“Necesitamos que se pongan en nuestros zapatos”
Si el confinamiento que trajo el covid-19 te agota, no eres la única persona que pasa por esta situación… ¿Te preguntaste cómo viven los niños y adolescentes con discapacidades la pandemia? Nosotros sí y hoy, en el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, platicamos con María José, una adolescente llena de ganas y sueños que no puede ver y vive con los mismos anhelos que todos, conózcanla:
Le encanta tocar el piano. Ahora practica música clásica y, cuando lo hace, se olvida de todo. Hasta de la pandemia. Derechita en la silla, con el cabello larguísimo y lacio recogido, pasea sus dedos delgados y finos sobre las teclas blancas y negras y surge la magia: brota la música y María José se siente en un lugar feliz. Nada puede opacar su momento favorito.
María José Muñoz Escalante tiene 15 años, toca el piano desde los 10 y sabe, a ciencia cierta, que será maestra de música. Verla ejecutar el instrumento es apasionante porque ella así lo siente y externa: con el tacto y el oído hace la música, pero también la huele y la paladea. Y aunque no pueda ver las notas musicales, ni sus manos sobre las teclas blancas y negras, todo sale de maravillas y escucharla es un placer.
Decíamos en varias notas que los niños y los adolescentes están invisibilizados en la pandemia. En confinamiento casi total viven hace más de ocho meses y si las cosas no son fáciles para los adultos, para ellos tampoco.
Y ante la diversidad en la que vivimos, también hay niños y adolescentes con diferentes discapacidades como María José –con discapacidad visual- que lleva meses sin salir de su casa y poniendo lo mejor de sí para estar bien: en la escuela, con su familia y amigos ¿Se preguntaron alguna vez cómo viven los chicos con discapacidades en pandemia? Nosotros sí y por eso platicamos con ella hoy, en el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. No te pierdas que piensa, siente y vive María José, quizás logres ponerte un ratito en sus zapatos y eso ya es ganancia para todos.
Defínete en pocas palabras, como un tweet.
Soy una chica entusiasta, alegre y luchadora. No me doy por vencida y soy feliz, la verdad.
¿Cómo estás viviendo la pandemia?
Pues ha cambiado mucho mi vida en todos los ámbitos: escolar, familiar… Antes asistía a la escuela por la mañana y a la tarde tenía mis actividades de música y ahora es todo “en línea”. Los fines de semana antes salíamos a pasear con la familia e íbamos de visita y eso ya no se hace, todo es por vídeollamada. Me gustaría que ya se termine la pandemia para salir de nuevo. Hoy día estamos todos pegados a la computadora y, en mi caso, hay cosas que se complican con la tecnología y mi falta de visión… Así que me voy adaptando, pero me gustaría más que todo fuera como antes.
¿Qué es ser unas personas con discapacidad visual?
Es sentir las cosas de diferente manera. Las personas con discapacidad visual somos personas normales con ganas de aprender, con deseos y queremos salir adelante. A veces nos encontramos con personas empáticas pero a veces no y eso se complica un poco más.
¿Qué tipo de discapacidad visual tienes?
Hasta que estaba en el kínder, podía ver por un ojo, tenía un “residuo visual” en un solo ojo, pero con el tiempo lo fui perdiendo hasta que no pude ver más.
¿Tienes recuerdos de esa época, de cuando podías ver?
Sí, recuerdo que aprendí los colores, las letras y las formas. Recuerdo el color rojo porque es fuerte y siempre dije que era mi color favorito, desde pequeña. A veces recuerdo algunas figuras y las letras para mí son los puntos del braille. El tacto hoy día es fundamental para mi para definir todo.
¿Cómo es la cara de tu mamá Maribel?
Mi mamá tiene ojos bonitos, un rostro sonriente, su cabello es largo, lacio y suave… Su nariz es como la mía pero su boca es diferente… La siento con una sonrisa.
¿Qué es lo que más te gusta de ti misma?
Me gusta estar feliz y tratar de salir adelante aunque cualquier adversidad.
¿Y lo que te gustaría cambiar?
No me gustaría cambiar nada de mí (Se ríe).
¿Sientes que tu discapacidad te impide cosas u hoy día, con la tecnología por ejemplo y tus capacidades, te sientes con acceso a todo?
La tecnología nos apoya mucho pero no en todo. En lo escolar y con las clases “en línea”, sí me faltan cosas y se complica…
¿Cómo haces para tomar las clases por zoom y hacer las tareas de la escuela?
Cuando las clases eran presenciales, hacía las actividades en braille y grabadas y ahora todo es por Zoom. Si proyectan actividades en la pantalla no las veo y si trabajan con los libros de texto, me tienen que leer y yo grabo. Tengo que pedir apoyo para trabajar. Hace unos meses anunciaron que saldrían los libros para estudiar en braille e inmediatamente mandamos las solicitudes a la Secretaría de Educación Pública, directamente al secretario Esteban Moctezuma Barragán, pero jamás nos contestaron. También consultamos en la Secretaría de Educación de Yucatán (Segey) y lo mismo, no obtuvimos respuesta. Yo me quedé esperando los libros, pero nunca llegaron…
¿Cómo te parece que ve la sociedad yucateca la discapacidad en general? ¿Hay empatía?
Me parece que hay cierta empatía y creo que podría existir más y eso nos facilitaría las cosas. Necesitamos que se pongan en nuestros zapatos y siento que falta un poco para eso. Pero si lo logramos sería muy bueno porque somos como todos y sólo necesitamos ciertas adaptaciones para vivir y manejarnos mejor.
¿Qué deberíamos cambiar como sociedad para crear conciencia sobre la discapacidad?
Siento que no hay un control de las personas con discapacidad. Yo, por ejemplo, solicité mi tarjeta de Bienestar y nunca llegó, es como si no estuviera registrada. Los gobiernos deben saber quiénes somos. Y en cuanto a la sociedad en general, deben ser más empáticos y que nos apoyen cuando los necesitamos.
¿Qué vas a ser cuando seas grande?
Voy a ser maestra de piano y tal vez nutrióloga.
Dale un mensaje a la sociedad.
Las personas con discapacidad tenemos ilusiones, sueños y esperamos las mismas oportunidades que todos. Tratamos de llegar muy lejos con nuestro esfuerzo pero también esperamos contar con el apoyo de todas las personas.- Cecilia García Olivieri.