“Mi hijo va a entrar paradito a mi casa”
Fernando vivió hace días el peor momento de su vida cuando vio cómo su hijito Samuel sufría en carne propia las quemaduras por aceite hirviendo en 30% de su cuerpo. Hoy el nené de Tecoh se está recuperando en un hospital en Texas y el papá nos da detalles del caso y de la fe en la curación de su hijo
Dice que todavía está “Fuera de órbita, descontrolado”. Porque hay pocas cosas en la vida que saquen más de eje a un padre que ver sufrir a un hijo. Y así se siente todavía Jesús Fernando Heredia, papá del pequeño Samuel, que el pasado 16 sufrió graves quemaduras con aceite hirviendo y hoy está en proceso de curación en Texas, Estados Unidos.
Y aunque todavía y después de tanto dolor Fernando “no se haya”, el saber que su nené está siendo bien atendido, lo calma y lo hace ver para adelante, siempre. Sumario Yucatán platicó hoy con él para saber cómo está el chiquito y su mamá, internados los dos desde el sábado 19 pasado en el Shriners Hospital en Galveston, Texas, donde estará probablemente ingresado hasta mitad de este año.
Como informamos, el pasado 16, Samuel cayó en un tambor de aceite hirviendo de un puesto de comidas en Tecoh, de donde es oriundo. Su familia estaba comprando pescado frito y el nené se había quedado arriba de la moto. No se sabe si él mismo accionó el motor, el tema es que el vehículo cayó sobre el puesto de frituras y el chiquito en el aceite hirviendo donde cocinaban, sufriendo quemaduras de segundo y tercer grado en el 30% de su cuerpecito, especialmente en la cara, la parte más afectada. Los párpados y ojos están comprometidos.
Gracias a la mancuerna generada entre el Ayuntamiento de Tecoh, el Gobierno del Estado y la Fundación Michou y Mau, Samuel fue trasladado de urgencia al Hospital O’ Horán, donde permaneció tres días, hasta que se organizó su traslado al Shriners Hospital gracias a la intervención de la fundación Michou y Mau. El Gobierno del Estado se hizo cargo del traslado de la ambulancia aérea.
Fernando es albañil y el día de la tragedia estaba trabajando. “Me hablaron para avisarme lo que había pasado. A Samuelito ya lo estaban trasladando al Hospital O’ Horán en Mérida, así que le pedí dinero prestado a un vecino y me fui para allá urgente”, cuenta.
A pesar de la gravedad de la quemadura, cuando Fernando llegó al Hospital O’ Horán, Samuel estaba consciente.
“Me hablaba mi hijo, pobrecito… Estaba destrozado, toda su carita quemada”, relata, con un nudo en la garganta.
En el hospital le dijeron que probablemente perdiera una mano por las quemaduras y que tenía un ojo muy comprometido. “La doctora me explicó que iban a dejar la herida de la mano derecha abierta para que circule la sangre y hoy mi esposa Aracely me explicó por teléfono que ayer lograron costurarle la herida. Eso es un avance”, explica. De a poco, Samuel comienza a recibir terapias de movimiento para lograr estirar los deditos.
Y Fernando además está contento porque cada vez que habla con su esposa, las noticias son alentadoras. “Samuelito está bien, recuperándose. Nos habían dicho que iba a perder un ojo, pero mi esposa me dijo que ya puede abrirlos y puede ver bien. Igual los médicos dicen que hay que esperar a ver cómo se regeneran los tejidos. Por ahora mi hijo está estable y esas son buenas noticias”, remarca.
También señala que su esposa Aracely le cuenta que pasa todo el día con Samuel y hasta duerme en el hospital. “Hoy me contó que Samuelito dio unos pasitos y yo estoy seguro que se va a sanar pronto, aunque nos dijeron que podría tener el alta para junio o julio próximos. Igual mi hijo es un niño muy valiente y fuerte, a él le encantan los toros y los caballos, eso lo motiva mucho, volver a ver a sus animales preferidos. Yo estoy seguro que mi hijo va a entrar paradito a mi casa y espero que sea muy pronto”, concluye.- CGO.
(En la imagen de portada, Samuel, su mamá Aracely y un paramédico durante el traslado aéreo a Texas, Estados Unidos).