama. Si todas somos diferentes ante la enfermedad ¿Es correcto usar este adjetivo?
Definitivamente hay que eliminar el lenguaje bélico y nunca comparar un caso con otro. Se dice “Si yo puedo, tú puedes”, pero la realidad es que cada persona es distinta. Y si hay mujeres que padecen la enfermedad y no quieren seguir con el proceso, es respetable. No son guerreras, son mujeres que tienen una enfermedad y están en tratamiento. Hay quienes no quieren operarse (mastectomía) ni seguir con el tratamiento y es totalmente respetable porque es su derecho y su cuerpo.
Para las que sí se hacen la mastectomía ¿Cómo es mirarse otra vez en un espejo?
Aprendes volteando a ver tu camino, lo que has recorrido para llegar hasta donde estás. Y si no quieres voltearte a ver en algunos momentos, está bien, y si no es inmediato también. Se deben respetar los tiempos de la mujer porque quizás antes del cáncer de mama tampoco se miraba en el espejo. O quizás ahora sí puede después del camino recorrido, porque las lonjitas ya no importan. Hay que reconocernos de la manera más honesta, tratar el duelo con un profesional, alimentar la autoestima y verme al espejo como la que soy ahora, después de este camino complicado que he recorrido y diciendo “Estoy en esto, me cuesta trabajo pero voy a seguir”.-Cecilia García Olivieri.