Lecturas
Butaca Alta
Por Roberto Acevedo Acosta
Y llegó el día en que el mundo del fútbol se cimbró por algo que todos sabíamos que tarde que temprano iba a pasar. Cuando todo pintaba para la renovación del que sería su último contrato con el Barcelona, en un abrir y cerrar de ojos, el club catalán en su cuenta de Instagram dio a conocer que su estrella Lionel Messi no continuaría más en la institución.
En cuestión de minutos el mundo del deporte replicó la noticia y a partir de ese momento empezaron todo tipo de especulaciones. Pero después de la tormenta llegó la calma y fue en cuestión de horas cuando se dio a conocer la firma por dos años -con opción a un tercero- del astro argentino con el PSG de Francia ( Paris Saint- Germain).
Antes de eso hubo lágrimas de Messi en una rueda de prensa donde se despidió del Barcelona con la sentencia de que él no se quería ir de esa manera del club de sus “amores”.
Para esas horas la prensa española decía que el culpable de la partida de Messi eran las condiciones del tope salarial o FairPlay financiero que la FIFA impusó al Barcelona, lo que impedía un nuevo contrato para su estrella.
Incluso se supo que Messi había ofrecido bajarse el sueldo un 50% con tal de quedarse con los azulgranas.
Aquí hay una primera lectura: ¿Cuánto tenía que haberse bajado Messi el sueldo para que las finanzas del Barcelona se ajustaran al tope salarial? ¿Lo que ofrecía los catalanes era lo suficientemente atractivo para las pretensiones económicas del argentino?
Pues al parecer no, porque cuando se supo de la salida de Messi, inmediatamente la gente del PSG armó una oferta para que el jugador se decantara por ellos. Hoy se sabe que el sueldo que tendrá en Francia será de 37 millones de euros más bonos, que de cumplirse los objetivos llegaría a los 41 millones de euros por temporada.
Si sumamos lo que va a gastar el PSG con la llegada de Messi y un grupo de jugadores nuevos, entre ellos el ex Real Madrid, Sergio Ramos, estamos hablando de un gasto de alrededor de 400 millones de euros para la campaña 2021.
Sin duda una cifra importante, pero se queda corta ante los 600 millones de euros que va a pagar el Barcelona, ya sin Messi, a su actual plantilla de jugadores.
Desde ahora queda claro que el objetivo del PSG es ganar la “Champions League” y ni se menciona la liga francesa porque se sabe que de calle la va a ganar.
Pero no todo es felicidad en el cuadro parisino, donde han formado un verdadero trabuco con solo escuchar los nombres de Neymar y Mbappé, dos jugadores que acompañarán a Messi en la delantera del PSG.
De entrada el técnico argentino Mauricio Pochettino tiene a su disposición a un grupo de jugadores de nivel top e internacional, que con la llegada de Messi elevan todo el potencial del equipo, pero cuidado que la historia nos ha enseñado que tener un grupo de estrellas no garantiza el éxito deseado.
Los protagonismos y envidias de muchos podrían llevar a pique los sueños del PSG. Esa es la verdadera tarea de Pochettino: saber lidiar con un vestidor lleno de estrellas.
En toda esta historia ¿Quién es el gran perdedor? De primera instancia, sin duda el Barcelona, que dejará de ingresar millones de euros por venta de mercancía e imagen, pero en una segunda lectura, el verdadero gran perdedor es la liga española, la cual en un corto plazo perdió primero a Cristiano Ronaldo y ahora a Lionel Messi , como dos de sus mayores atractivos para vender sus juegos a nivel internacional.
Aún no se sabe cuántos millones de euros ya no ingresarán a las arcas de la liga española, al perder el atractivo y activo de quién era considerado “mejor jugador del mundo”.
No hay en estos momentos un jugador en todo la liga española que pueda proyectar lo que Messi y Ronaldo hicieron en su momento. Es verdad que todo el tiempo se especula la llegada de Mbappé al Real Madrid, pero la realidad es que al día de hoy no hay una figura en todo el fútbol español del calibre de Messi, difícilmente habrá otra en el corto plazo.
Aún no vemos el verdadero efecto de lo que significó el adiós de España de una figura como Lionel Messi, hay que darle tiempo al tiempo. Lo que sí es verdad es que se vienen tiempos nuevos para todos.
Y mientras tanto qué felicidad vivir en París, ganando millones de euros, en una liga que no te va exigir mucho.