“Mientras no hablemos de sexualidad, no avanzamos en prevención”
Hoy, en el Día Internacional de la Lucha contra el Maltrato Infantil, mostramos abrazos en la imagen que ilustra esta nota. Y también platicamos con la psicoterapeuta Xochilt Alcocer, quien nos ayuda a abrir un poco más los ojos y la cabeza en lo que a violencia y abuso sexual a niños se refiere, todo con una mirada esperanzadora, conózcanla:
Abordar el tema del maltrato y abuso infantil eriza la piel, seas padre o no. No estamos acostumbrados, nos incomoda, nos hace ruido y, si pudiéramos, nos taparíamos los ojos, la boca y los oídos, así de literal. Sin embargo en dos verbos están gran parte de la solución: informarnos y hablar. Así de simple y así de fácil.
Y una mujer que no sólo habla e informa, sino que también escucha, apoya, aconseja y cura es Xochilt Alcocer Mézquita, psicoterapeuta infantil y juvenil y maestra en Intervención en Violencia quien, hace más de 15 años, trabaja codo a codo con niños y adolescentes víctimas de maltrato y abuso sexual.
Su trabajo no es fácil pero ella no lo hace imposible y sigue adelante por y para los niños, esos bajitos que, a pesar de vivir situaciones extremadamente difíciles, tienen el poder de la resiliencia y salen adelante. Hoy, en el Día Internacional de la Lucha contra el Maltrato Infantil, platicar con Xochilt es un regalo para que aprendamos nosotros, los grandes. Conózcanla:
¿Quién es un niño maltratado?
Es un niño que, en primera instancia, tiene capacidad de resiliencia (capacidad para superar situaciones traumáticas). Es un niño triste, curioso, inquieto, que rompe reglas y muchas veces no sabe porqué lo hace. Parece enojado por todo, puede ser temeroso de los adultos y personas como figuras de autoridad. Esos pueden ser algunos síntomas de un niño que sufre maltrato.
Profesionalmente hablando estás de vacaciones ahorita ¿De qué te sirve tomar distancia de la actividad diaria?
Vivimos en la cultura del sufrimiento, tanto en nuestra religión como en la de nuestros ancestros. Por eso la vacación es difícil para nosotros, te sientes culpable porque no eres productivo, pero hay que tener en cuenta que es parte del ser humano relajarse. A mí me sirve para regresar con nuevas ganas porque trabajar con violencia es sumamente estresante. Llega un momento en que ya no puedes más porque es abrumador recoger todas esas emociones de personas que sufren violencia todo el tiempo en el trabajo terapéutico. Tú lo cargas, lo llevas porque ellos te lo dejan de una u otra manera cuando lo platican contigo. Irme de vacaciones es alejarme, reconocerme conmigo como lo que soy, con mis hijos, evaluarme a mí como madre, conectarme con ellos para jugar y también con mi niña interior.
Hace años que te dedicas a esta profesión ¿Cómo ves que evoluciona el tema del maltrato y abuso sexual a menores?
Ha evolucionado y no hemos bajado. Ayer precisamente le platicaba a unas mamás que me daba mucha tristeza ver que estamos avanzando en el tema de equidad, de los derechos de los niños, pero en realidad disfrazamos con otros nombres más bonitos las cosas. Existen actualmente formas de maltrato a los niños que antes llamábamos “Negligencia”, que es una forma de dejar que el niño haga todo solo, no lo atiendes ni cubres sus necesidades al 100 por ciento. Decía que antes le decíamos “negligencia” y ahora lo disfrazamos con un electrónico y no vemos que hace cinco horas que está pegado a un aparato. Le quitamos su capacidad de crear, jugar, correr, platicar con los padres. La negligencia es una forma de maltrato, no lo queremos ver así y pensamos que evolucionamos, pero no.
Respecto al abuso sexual en niños, vemos que los abusadores han encontrado nuevas formas porque hoy día los niños conocen más del tema, así que los abusadores se vuelven más “cuidadosos” en sus formas de proceder. Ya no usan palabras clásicas como “Si tú le dices a alguien, te va a pasar algo”. Los abusadores “evolucionan” y se sienten más cuidadosos y, como las bacterias, se adaptan a las vacunas. Incuso ya van más despacio, tienen más paciencia para convencer al niño durante más tiempo porque saben que están en peligro y hay más riesgos.
¿En qué edades ves más el abuso sexual a niños?
Preescolares, escolares y pubertos, en este último caso más en niñas por las redes sociales, donde son contactadas por personas que se hacen pasar por adolescentes. Ellas se sienten hermosas, admiradas y se enganchan con alguien que no conocen. Los adolescentes tienen malamente la idea de que “A mí no me va a pasar” y caen en el juego de adultos que se disfrazan de adolescentes.
¿Por qué cuesta tanto hablar del abuso sexual?
Porque estamos mal educados desde la sexualidad. Mientras no avancemos en sexualidad, no avanzamos en prevención y seguimos en pañales en estos temas. La gente confunde temas como la equidad de género, las familias homoparentales y a muchos les asusta estos temas y los asocian con la sexualidad. Muchos papás piensan que educar en la sexualidad es educar en el libertinaje, cuando hablar de sexualidad es hablar de valores y educación que no tienen nada que ver con el libertinaje. Por eso es tan difícil abordar la prevención. Muchos piensan que si cuidan a sus hijos las 24 horas –lo cual nunca sucede- con eso previenen y evitan hablar de sexualidad.
¿Cómo hacemos para hablarlo? ¿Por dónde empezamos?
Lo primero es hablar de nuestro cuerpo. Empezar de forma sencilla para que el niño conozca su cuerpo y sus emociones, sin hablar de genitalidad. Preguntarle cómo le gusta que lo abracen, que le hablen, qué no le gusta de eso, qué cosas lo lastiman, lo hacen sentir triste, apenado o avergonzado. Es un buen inicio y desde ahí podemos educar con la asertividad para decir lo que siento y lo que pienso sin lastimar al otro. Este es un buen inicio, no importa la ideología que tengamos. Incluso con adolescentes también es necesario hablarlo a fin de platicar con ellos sobre lo que les gusta y no les gusta en las relaciones de amistad, familiares y de noviazgo.
¿Qué necesita un niño abusado?
Comprensión y que le crean, antes que nada. Es el primer paso. Lo más difícil en una situación de abuso cuando ya se dio, es que le crean. Es tan impactante para un adulto escuchar un caso de abuso infantil, que le cuesta creerlo y comprenderlo. Un niño lo ve de otra forma, nunca como un adulto, por eso necesita ser comprendido y para lograr eso, necesitamos estar bien informados a fin de actuar de la manera correcta.
¿Qué necesita una familia que se enfrenta a esta situación?
Apoyo psicológico y apoyo legal si el caso lo requiere, porque una situación de abuso infantil permea en toda la familia y afecta de forma social. Es muy difícil de resolver solos y creen que con callarlo, no volverlo a hablar y cuidar al niño se resuelve, pero no. Hay muchas emociones que quedan en el niño abusado y en la familia que hay que tratarlas con apoyo profesional.
¿Cómo hacemos como sociedad para empatizar con este tema?
Informarnos ante todo. Se puede hablar del tema, pero si no existe información, se aborda con mucho prejuicio y se crean barreras e ideas falsas.
Danos un mensaje en el Día Internacional de la Lucha contra el Maltrato Infantil
Que recordemos que nuestra infancia es nuestro futuro y que si nosotros criamos niños amados, van a ser productivos y felices y se convertirán en adultos mejores a favor de nuestra sociedad.- Cecilia García Olivieri.