“La historia que está bajo tus pies es increíblemente rica”
En esta crónica no te voy a detallar cuántos miles de millones de años vas a recorrer en el tiempo porque te voy a dejar a ti esa experiencia. Lo que sí te voy a compartir es que, para mí, fue un flash hacerlo… Porque el Museo del Meteorito –hoy de estreno en el Puerto de Progreso- te ofrece un espacio genial para hacer ese viaje, entre un meteorito, muchos dinosaurios y una vida que comienza… Pasen y lean
Entré con mi hijo de 11 años al Museo del Meteorito en Progreso de golpe y sin anestesia. Porque llegamos justo cuando comenzaba el recorrido –veníamos de Mérida- y no había tiempo que perder. Así que un colega de Comunicación de Cultur nos agarró de la mano y sólo nos dijo “Por aquí” y nos metió de golpe y porrazo en otra dimensión… y Cerró la puerta tras él. Así arrancó nuestro paseo museográfico.
¿Por qué entramos en otra dimensión? Porque así está dispuesto para hacer de este recorrido una experiencia en carne propia… Se abre una compuerta, todo se pone negro con esa luz blanca que te resalta los dientes y lo blanco del ojo, la temperatura descendió de golpe y ya no estábamos en el Yucatán de 2022… Habíamos viajado como 14 mil millones de años y estábamos frente a rocas de tiempos prehistóricos, todas alumbradas de distintos colores. Neta, así lo sentí.
Nos guiaba a mi hijo, a mi y a otras personas –grandes y chicos fascinados como nosotros- Luis Fernando Cabral Valdéz, biólogo y director de Educación Ambiental y Capacitación del Museo del Desierto en Saltillo, Coahuila. Vino a Yucatán a capacitar al personal del Museo del Meteorito, estaba vestido como explorador y fue vital su presencia para que pasáramos un momento de aprendizaje, interacción, preguntas y respuestas.
Con una iluminación excelente que crea un ambiente único y necesario para esta vivencia, se fueron abriendo compuertas por donde pasamos y vivimos el “ vídeo mapping”. En las paredes de estos sitios se fue recreando parte de la historia que ocurrió miles de millones antes de que existiéramos y francamente, si te concentras, puedes sentir la vegetación, a los dinosaurios voladores dándote vueltas y las profundidades del mar… Una locura.
Se iluminó otra sección y aparecieron animatronics de dinosaurios que realmente no esperábamos que estuvieron allí y nos acercamos a verlos. Mientras, Luis seguía relatándonos la historia de una forma tan viva que no sabías si detenerte a escucharlo o tomarte una selfie con un dinosaurio.
Y ahí pasamos a mi parte preferida y la más conmovedora: Se abrió otra compuerta y ahora el ambiente era mucho más oscuro y frío. Allí vivimos la llegada de meteorito a Chicxulub “Estás parado en donde cambió la vida para siempre”, dijo la voz del video mapping y un poco se me puso la piel de pollo…
¿Por qué? Porque Yucatán era agua y, aunque en el norte de México existían los dinosaurios terrestres, aquí sólo había reptiles marinos. Cuando cayó el meteorito, el impacto de choque generó un tsunami impresionante que provocó lluvias de olas de vidrio hirviendo y se desprendió la tierra y llegó hasta la luna… La onda expansiva desintegró todo a su paso y fue un nuevo comienzo que arrancó aquí mismo donde tú y yo estamos parados. Dicen que recorrer la circunferencia que dejó el meteorito nos llevaría 45 horas y los cenotes que rodean nuestra tierra revelan la huella de este gran estallido. Sí, definitivamente estamos parados donde cambió la vida para siempre.
Sin salir todavía de la sorpresa, se abrió otra compuerta y volamos como el rayo a nuestra época, en una sala preparada para mostrarnos cómo la paleontología recupera todavía dinosaurios. Es tan minuciosa la chamba que hacen, que tardan una década entre que son localizados los dinosaurios hasta que viven en un museo, nos cuenta Luis durante el recorrido.
El final del paseo viene detrás de la última compuerta, donde la ciencia nos cuenta cómo es posible que dentro de unos años los dinosaurios sean clonados… Parece de película, pero no. Luego de recorrer un pasillo, el colofón es una sala con varias especies de dinosaurios en tamaño real (o casi) que interactúan con nosotros a través de la tecnología de animatronics. Es maravilloso verlos. En el mismo espacio hay lagartijas y serpientes vivas que puedes ver cómo se mueven y comen.
Cuando terminamos el recorrido, platicamos con Luis, quien no sólo nos guio, sino que nos llenó de conocimiento. Y nos dijo algo que creo que es el cierre perfecto para esta crónica porque, en cierta forma, opino como él.
“Las rocas y los fósiles nos cuentan una parte de la historia muy antigua y gracias a estos espacios podemos entenderla y difundirla. El tamaño de un museo no está en sus dimensiones, está en el impacto que logra en la comunidad a la que pertenece. Es lo que suma valor a la sociedad, la educa, la hace más sensible y participativa. La historia que está bajo tus pies es increíblemente rica y cuando un museo es un ícono de orgullo local, ese museo es GRANDE”, dijo y apoyo esa moción.
Vengan al Museo del Meteorito, está ubicado casi al final del malecón. Está abierto de lunes a domingo, de 11 am a 7 pm. Los progreseños entran gratis, el resto de los yucatecos pagan $150 la entrada. Los chicos y las personas de la tercera edad pagan $100. Visitantes nacionales pagan $250 y extranjeros $350. Hagamos de este museo un ícono de orgullo local.- Cecilia García Olivieri.