Maternidad subrogada, un tema todavía “en el limbo”
“Madre es la que pare”, dice la Constitución y ahí terminó el asunto. Sin embargo la subrogación o alquiler de vientre existe en México y en Yucatán también. No se externa, no hay estadísticas al respecto y tampoco existe una ley que la ampare. Platicamos con el doctor Manuel Méndez, especialista en reproducción, y él nos pone las cartas sobre la mesa
Estar en “lo oscurito” en “el limbo”. Así define el médico Manuel Méndez Arceo, especialista en reproducción desde hace más de 35 años, la situación a la que se enfrenta Yucatán y todo México cuando hablamos de subrogación de vientre.
Este hombre -entregado en cuerpo y alma a su profesión- realizó en 1998 la primera fertilización in vitro en Yucatán y nacieron gemelos. Hoy día, cada vez que entra al laboratorio, se sigue poniendo ansioso, le corre la adrenalina por las venas y se maravilla cuando otra vez “se hace la vida”.
Sin embargo, si nos referimos a la subrogación de vientre o maternidad subrogada (o alquiler de vientre, como también se llama), Manuel se pone serio. Porque aunque no hay legislación en México al respecto, sabe que se realiza en el país y en Yucatán y sin ley, control, pero sobre todo sin responsabilidad de todas las partes. Y ahí el asunto se complica y mucho.
Países como Grecia, India, Ucrania, Reino Unido, Grecia y algunas ciudades de Estados Unidos ya tienen legislación al respecto. En México, los estados de Tabasco y Sinaloa han recurrido a la figura del contrato como el medio para realizar la subrogración de vientre, pero concretamente no existe una ley al respecto. La Constitución dice “Madre es la que pare” y ahí, por el momento, termina el asunto.
Con Méndez Arceo platicamos sobre la subrogación de vientre, que es cuando una mujer presta su útero –de forma económica o altruista- para que una pareja que no puede gestar se convierta en padres. No se pierdan esta entrevista rica y reflexiva sobre el tema:
¿Por qué una mujer no puede gestar en su vientre? ¿Cuáles pueden ser los motivos?
Existen dos causas principales por la que una mujer no puede gestar en su propio vientre: anomalías generadas desde el nacimiento y malformaciones adquiridas. En las primeras nos encontramos úteros con deformaciones naturales o congénitas, por ejemplo si se tabicó o se desarrolló de un solo lado. En el caso de las malformaciones adquiridas, encontramos casos de pólipos, fibromas (leiomiofibromas), cánceres, alteraciones de endometrio que deforman la cavidad uterina y ya no es adecuada para el desarrollo de una gestación.
¿Hay muchos casos de mujeres en Yucatán que no pueden gestar?
Cada vez tenemos más casos. La causa es que hoy día la mujer busca un embarazo después de los 35 años y eso predispone dos factores: la calidad del óvulo y las enfermedades uterinas o pélvicas que comienzan a aparecer generalmente a esa edad. Otra patología puede ser la extirpación del órgano –histerectomía- que es cuando la mujer se queda sin el útero.
Por otro lado, en 1982 las estadísticas muestran que la infertilidad en el varón era del 10%. Ahora es del 50% y para 2060 se proyecta que sólo el 15% de los varones será fértil. Estas estadísticas son mundiales.
¿Qué es la subrogación del vientre?
Es cuando una mujer, de forma económica o altruista, presta su matriz y útero para que una pareja que pudiera ser fértil pero por problemas en la matriz no lo es, pueda lograr un embarazo. La matriz no es de los progenitores y aquí comienza a complicarse el tema.
¿Por qué se complica el tema?
Porque mientas no haya una legislación sobre la subrogación de vientre en México, es realmente un problema porque no hay protección para los padres genéticos, puede haber formas de chantaje y presión económica de la madre que prestó el útero, por ejemplo. Tampoco ella está protegida por la ley, ni mucho menos se analiza con responsabilidad toda la situación antes de llevar al cabo la subrogación.
¿Cómo trata la legislación mexicana este tema?
La Constitución dice que “Madre es la que pare”, aunque haya firmado 20 mil papeles y se haya comprometido a dar al bebé luego del nacimiento. Aquí es donde empiezan los problemas. Además hay casos en los que muchas veces la mujer no tiene ni el óvulo ni matriz para concebir y el padre puede dar el esperma y la mujer que va a prestar su matriz, puede dar el óvulo. Entonces ¿Para qué hacer la fertilización in vitro si se puede hacer la inseminación intrauterina? Aquí ya hay también madre genética y se complica más la situación sin legislación al respecto.
¿Existe esta modalidad de paternidad en Yucatán?
Que se externe que se hace no, pero sí existe. En qué porcentaje no lo sabemos, nadie aporta datos para hacer una estadística real en nuestro estado. Sabemos de casos por los mismos médicos de que hay una pareja que no es la mamá y son situaciones extremadamente difíciles. Los hospitales dicen que es la mamá porque fue la que parió y que se hagan los trámites de adopción en el Registro Civil. Sin legislación que la ampare, la subrogración de vientre se realiza tras bambalinas y no está penada porque no existe la ley.
¿Hay información nueva al respecto?
Estoy tomando un posgrado en CDMX sobre Fertilización donde acuden médicos de todo el país y abordamos temas legales, éticos y médicos. Ahí se plantean desde las cosas más sencillas de la infertilidad hasta temas más complejos como la subrogación de vientre. Son temas que nos preocupan.
¿Cuál es la preocupación?
Que no exista legislación. Entonces se menciona que Sinaloa y Tabasco tiene leyes locales al respecto pero no está establecido en la Constitución y, como estados federados, si hay algún problema legal, se va a los Tribunales Federales y ahí solo sólo un artículo que dice que “Madre es la que pare” y no hay poder humano que sobrepase la Constitución.
La otra cuestión es que, desafortunadamente, los proveedores de estos servicios son centros de reproducción que se rigen por intereses económicos. Lo importante es legislar qué estamos haciendo en reproducción asistida, qué se debe hacer y qué no se debe hacer para saber cuáles son las consecuencias legales.
Mencionaste que no es un delito si no hay ley
No es un delito porque no hay una ley. Hay normas de la Secretaría de Salud, de las federaciones médicas, pero lo importante es que exista una ley para protección de la pareja, de la gestadora y del médico. Mientras tanto estamos en el limbo.
¿Cómo se realiza una fecundación in vitro?
Se realiza en un laboratorio donde se pone en una burbuja que semeja el ambiente de la mujer, es como una incubadora. Se coloca el esperma junto al óvulo en un medio de cultivo especial, como si estuviera en la trompa para que lo fecunde. A las 18 horas de haberlos juntado, se valora si se hizo la fecundación, y si existe, se le da seguimiento al desarrollo del embrión. Luego viene el momento de la transferencia de ese embrión al útero. También existe la inyección introcitoplásmica de espermatozoides, que es cuando se inyecta un esperma al óvulo directamente. Todo depende del caso.
Hace muchos años que te dedicas a esto ¿Cómo lo vives?
Es una responsabilidad no sólo en el aspecto médico, también emocional y económico. Son procedimientos que tienen costos altos y hay gente que empeña su carro y lo que sea para lograr una familia. Es una responsabilidad del médico y, a pesar de que lo hago hace años, está uno ansioso de que lleguen las 18 horas para ver si hubo fecundación y ver el desarrollo del embrión.
Por otro lado, se está preparando el endometrio, porque a veces no coincide el momento de madurez del embrión con el nido y ahí existen otras alternativas como la congelación de embriones. Es una técnica maravillosa pero yo no la hago, es una limitación moral que tengo. Tampoco existe legislación al respecto, cabe destacar, a pesar de los grandes avances de la tecnología y de la gran demanda.
¿Debería existir la subrogación de vientre debidamente legislada en México?
Sí, definitivamente sí. No lo veo mal, pero tiene que estar regulado y legislado para que todo sea claro. Además, es fundamental que se realicen antes estudios médicos y psicológicos para que sepamos quién es la madre que prestará su útero, si es sana, cuál es su historia clínica, si está preparada para hacer un contrato y alejarse del bebé que llevó en su vientre. Es necesario estudiar la situación médica y emocionalmente.
Y aunque es una alternativa más para las parejas que no pueden gestar por alteraciones en el útero, también es necesario ver la salud mental de la pareja a fin de que estos procedimientos sean exitosos para todos.
Hay otro tema hoy día y es que parejas gays, transgénero y bisexuales promueven la subrogación de vientre. Se menciona que, a nivel mundial, un 3% de esta población la realiza, sin embargo es una estadística falsa porque muchos centros no lo reportan por un tema de privacidad de la pareja. Insisto, no hay estadística, todo se hace en oscurito. Cada vez es más grande el número de personas que necesitan de la maternidad subrogada.
¿Cuál es el nexo entre legisladores y comunidad médica para tratar la subrogación de vientre?
Existe una comisión de Salud Reproductiva en la Cámara de Diputados pero no se ha llegado a nada. Han intentado abordar el tema con “copia y pega” de legislaciones de otros países donde sí se hace la subrogación de vientre, pero que tienen mentalidad y tecnología muy distintas a la nuestra. Necesitamos un grupo de diputados con una mentalidad abierta y mucho conocimiento del tema para que la subrogación de vientre no quede en el en un cajón.
¿Cuál es, para ti, la mejor forma de abordar este tema?
Con responsabilidad. Hoy día las parejas no tienen temor social de hablar de la subrogación de vientre o de embriones congelados, las nuevas generaciones son más abiertas. Es por eso que el tema se debe abordar con responsabilidad desde el área legislativa, médica y emocional, desde la salud mental de la pareja y de la madre que prestará su útero. Se deben hacer estudios muy profundos y responsables de todos estos métodos porque estamos manejando expectativas humanas que deben proteger a ese niño o niña por nacer.- Cecilia García Olivieri.