“No estamos listos para darle al lactario el uso que se merece”
Bajo el lema “Amamantar y trabajar: ¡Hagamos que sea posible”, se celebra en el mundo la Semana de la Lactancia Materna. Y para eso los lactarios en instituciones y empresas son espacios claves para que las mamás trabajadoras puedan continuar con la lactancia… Pero ¿Sabemos qué son? ¿Para qué sirven realmente? ¿Los usan las mamás trabajadoras? Flor Valdéz, especialista en primera infancia y promotora de la lactancia materna, nos platica de cómo está el tema en Yucatán
Ya te la sabes: “Dar chuchú” tiene miles de beneficios para tu bebé, no sólo para su salud física, sino también emocional. Sin embargo hoy la mayoría de las mujeres trabajan y el regreso a sus empleos después de la maternidad las pone contra las cuerdas si están amamantando.
Porque no hay cultura de lactario –esos espacios en los trabajos para extraerse la leche materna y conservarla hasta que el bebé pueda tomarla-, como tampoco hay cultura de generar un banco de leche, ni propio ni comunitario. Y aunque la Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses de vida, muchas veces esto es difícil para las mamás que se reincorporan a sus rutinas laborales.
El artículo 170 de la Ley Federal del Trabajo establece que las mamás trabajadoras tienen derecho a un período de lactancia de seis meses. En ese lapso tienen dos reposos de media hora para alimentar a sus hijos “en lugar adecuado e higiénico que designe la empresa”, dice la ley…
Por su parte, la Ley General de Salud, en su artículo 64, fracción ll, estipula que las autoridades sanitarias competentes establecerán acciones de orientación y vigilancia institucional, capacitación y fomento de la lactancia materna y el amamantamiento, incentivando que la leche materna sea alimento exclusivo durante seis meses y complementario hasta avanzado el segundo año de vida, además de impulsar la instalación de lactarios en los centros de trabajo de los sectores público y privado.
Pero realmente ¿Fomentamos la lactancia materna cuando la mamá regresa al trabajo? ¿Sabemos realmente qué es un lactario y para qué sirve? ¿Sabemos dónde están y cuántos hay?
Flor Janet Valdéz Esquivel es coordinadora de Educación Inicial de la Secretaría de Educación de Yucatán (Segey), especialista en primera infancia desde hace más de 23 años y una gran impulsora de la lactancia materna en Yucatán. Ella nos platica en detalle sobre el tema y, aunque el camino se ve un poco oscuro, muy al final, hay una luz. Y depende de todos para que se encienda. Pasen y lean:
¿Qué es un lactario?
Un lactario es un espacio físico acondicionado para procurar la lactancia materna de forma segura y cómoda en instituciones y empresas. En la Segey donde trabajo hay dos: uno en el edificio de Zamná y otro en el de la colonia García Ginerés.
¿Qué funciones tiene un lactario?
Este espacio tiene dos funciones: se habilita para que la mamá que tenga la oportunidad de tener a su bebé en su espacio laboral, pueda amamantarlo sentada en un sillón cómodo y pueda hacerlo de manera tranquila, segura y agradable. Por otro lado, el lactario también le permite a la mamá que no está con su bebé extraerse leche materna (con un sacaleche) y guardarla en una nevera que está allí mismo hasta el momento en que se retire a su casa.
¿Hay un censo de cuántos lactarios hay en Yucatán?
No, no existe un censo de cuántos lactarios hay en Yucatán.
¿Cómo usamos los lactarios en Yucatán?
No hay cultura de lactario en Yucatán por tres razones: desconocimiento, rompe con nuestras tradiciones y las condiciones laborales son adversas para su uso.
¿Por qué hay desconocimiento de los lactarios?
Porque sólo se hace promoción del lactario antes de inaugurarse, cuando se corta el listón y tan, tan… No hay más información. No tiene un cartel explicativo en la puerta y la gente sólo lee “lactario” y ni sabe para qué sirve.
¿Por qué el lactario rompe con nuestras tradiciones?
Porque en Yucatán nos da pena dar pecho en público y sólo lo hacemos si es totalmente indispensable. Y si amamantamos, nos cubrimos con una manta y todo es rápido y corto, así que ni necesitamos entrar en un lactario porque no estamos acostumbradas a dar el pecho de esa manera. Y en empresas o en instituciones donde hay lactario, muchas mamás que amamantan prefieren retirarse una hora antes para darle chuchú a su bebé y en las casas las abuelitas le dan fórmula al bebé mientras la mamá trabaja. Esa es la tradición y el lactario no es considerado funcional, sobre todo si la mamá que trabaja tiene que cargar con el sacaleche, los envases para guardar la leche, la nevera…
¿Por qué las condiciones laborales son adversas?
Porque extraerse leche no es un tema de cinco minutos: puede llevar más de media hora y hay jefes que no comprenden esto, hay poca empatía. Laboralmente no estamos listos para darle al lactario el uso real que se merece.
El lema de este año es “Hagámoslo posible, amamantar y trabajar” ¿Cómo le hacemos, Flor?
Con sensibilización. Primero hacia los jefes, hacia las cabezas que dirigen instituciones o empresas donde están los lactarios para que comprendan cuál es su uso real y cómo puede beneficiar a las mamás trabajadoras. Y para que los lactarios no queden solo en las estadísticas, sino que se evalúe su impacto real y se haga un seguimiento de su uso. Necesitamos políticas laborales más sensibles. También es necesario informarle a la mamá que saldrá de licencia por maternidad, qué le esperará cuando regrese, explicarle los usos del lactario y que le permitirá continuar con la lactancia materna. Por otro lado, urge también sensibilizar a los pediatras, para que ya no recomienden dar fórmula y motiven a las mamás a continuar con la leche materna una vez que regresan a sus trabajos.
¿Cómo pueden unirse a esta concientización las estancias maternales?
Orientando con personal capacitado a las mamás a retirarse leche para que la lactancia perdure y con las creaciones de bancos de leche materna, para que se las puedan ofrecer a los bebés en tiempo y forma mientras están en las estancias.- Cecilia García Olivieri.