Las palabras de Chicharito
Columna: Butaca Alta
Por Roberto Acevedo Acosta
Hace no mucho se abrió un debate sobre si Javier Hernández “Chicharito” era ya una leyenda del fútbol, a lo cual a muchos comentaristas aztecas no les gustó que el propio jugador se autonombrara de esa manera.
Tal vez a sus detractores no les gusta su estilo de juego ni la manera que rinde en la cancha, pero la flamante contratación de L.A Galaxy sin duda es una leyenda, todo depende de la generación que lo haya visto jugar.
Quienes lo tienen en esa categoría son jóvenes de menos de 20 años que lo vieron debutar con el Manchester United y luego verlo jugar con el Real Madrid y en el Bayer Leverkusen. Además de ser el máximo goleador de la selección de México.
Si usted le pregunta a un joven si Hugo Sánchez es una leyenda, probablemente le dirán que sí porque su padre lo vio jugar y le dijo lo que hizo en el Real Madrid. Pero él no estará muy seguro de sus palabras porque sencillamente no lo vio triunfar en Europa.
Ahora bien, una persona de más de 60 años o más le dirá que Salvador Reyes era una leyenda, que Antonio “la Tota” Carbajal también lo era o que como Manuel Manzo no hubo ningún otro.
Al final una leyenda es y será para los que fueron parte de su generación. Los que no los vieron jugar dirán que escucharon de ellos, pero hasta ahí.
En una encuesta entre gente del fútbol mexicano, los cinco jugadores más importantes quedaron así. 1.- Hugo Sánchez 2.- Rafael Márquez 3.- Javier Hernández 4.- Andrés Guardado y 5.- Carlos Vela.
Es de llamar la atención que dentro de los primeros cinco lugares no hubo espacio para Cuauhtémoc Blanco, que para mi tuvo más calidad que un Andrés Guardado y Carlos Vela, tal parece que para que seas considerado un jugador importante tienes que haber jugando en el extranjero.
El que pinta para leyenda es Raul Jiménez, quien juega para el Wolverhampton en la Liga Premiere de Inglaterra y que ha logrado hacer muchos goles en un equipo de media tabla del fútbol inglés.
Después de una carrera en Europa que comenzó en el Atlético de Madrid y luego Benfica de Portugal, donde no tuvo los minutos que todos deseaban, el delantero mexicano supo encontrar su lugar en Inglaterra y la está rompiendo como se dice ahora.
Sin embargo ya empiezan a surgir las voces, dentro del medio mexicano, que empiezan a sugerir que el equipo inglés le queda “chico” a Jiménez y debería buscar nuevos horizontes en escuadras de renombre como Chelsea, Tottenham o Manchester.
Me parece que esa clase insinuaciones son el principal mal para los jugadores aztecas que están en el viejo mundo. Hay una especie de obsesión mexicana por empujar a estos jugadores para ir a equipos donde tal vez el sistema de juego no es para ellos y eso va en detrimento de su fútbol.
Qué mejor ejemplo que el “Chucky” Lozano, que era una estrella en Holanda pero le ha costado mucho trabajo adaptarse al fútbol italiano; y más en un equipo como el Nápoles donde lo ponen a jugar en una posición que no es la suya.
Nadie pone en duda la calidad del jugador pero hay equipos, sistema de juego, entrenadores o ligas en donde mejor se adaptan y rinden más y otras donde no.
Hay que dejar de presionar al jugador pidiéndole todo el tiempo que vaya por más. Tal vez rindan más donde se sientan cómodos, aunque eso sea en equipos chicos o de media tabla.