“Le agradezco a la persona que me donó porque me permitió seguir vivo”
DÍA MUNDIAL DEL RIÑÓN
La historia que nos cuenta Santiago sobre su trasplante de riñón provoca estados anímicos que van de la tristeza a la felicidad plena. No te pierdas este testimonio de vida que invita a quienes padecen insuficiencia renal a que analicen la posibilidad real de ser trasplantados para mejorar su calidad de vida
Desde hace tres años y casi dos meses, Santiago Martín es un hombre nuevo. Un trasplante de riñón exitoso le permitió seguir con su vida y él no tiene más que agradecimientos para todos lo que lo ayudaron. Su historia moviliza y te deja con una sonrisa dibujada.
Con 26 años, este joven de Umán pudo terminar su carrera y hoy día da pláticas para compartir su experiencia y motivar a aquellos que sufren insuficiencia renal a que opten por el trasplante. Hoy, Día Mundial del Riñón, compartió con Sumario Yucatán su experiencia de vida, lleno de fe, esperanza y positivismo.
Escuchar a Santiago da gusto porque además es un excelente narrador, que nos tuvo como en una película de suspenso durante todo el relato. Te invitamos a conocerlo:
¿Cuándo comenzaste a sufrir insuficiencia renal?
Desde los cinco años padecía piedras en el riñón pero me curé y quedé bien. A los 23, cuando ya estaba estudiando mi carrera de licenciado en Educación Secundaria con especialidad en Matemáticas, empecé a sentir náuseas, anemia, sequedad en todo el cuerpo y me daba mucha rasquera. Mis papás me vieron mal porque puro dormir hacía y me llevaron al Seguro Social. Después de estudios descubrieron que mis dos riñones estaban chiquititos, no trabajaban como debe de ser y cada vez que orinaba, mi cuerpo no eliminaba las toxinas.
¿Cómo continuaste el proceso de curación?
Tuve que abandonar mis estudios y dedicarme exclusivamente a la diálisis que me realizaba cuatro veces por día. Es un procedimiento que hace la función del riñón para eliminar las toxinas. Por una incisión en el abdomen, te introduces a través de un tubito un líquido que te ayuda a limpiar los riñones. Es un procedimiento esclavizante, agotador y doloroso que te hincha la barriga y toma mucho tiempo.
¿Cómo cambió la diálisis tu vida?
Ya no salía de mi casa, cada diálisis me tomaba como casi una hora y la hacía acostado en la cama. Cuando te introduces el líquido sientes mucho frío y dolor y debes cuidar constantemente tu incisión en el abdomen porque se puede infectar. Me sentía muy deprimido pero para no caer ayudaba a mi papá a meserear en su puesto de carnitas. Yo me hacía el fuerte, aunque tenía mucho dolor, pero esa era la forma de quitarme la tristeza y no caer en ansiedad y depresión.
¿Cuánto tiempo estuviste así?
Hice diálisis un año y medio hasta que un día me levanté y vi todo borroso y de golpe me quedé ciego, fue desesperante… Mis papás me llevaron al hospital y me dijeron que eso ocurrió porque mi presión estaba alta. Estuve tres días sin ver y no paraba de llorar. Cuando recuperé la vista empecé a investigar sobre la posibilidad de hacerme un trasplante de riñón, me asesoré con el doctor Jorge Martínez Ulloa, quien me apoyó mucho y fue primordial para mi tratamiento y me anoté en lista de espera.
¿La primera vez que te llamaron lograste que te trasplantaran?
No, y la situación fue muy angustiante. La primera vez me llamó el doctor Jorge y me dijo que había un riñón disponible, que me presentara en el Hospital O’ Horán. El tema es que no te llaman a ti solo, llaman también a otras personas que necesitan el trasplante y les hacen a todos el examen de compatibilidad. Cuando llegué al hospital me dijeron que no podían hacerme la prueba porque yo estaba con catarro y con una infección no pueden trasplantarte. Lloré mucho porque sentí que perdí la oportunidad.
¿Y qué ocurrió luego?
A la semana el doctor Jorge me volvió a llamar. Yo estaba tramitando mi reingreso a la escuela (quería volver a los estudios, aunque estuviera haciéndome diálisis) y no escuché el teléfono. Cuando me fijé tenía 20 llamadas perdidas del doctor. Inmediatamente lo llamé y me dijo: “¡Santiago vente ya al Hospital O’ Horán! Era el 11 de enero de 2016.
¿Qué pasó cuando llegaste?
Me encontré con 10 personas en mi misma situación, niños, señores y jóvenes, todos esperando para hacerse la prueba. Nos quitaron sangre para el examen de compatibilidad y una doctora nos dijo: “Tienen que cenar muy liviano esta noche. Si a la 1 am no los llamamos, es porque no fueron candidatos. Hay un solo riñón”. En ese momento eran las 4 pm.
¿Dormiste esa noche?
Puse mi celular debajo de mi hamaca por cualquier cosa, estaba re nervioso… A la 1 am no llamaron y pensé que no me tocaba… Sin embargo me quedé boca abajo acostado, con un ojo abierto mirando el celular a cada rato y a las 3 am sonó. Era el doctor Miguel que me decía: “Ven rápido, tú eres el compatible”.
¡¡¡¿¿¿Y???!!!
Como no tenemos auto, nos llevó un vecino hasta el O’ Horán. Cuando llegué ya tenían todo listo para operarme, me prepararon y me ingresaron al quirófano. Amanecí el 12 de enero de 2016 con un riñón nuevo.
¿Qué pasó cuando te despertaste?
Estaba en terapia intensiva y me sentía muy preocupado porque no sabía cómo había resultado todo. Me explicaron que salió perfecto el trasplante y a los dos días ya estaba en una habitación normal, aunque aislado, para evitar cualquier tipo de virus e infecciones. Así viví también en mi casa durante cuatro meses, con extremos cuidados.
¿Cómo te sientes desde entonces?
Como nuevo… Orino bien, ya no tengo náuseas, tengo buen apetito, cambió mi color de piel, puedo salir, correr y llevar una vida totalmente normal. Mi calidad de vida cambió totalmente. Ya terminé mi carrera y espero muy pronto ubicarme laboralmente.
¿Cómo debes cuidarte?
Debo tomar medicamentos de por vida, tres tipos distintos. El más barato cuesta ocho mil pesos y la caja dura un mes. Ahora tengo IMSS por mi papá y me lo dan gratis pero es importante que la gente sepa que sólo el IMSS te los da. El Seguro Popular te los provee pero no para siempre y ojalá que el Gobierno del Estado pueda apoyar a la gente que no puede acceder a estos medicamentos.
Dale un mensaje a la gente en este día
Que tengan mucha fe en las bendiciones de Dios porque en cualquier momento nos caen, tarde o temprano todo llega y es importante quererse a uno mismo para no darnos por vencidos. También hay que tener mucha humildad porque una sonrisa puede acercarte a muchas personas para que te ayuden. Que no tengan miedo y sobre todo que hablen mucho con sus familiares porque tu propia familia puede donarte, no tiene que ser una donación cadavérica, como fue mi caso.
¿Te cambió la vida el trasplante?
Te cambia totalmente la vida. Le agradezco a la persona que me donó porque me permitió seguir vivo.- Cecilia García Olivieri.
Más información en http://ceetry.ssy.gob.mx/.
(En la imagen principal, Santiago junto a sus papás y el doctor Jorge Martínez Ullóa, quien lo trasplantó).