“La masculinidad se construye a partir de nuestra propia historia”
¿Hablar de masculinidades positivas es moda o una realidad? El antropólogo social y especialista en violencia e intervención con hombres desde un enfoque de género Rafael Alfaro no duda un segundo: “Hay una inquietud de los hombres por conocer y están asumiendo una transformación”, asegura. Sobre el tema y en el marco del 25N, nos platica de su experiencia en talleres de masculinidades y sobre el proceso que muchos hombres ya emprendieron en un camino positivo y de ida
Un cambio se puede dar de la noche a la mañana, pero una transformación es un proceso y, por eso, toma más tiempo. Hoy día hay hombres que pueden mirarse para adentro, se preguntan qué les gusta y no les gusta de ellos y qué quieren cambiar para ser mejores. No lo hacen en un abrir y cerrar de ojos, pero arrancan un proceso que, aunque llevará tiempo, también llegará a buen puerto.
Y estos hombres que se miran para adentro porque quieren conocerse y cambiar, transitan una “masculinidad positiva”, que los hace cuestionar muchas cosas como porqué, como hombres, no pueden recibir afecto de sus hijos, no se sienten incluidos en los espacios domésticos, no escuchan a sus parejas ni se siente escuchados y, muchos de ellos, hasta ejercen violencia de género. Esa mirada introspectiva puede doler, movilizar, hacer llorar pero sobre todo invita a una reflexión que se vuelve un camino de ida.
Y en esos rumbos anda Rafael Alfaro Cob, antropólogo social y especialista en violencias y terapia familiar y de pareja y a punto de diplomarse en Intervención con Hombres desde un Enfoque de Género. Rafa es, además, quien arrancó con los talleres “Menos Machos, Más Apapachos” que realizó con un éxito rotundo el Instituto de la Mujer de Mérida y que, hasta en pandemia, siguieron trabajando vía Zoom por la excelente convocatoria que hubo de hombres de todas las edades y clases sociales interesados en trabajar en sus masculinidades positivas.
En el marco del Día Internacional de Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en Sumario Yucatán queremos darle espacio a Rafa para que nos cuente en detalle cómo se crea una masculinidad positiva y, sobre todo, cuán necesaria es, primero para los hombres y después para todos. No te lo pierdas:
Antes que nada ¿Qué significa esto de la masculinidad positiva y por qué es tan importante hablar de ella en Yucatán, México y en el mundo entero?
La masculinidad positiva consiste en que los hombres estemos abiertos a participar en espacios que, de repente, no fueron propuestos o nos dijeron que no eran para hombres. Es incluirnos en espacios domésticos, romper nuestras estructuras de una masculinidad tradicional, que reprimió nuestras emociones y que ha perpetuado durante mucho tiempo. Cuestionar esta masculinidad es el paso que tenemos que dar. Yo lo veo como esta forma de que los hombres estemos informados, nos responsabilicemos de nuestras actitudes y nuestras violencias y nos asumamos como generadores de ella para poder mirarnos en una posición de igualdad.
Aterrízalo a ejemplos
Empezar a involucrarnos en estos espacios domésticos e incluso que los hombres nos acerquemos al cuidado de nuestros hijos, nos responsabilicemos de ellos, colaboremos dentro del espacio doméstico, escuchemos las necesidades de nuestra pareja sin anteponer lo que nosotros pensamos como hombres. También tenemos que permitirnos experimentar emociones, empezar procesos terapéuticos y permitirnos recibir afecto, incluso de amigos. Los hombres marcamos mucho distanciamiento con este contacto físico, sobre todo si viene de otro hombre y es necesario tener más apertura, hay que permitirse experimentar el hecho de que otra persona te pueda abrazar, sin un obstáculo en cuestión.
¿Cuántas masculinidades existen? ¿Cuáles son?
El ejercicio de la masculinidad depende de contexto donde nos encontramos. Me hace ruido decir “nuevas masculinidades” porque ¿Realmente son nuevas? Me parece que hay masculinidades que no se han visivilizado y que, por cuestiones de la vida, hay hombres que han asumido un rol de papás y han demostrado afecto a sus hijos en sus historias de vida. Creo que puede haber masculinidades múltiples o diversas porque cada hombre vive historias diferentes, con normas y valores establecidos. Si bien está la estructura, también está la diversidad y las masculinidades positivas son las que nos importan, las que construyen igualdad y no posiciones de privilegio o poder. Se responsabilizan en la violencia y a eso le tenemos que prestar atención. Las masculinidades se construyen a partir de nuestra propia historia.
En los últimos tiempos han aumentado de una forma muy visible y pública en libros, artículos y entrevistas que abordan el tema de las nuevas masculinidades ¿Es una moda o realmente cada vez más hombres se están preocupando e incorporando al esfuerzo por conseguir una sociedad equitativa y no sexista?
Creo que hay una inquietud de los hombres por conocer. Si bien no todas las personas que tenemos información sobre el tema o hacemos investigación sobre las masculinidades son personas deconstruídas, también hay una población que está mirando y asumiéndose como agentes de transformación y que pueden proponer acciones, discursos y teorías que puedan ayudar en este proceso de transformación.
¿Cuáles son los principales y urgentes espacios y situaciones en México donde debe aflorar estas masculinidades positivas?
En los espacios institucionales, sin duda. Todavía hay muy arraigadas ideas de juzgar a una mujer porque va a poner una denuncia o violentar a otra cuando va a dar a luz. Las instituciones han puesto resistencia ante esto y si vamos a capacitarlos con talleres, asisten los empleados, no los jefes y directivos. Desde ahí hay que empezar.
Por tu experiencia en los talleres, hagamos un ejercicio: Si ponemos a un hombre frente a un espejo y lo hacemos reflexionar sobre qué siente que es, qué no le gusta de él mismo y qué le gustaría cambiar… ¿Por dónde empezaría?
¿Qué siente? Muchos sienten tristeza que no han podido externar, en ocasiones siente enojo porque prácticamente tienen que ponerse a prueba como hombres y se sienten también cansados de estar demostrando todo el tiempo que tienen que cubrir expectativas para mostrar que son hombres.
No les gusta que, como padres de familia, no reciban mucho afecto de sus hijos y se sienten más como proveedores. Te dicen “Me gustaría que mis hijos se acercaran más a mí pero van más con su mamá”. Aquí hay que ver desde dónde se están posicionando y si son papás que escuchan y acompañan.
Les gustaría empezar a mirarse sin tanta presión social, como son ellos o quieren serlo. Quieren sentirse escuchados, quieren pedir ayuda y responsabilizarse más, por ejemplo en el espacio doméstico.
Hay generaciones que fueron criados bajo un patriarcado absoluto, pero las más nuevas no, ya se ven cambios ¿Te parece que todos pueden cambiar el chip o hablar de nuevas masculinidades es más de una generación nueva?
Todos pueden cambiar el chip. La experiencia que hemos tenido en los grupos nos muestra que, si bien van a permanecer muchas conductas de la masculinidad hegemónica, no usamos la palabra “cambio”, sino “transformación”, que implica un proceso. Nos hemos topado con hombres de 65 años que han roto estructuras y uno específicamente comentaba: “Soy consciente de que la sociedad cambió y no puedo convencer a alguien de mi forma o manera de pensar. Lo que debo hacer es adaptarme y entender a las nuevas generaciones”. Sin duda podemos transformarnos. Y también te encuentras con nuevas generaciones en las que sigue presente la masculinidad hegemónica, más compleja y que se vuelve sutil, con micromachismos que se normalizan y ya no las miramos. Aquí hay que poner el foco.
¿Puede pasar que las masculinidades positivas se vuelvan negativas? Tipo: “soy hombre y estoy con una mujer empoderada, entonces dejo que ella haga y decida sobre todo, porque la tiene clara y a mi me conviene”
Eso también es un ejercicio de violencia. No te puedo someter, pareciera que estoy de tu lado, pero también te estoy controlando diciéndote “Tú lo sabes hacer mejor”. Es una actitud de violencia tremenda a la que hay que prestarle atención y hay que tener en cuenta este acuerdo en la pareja de colaboración y responsabilidad de ayuda mutua, sin posicionamiento de “hazlo tú”, para que no se generen ejercicios de violencia.
Hay que aclarar algo: el hecho de que un hombre esté informado y sensibilizado sobre este tema de las masculinidades, no significa que a partir de ahorita llevará una nueva vida y, por ejemplo, no cometerá más violencia. Esto es un proceso y muchos hasta tienen miedo de que, después de obtener esta información, puedan generar nuevas formas de violencia. Lo importante de estos grupos es permitir dialogar y formar redes que nos puedan señalar qué cosas pueden ser violentas y no sólo de hombre a mujer, también de hombre a hombre.
¿Te identificas con el feminismo? Cómo hacen los hombres hoy día para indentificarse con el feminismo?
Sí me identifico. Creo que hay una parte de tu historia que topa con una situación de violencia que te hace posicionar en escuchar las voces feministas. Yo he tenido experiencias de amigas, hermanas, mamás que han estado en situaciones de violencia y nosotros estamos para escucharlas, yo estoy para escucharlas. Y si hay hombres que no creen en estas formas, deben empezar a escuchar lo que tenemos cerca, por ahí se empieza.
¿Qué mensaje les darías a las mujeres que leen esta nota?
Desde mi voz yo estoy comprometido con el trabajo de las masculinidades y mi postura es seguir haciéndoles llegar a estos hombres información formativa de vida, trabajando en la igualdad y en la construcción de una sociedad de paz. Lo miro desde mi persona y mi trabajo con un mensaje de aliento y esperanza para todas las mujeres.- Cecilia García Olivieri.