“Maid”, sobre limpiar inodoros, motivación y resiliencia
Columna Sábado Sudaca
Por @LaFlacadelAmor
“Pero ¿Cómo se puede abusar de las emociones?”, le pregunta Paula a su hija Alex, en un tono burlón, riéndose, como si estuviera hablando de algo que #bajoningunpuntodevista puede suceder. Porque para Paula –mamá de Alex -mujer abusada emocional, psicológica y económicamente por su novio Sean-, el abuso y la violencia de género sólo tienen que ver con madrazos y con mala paternidad y Sean es, según Paula, un buen tipo, buen padre, trabajador… Sí, gente, Alex vive una realidad contracorriente para su madre y también para gran parte de la sociedad. Sépanlo.
La pregunta que le hace Paula a su hija Alex de 25 años, mamá de la bella y pequeña Maddy, me quedó grabada a fuego en el cerebro y el corazón. Este diálogo está en la serie “Maid” (“Cosas por limpiar”), que se estrenó hace unos meses y puedes ver en Netflix. Spoiler alert: Ver Maid es una experiencia emocional fuerte, provoca constantes nudos en la garganta y te puede conducir sin frenos al llanto. Pero también te puede hacer consciente de que la realidad que vive Alex como mujer abusada es lamentablemente bastante común hoy día (y ayer, hace años y mañana…), no importa si vives en Estados Unidos como ella, en China, en México o en Yucatán. Y también puedes sentir empatía, sororidad y compasión por alguien que vive una situación así o por ti misma.
Alex quiere ser escritora, recibe una beca de una universidad pero “siempre no” concreta su sueño. Alex se embaraza de su novio Sean y no quiere abortar. Alex se convierte en mamá de Maddy y es una progenitora feliz y presente, pero no todo fluye bien. Sin trabajo, vive violencia de parte de Sean y un día, harta, huye con su nené, sin red de apoyo y sin un centavo en el bolsillo.
Maid te cuenta de una forma excelsa y sin caer en dramatismos telenovelescos los obstáculos que vive Alex y que a huevo -o a ovarios- debe superar: desde explicar por qué decidió abandonar a su pareja y que le crean, lidiar con la burocracia del gobierno (pasa en todos lados, hasta en el país vecino) y vencer una tras otras las barreras que se le cruzan en el camino. Y son muchas, aclaremos.
Y ya del vamos nos encontramos con la realidad de que la misma Alex no cree, en un primer momento, que ella es víctima de violencia. Apenas llegada a un refugio de mujeres, la joven mamá explica el tipo de violencia que recibe de su pareja y hace hincapié en que “nunca me golpeó” (sólo le revoleaba cosas que estallaban a centímetros de ella, digamos todo). “La violencia es como el moho: va creciendo”, le dice una amiga que conoce en el refugio, también víctima de violencia.
Alex la rema muy fuerte en toda la serie y consigue chamba como trabajadora doméstica (maid), mal pago y mal tratado. Pero puede más la fortaleza y, aunque otras miles de piedritas se le cruzan en el camino, ahí la ves, siempre “piu avanti” por ella y su hija Maddy (la nené es lo mejor de la serie, es un respiro para su mamá Alex y para las y los espectadores, aunque casi no habla).
Maid no romantiza la maternidad ni la pone a Alex como una “guerrera”, un término que se escucha hoy día muchísimo y que, en lo particular, no me gusta para nada. Las mujeres no “luchamos” contra nada o nadie, tratamos de vivir mejor y salir adelante, por nosotras y por nuestros hijes.
Mamá, papá e hija Siempre juntas
Decía que Alex la rema fuerte en toda la serie pero, como en toda historia, hay un punto de inflexión, de conflicto total, y ves como la protagonista no puede salir, no tiene escapatoria a tanto drama. Y también es parte de la vida, de las consecuencias devastadoras del abuso emocional y económico que muchas veces nos toca vivir.
La mirada de Maid -basada en el libro “Maid: Hard Work, Low Pay, and a Mother’s Will to Survive”, de Stephanie Land y escrita la serie por Molly Smith Metzler (guionista de “Orange is the New Black”) y dirigida por John Wells- es cruda pero también motivadora y resiliente, de eso no tengan dudas.
Y bravo por la actuación de Margaret Qualley en el papel de Alex (la conocimos en Leftovers , cuando era adolescente y ya pintaba como excelente actriz) y de la genia de Andie MacDowell en el papel de Paula, mamá de Alex. Son genias.
Si eres víctima de violencia física, emocional, económica o patrimonial o conoces a alguien que lo sea, en Yucatán puedes contactarte con la Secretaría de las Mujeres (9999 23 37 11, al 911 o al 089) o con el Instituto de la Mujer Mérida (999 924 0296).