“Necesito quererme para salir de la violencia de género”
“Tener huevos” es ser valiente, chingón y ponerle el pecho a la adversidad, a grandes rasgos ¿Y qué significaría “Tener ovarios”? Hoy te presentamos a Laura Puch Vela, una mujer con dos ovarios grandes como una casa quien, además de ser chingona, valiente y ponerle el pecho a la adversidad luego de vivir años de violencia de género, hoy ayuda a puro corazón, cerebro y pulmón a muchas mujeres de Akil a salir adelante. Conozcan a Laura y seamos todas y todos un poco como ella. Sí se puede:
Tenía 14 años cuando recuerda ser testigo de una situación de violencia de género contra una mujer. En ese entonces sintió que era “normal” el “castigo”, pero le dio un miedo adolescente que hoy recuerda y le recorre el cuerpo con escalofríos.
Unos años después, ella: Laura Rosalía Puch Vela, fue víctima de violencia de género y, como un círculo interminable, la historia se repitió: en ese entonces ella también normalizó la situación que estaba viviendo y también sintió mucho miedo, pero ya no era adolescente, lo vivía en carne propia de golpes que venían de su esposo y había un hijo que observaba todo en el medio y desde la panza, desde antes de nacer.
Un día, el marido le puso un cutter en la garganta y ella dijo BASTA, así con mayúsculas. Pensó en matarlo, pero se dio cuenta que eso no serviría de nada y se fue, dejó todo en su casa de Akil y se llevó sólo a Manuelito, su nené. Hoy, unos cuantos meses después de que su vida diera un giro de 180 grados, Laura se siente más protegida, empoderada, sigue emprendiendo como siempre y ama amarse, porque considera que para salir de la violencia de género se necesita, sobre todo, mucho amor propio.
En el camino de este cambio de vida radical, Laura sufrió una pérdida irreparable: Loly, una de sus mejores amigas, murió en mayo pasado y en Akil víctima de feminicidio y llenó de dolor a Laura pero también la hizo ayudar a muchas mujeres víctimas de violencia de género. Hoy día, Laura agarra su motito y acompaña a sus pares a los Juzgados de Tekax a que pongan sus denuncias, asesora psicológicamente y ya es una aliada de la Secretaría de las Mujeres de Yucatán (Semujeres), quien ya ha visualizado su trabajo y hasta la visitaron en su municipio.
Conozcan a esta mujer de grandes ovarios y, sobre todo, conozcan a una gran yucateca:
Defínete en pocas palabras, como si fuera un tweet
Soy una mujer sociable, amigable, me gusta ser solidaria y honesta y me gusta ayudar a la gente y aprender. Disfruto mucho de trabajar, soy emprendedora y siempre voy del lado de la justicia. Me encanta también hacer zumba y salir a pasear.
Cuando eras más joven ¿Fuiste alguna vez testigo de violencia de género? ¿Cómo lo viviste?
Recuerdo que tendría como 14 años cuando fui testigo de una situación de violencia a una mujer y en ese entonces lo veía como algo normal, como un castigo que te dan y al que te tenías que someter sin hacer nada al respecto “porque te lo buscaste”. Recuerdo que en ese momento lo normalicé, pero también me dio mucho miedo.
Sobre la pregunta anterior y cuando te tocó a ti ser víctima de violencia de género ¿Cómo lo viviste al principio?
Sufrí violencia de género por parte de mi ex esposo desde el embarazo de mi hijo, que ahora tiene 12 años. Y al principio también lo normalicé, sentía que me “había portado mal”, me sentía culpable porque me decían que yo no hacía bien las cosas. No podía decir nada.
¿Cómo siguió la situación de violencia?
Me acostumbré. Él llegaba borracho los fines de semana y yo ya sabía lo que iba a pasar. Y, por otro lado, yo realizaba actividades que a él no le parecían. Vendía tupperware y él no quería y si lo hacía, yo sabía que tendría problemas. Me decía: “¿Por qué saliste si no te di permiso?”. Después empezó a ver que yo ganaba dinero con mis ventas y empezó a pedirme y si me negaba, me golpeaba y sabía que yo con un golpe le soltaba el dinero. Cuando conseguí además un trabajo en relación de dependencia fue peor, porque le molestaba que sociabilizara con mis compañeras y compañeros. Fueron muchos años así y la violencia fue escalando cada vez peor.
¿Cómo lograste alejarte de esta situación de violencia de género?
Yo había decidido matarlo y pensaba en ese entonces “Del hueco él no sale y yo de la cárcel sí”, porque esa era la única forma de que me dejara en paz. Un día me pegó un cutter en la garganta y eso fue lo máximo. Entonces pensé en matarlo mientras durmiera, pero reaccioné antes, lo hablé con amistades y familiares y todos me dijeron que me quite ya de mi casa. El 20 de febrero de este año me fui con mi hijo de la casa sin absolutamente nada, dejé ropa, muebles, todo lo que te imaginas. Nos fuimos a la casa de mis padres, ellos sabían la situación que vivía, pero no a tal grado. Cuando los puse al tanto de todo, me dijeron que no regrese nunca más con él. Igual eso no fue todo, me buscaba para amenazarme y me dijo que me mataría con una escopeta. “Con un tiro en la cabeza se va a terminar todo porque tú no vas a ser de nadie”, me dijo. Hasta ahorita tengo miedo, a pesar de que ya salí y que tengo medidas de protección, estatales y judiciales.
¿Consideras que es difícil reconocer a un maltratador?
Es difícil porque te imaginas que no lo va a hacer o que todo es un mal juego. Te envuelven con sus palabras y al otro día que te golpearon te dicen: “tú me molestaste pero no lo vuelvo a hacer, yo no soy así, no soy capaz de hacerte daño” y tú le crees. Al final vives en el mismo hueco que vive él, aunque no seas alcohólica o no consumas drogas, porque sin darte cuenta te comportas como él: si él no dormía, yo tampoco, si él no comía, yo tampoco… Es difícil reconocerlo porque se vuelve un hábito en tu vida.
El amor y la violencia ¿Pueden vivir juntos?
No, porque el amor es cuidar y proteger y la violencia no es así. La violencia es lastimar, humillar, maltratar y eso no es amor y se vuelve una costumbre de miedo.
El maltrato prospera en silencio ¿Por qué crees que compartir lo que nos pasa nos hace más fuertes y nos ayuda a alejarnos de una situación violenta?
No es fácil compartirlo, pero te libera. Te hace ya no tener miedo y al ayudar a otras personas con tu testimonio, con mi testimonio, recuerdo lo que viví, dónde estaba y sé que no quiero regresar ahí.
Laura emprendedora 🙂 Laura en un centro de atención de Semujeres 🙂
¿Cómo surgió esta iniciativa de ayudar a las mujeres de Akil y de Yucatán y qué haces por ellas?
(Hace un silencio largo y se quiebra) Porque en mayo pasado mataron a mi amiga en Akil, ella fue víctima de violencia de género. Se llamaba María Dolores Domínguez y sentí que no la pude ayudar (llora), que no pude hacer nada por ella. Doly se separó, se fue a rentar una casa y trabajaba como emprendedora todo el día para darles de comer a sus hijos. Pero el hombre nunca la dejó en paz, pelearon por dinero y él la apuñaló y la mató. Me dolió y me duele no haberla ayudado y en ese momento organicé una marcha por su feminicidio en Akil, lo posteé en mis redes sociales y el tema se hizo más conocido por todos. El ex marido de Doly era adicto al cristal y aquí en Akil hay serios problemas con esta adicción que es alucinógena y produce ataques en los hombres en contra de las mujeres. Por la marcha me contactó la activista Adelaida Salas y también periodistas y ahí surgió el tema de ayudar a otras mujeres a que traten de salir de la violencia de género.
¿Cómo lo haces?
Lo hago sola, agarro mi moto y las llevo a hacer su primera denuncia, las asesoro psicológica y legalmente en lo que puedo y siempre les digo que pueden contar conmigo. Y cuando van a los juzgados de Tekax les dicen: “Vengo de parte de Laura, fui a ver a Laura”, entonces ya me conocen más mujeres. Por otra parte, la Secretaría de las Mujeres también me contactó porque saben de mi labor y platiqué hace poco con la titular María Cristina Castillo Espinosa, que me vino a visitar, a conocer mi historia y a agradecerme por lo que hago por las mujeres de Akil.
La violencia contra la mujer ¿Es un problema de todos?
Sí, porque depende mucho de cómo criamos a nuestros hijos, depende de las mamás, los papás y de la sociedad en general. Porque si un niño está acostumbrado a ver violencia, lo verá como algo normal y si en la calle nos violentamos, también será normal para los chicos. Es un tema de todos la violencia de género.
¿Te parece que las herramientas judiciales son suficientes para proteger a las mujeres de la violencia de género?
No, porque la primera instancia a la que recurre una mujer que vive violencia de género en un pueblo es al Ayuntamiento y no hay la suficiente ayuda ni asesoramiento. En segunda instancia vas al Ministerio Público y a mí me pasó que la primera vez que fui me dijeron que no tenía golpes, cuando el hombre me tiró una mesa encima. Fue tan violenta la situación que mi hijo se escondió debajo de la cama. Apenas me tomaron la declaración y yo tenía pánico porque sentía que me iba a ir peor por denunciarlo y pensaba “Ya me va a cargar el payaso”, porque al macho mexicano no se lo puede acusar de nada. Cuando salimos del Ministerio Público, íbamos con mi hijo en la moto y él me dijo: “Ahí está Semujeres, detente ahí porque yo no quiero que mi papá te mate”. Entramos a Semujeres y ahí me dieron ayuda, me asesoraron para divorciarme y me dieron medidas de protección, aunque él no siempre las respetaba y se burlaba de ellas.
¿Se puede salir y reconstruir la vida después de vivir violencia de género? ¿Por qué?
Sí se puede, es cuestión de ayuda y de ganas de querer y de poder. En mi caso quise y pude.
Danos tres pasos claves para alejarnos de la violencia de género y pedir ayuda.
*El apoyo de tu familia y del círculo de personas amigas.
*Un trabajo estable.
*El amor a una misma.
Danos un mensaje.
Que no estamos solas y que si queremos, podemos salir de la violencia de género y empezar una nueva vida para darle una mejor vida a nuestros hijos y demostrarnos amor a nosotras mismas. Si yo no tengo amor, no puedo dar amor, necesito quererme para salir de la violencia de género.
A Laura la encuentras en las redes sociales: FB: @Lau Puch Vela / IG: @Laurispuchvela y su teléfono es 9971249583. Para contactar a Semujeres, puedes hacerlo en sus redes sociales: @Semujeres o a los teléfonos 9999 233711.- Cecilia García Olivieri.
(En la imagen de portada, Laura con su hijo Manuelito).