La Feria de Chelem, esa matrix mecánica
Columna de Lunes Sudaca
Por @LaFlacadelAmor
En un mundo donde la digitalización nos tiene embodadas y embobados 24/7, aparece un oasis, un lapsus en el tiempo, una matrix sin computadoras, una matrix mecánica.
A diario nos llenamos la boca diciendo que vivimos atados a nuestros celulares y, peor aún, juzgamos a nuestros hijos infantes y adolescentes de que ellas y ellos –como nosotros, claramente- no pueden vivir sin tecnología. Es más, muchos adultos que les gusta ejercer la deditocracia parados sobre su bardita, tratan a la niñez y a la adolescencia de aburridos, monotemáticos, sin creatividad, sin imaginación, como atrofiados por la tecnología.
¿Es tan así, realmente?
Siento que no y les propongo algo:
Agarre cariñosamente a su hija/o chiquito o adolescente de la mano y llévelo a la Feria de Chelem, que volvió a abrir después de dos años de pandemia. Suéltelo entre juegos de canicas, futbolitos, brincolines, tiro al blanco, pesca-pesca, carruseles y variados juegos mecánicos. Eso sí, que en el recorrido no falten marquesitas ni churros, por favor.
Como por arte de magia, usted podrá observar, ser testigo y también protagonista de que la digitalización perdió contra la mecanización de la feria. Los chicos y no tan chicos se perderán durante horas entre juegos que los llenarán de adrenalina, los subirán al cielo y los bajarán al suelo en segundos y los harán girar y saltar como locos en un abrir y cerrar de ojos.
La precisión que usan para un juego en la Nintendo Switch, la emplearán ahora para embocar canicas en agujeros numerados, levantar pescaditos que se mueven en aguas turbulentas y para apuntar el ojo en el tiro al blanco. Si son Messi en la Playstation, ahora lo demostrarán en el futbolito.
A los chicos, adolescentes y adultos nos robaron dos años de vida, esos mismos que vivimos encerrados en pandemia por covid-19. Y ahora y gracias a las vacunas, regresamos lentamente a una nueva normalidad y, como vuelve todo, también regresa la Feria de Chelem, en la costa yucateca. Estrenaron parque desde la semana pasada y en vacaciones de Semana Santa y anoche encontramos el evento en su esplendor. Muchas personas de todas las edades, juegos, cosas ricas para comer, venta de artesanías, ropa, calzado y ganas de paseo.
Tomás es feriero desde hace 25 años y después de dos de ausencia, regresa al parque de Chelem con su dragón mecánico. “Llegamos la semana pasada y seguiremos aquí mientras nos permitan trabajar”, nos cuenta. Tomás lamenta que muchos compañeros que trabajaban en la feria, ya no regresaron. “Algunos quebraron sus negocios en pandemia y se pusieron a trabajar de otras cosas”, relata. Y aunque asegura que la feria no está en su esplendor como antes de la pandemia, sí hay visitantes y el negocio se mueve poco a poco.
La Feria de Chelem existe desde hace casi 50 años o más, no tengo el dato muy preciso. Si hoy tienes 65 y veraneaste alguna vez en Chelem, seguro tus papás te llevaron a la feria. Si tienes 40 y eres hijo de ese señor de 65 y fuiste a Chelem de vacaciones, casi seguro visitaste la feria. Y ahora, si pasaste uno o varios días de Semana Santa en Chelem, la neta llevaste a tus hijos a divertirte a esa feria, la misma donde iba tu papá, ibas tú y ahora vas con tus niños.
“A mi juego se subían los que ahora son papás y traen a sus hijos”, relata Tomás, un poco emocionado. Por $30 pesos, garantiza un paseo en un dragón verde que se mueve como oruga sobre rieles locos. Vale la pena el recorrido.
La Feria de Chelem sigue y esperamos que en vacaciones de verano (julio y agosto), continúe el semáforo epidemiológico verde y todo fluya como hasta ahora. Así que hay chance de pasar un día de sol, mar y playa en su esplendor y después disfrutar de la feria, no importa cuántos años tengas, es diversión garantizada para grandes y chicos. Y si vas a llevar tu celular, por favor, que sea solo para fotitos y selfies.