La manifestación que cambió para siempre el 8M en Mérida
Si tuviera que definir de alguna forma la marcha que presencié hoy en Mérida en el Día Internacional de la Mujer, lo primero que me viene a la mente es el Caballo de Troya.
Porque yo estuve ahí en todo momento, desde que partieron pacíficamente de la Antimonumenta en el Remate de Paseo de Montejo y todo fluía sin problemas ¿Había algo “adentro” de la marcha que yo desconocía o todo fue espontáneo? No lo sé…
La convocatoria fue enorme, había miles de mujeres y comenzaron a marchar primeras las mamás con sus hijes y adultas mayores. Sin embargo, en un camino de cánticos, saltos, mujeres que se abrazaban y se fotografiaban, mamás con nenés en carreolas y aupa, cuando doblamos de la calle 58 a la 61 y visualizamos el Palacio de Gobierno, algo pasó.
Algo cambió para siempre.
Las mujeres vieron a las y los policías alistados con sus escudos cubriendo un Palacio totalmente vallado y no sé si esto cambió la percepción de la marcha realmente, pero sin duda despertó algo desagradable en el ambiente.
Primero las manifestantes hicieron pintadas frente a los policías, luego arrancaron las vallas, luego prendieron fuego (vallas incluidas) y cuando la policía se replegó hacia la puerta del edificio de gobierno, comenzaron las agresiones a los elementos de la SSP.
Las mujeres pintaron el edificio, rompieron vidrios de las ventanas y hasta tiraron fuego adentro de las instalaciones. Había mucho humo, empujones, gritos… Todo entre cánticos. No vi que la policía reprimiera a alguna mujer durante la manifestación, sin embargo, las manifestantes aseguraron que habían “secuestrado” a una mujer en el edificio y que luego la liberaron “en un parque”.
Me retiré del lugar ya sin batería en mi celular a las 10:30 pm y, aunque el grupo de manifestantes era mucho menor, habían encendido otra vez fuego y tiraban cosas a las ventanas de arriba de palacio.
Hasta aquí mi reporte. Agradezco no haber ido con mi hija. La marcha, también, era de todas y para todas.- CGO.