“La depresión es un grito que pide dar y recibir amor”
Hoy, en primera persona, una mujer valiente, empática y llena de vida nos comparte un pedacito de su historia: La depresión que vive y cómo trabaja para salir de ella, para vivir el presente a pleno. Gracias, Angélica Soto, por esta entrevista y por crear conciencia por la salud mental. Pasen, lean y compartan:
Un colibrí. Un colibrí que se eleva con las alas abiertas en inquietante vuelo. Un colibrí luminoso que la recuerda todos los días que ella es un ser de luz que, como el ave chiquita, se eleva todos los días para empezar de nuevo.
Así es el tattoo que Angélica Soto se hizo en su hombro, cerca de su corazón, pero también de su cerebro. Y todas las mañanas se mira al espejo y ahí lo ve en su piel. “Yo necesito recordarme que puedo estar bien, que soy un ser de luz porque me elevo como el colibrí, siempre, todos mis días”, me cuenta.
Con una valentía amorosa, esta mujer de 51 años –platicadora, empática, abogada de profesión, empresaria, mamá de dos humanos y esposa- nos comparte que vivió triste, angustiada, con miedo, ansiedad, enojo y culpa durante años de su vida. La depresión estaba en su día a día y hasta pensó en quitarse la vida…
…Pero no. Más fuerte de lo que ella misma pensó, decidió buscar ayuda y hoy nos comparte su historia para que entendamos que la salud mental es primordial en nuestras vidas, no importa cuántos años tengamos.
“Eleva ser” es la frase que lleva el colibrí que Angélica tiene tatuado en su cuerpo. “La depresión es un grito que pide dar y recibir amor”, me dice y hoy puede agradecerle a la depresión porque le enseñó a decir lo que siente, piensa, le enseñó a soltar la culpa, a no tener miedo y a ser consciente de vivir el presente. Gracias totales a Angélica por esta entrevista y ojalá puedan compartirla:
Defínete en pocas palabras, como si fuera un tweet o la presentación en una red social ¿Quién es Angélica?
Angélica es un ser de luz.
¿Cómo define Angélica a la depresión? ¿Qué es para ti?
Es una puerta que se abre a la oscuridad, al miedo, la angustia, a la tristeza, al enojo y a la culpa.
El psiquiatra y psicolanalista franco argentino Juan David Nasio dice que la depresión es “la pérdida de una ilusión” ¿Estás de acuerdo?
Sí, estoy de acuerdo. Porque tenemos una perspectiva de lo que “debería ser”, una ilusión… Y cuando se presenta la realidad, pierdes esa ilusión y te sientes perdido. Porque la vida es una ilusión.
¿Consideras que hay un “disparador” de la depresión o en tu caso fue una suma de factores?
En mi caso sí hubo un detonante que me permitió detectar la depresión. Sin embargo, creo que ya la tenía desde tiempo atrás, sólo que no lo sabía y me había acostumbrado a “esa normalidad”. Era irascible, me enojaba y me entristecía fácilmente, pero podía soltar… Un día no pude soltar más.
En el camino que transitaste hasta descubrir que estabas deprimida ¿Cómo fue el entorno? ¿Cómo sentiste que actuaba la gente que te rodeaba?
Me sentía sola e incomprendida, a pesar de que la gente me acompañaba y estaba presente. En ese momento yo no alcanzaba a comprender y vivía mi entorno como poco empático conmigo. También había poca de comunicación de ellos hacia mi. En ocasiones lloraba desconsoladamente y mis hijos pasaban, me veían y me decían “Hola ma” y eso era todo. Para sentirme mejor recurrí a cuestiones paralelas como meditación y curso de milagros, entre otras, hasta que empecé terapia.
¿Cómo crees que te veía tu entorno en ese momento en que sentías mal?
Ahora mi perspectiva cambió mucho y en ese entonces ellos no podían entenderlo porque yo tampoco podía entenderlo. Recuerdo que mi madre me decía: “Tienes hijos sanos e inteligentes, tienes tu casa, tu trabajo y blablablá” y yo me deprimía más porque no podía valorarlos.
El suicidio termina en quitarse la vida pero, en realidad, la gente que se suicida, lo que no quiere más es vivir como está viviendo, como siente la vida …. Y no puede pedir ayuda ¿Sentiste la necesidad de quitarte la vida?
Sí, por supuesto. No una, sino muchas veces y lo intenté en una ocasión.
¿Qué te hizo cambiar de idea?
Un día me senté a llorar y a reclamarle a Dios “Porqué me mandaste esto” y entonces llegó una frase a mi cabeza que decía “Trabaja en ti”… En ese momento no sabía exactamente qué quería decir, pero empecé a hacer cosas que me hacían feliz de niña o adolescente, como colorear. Ese fue un comienzo.
¿Qué era y qué es el suicidio en tu vida?
Al principio era, literal, dejar de sentir lo que sentía, dejar de existir para ni sentir más lo que estaba sintiendo. Además, sentía que no le importaba a los demás y si yo no estaba, no habría afectación o daño para ellos, pensaba que iban a estar mejor sin mí.
Ahora para mí el suicidio es una forma de morir, pero no un recurso para sobrevivir.
¿Es fácil pedir ayuda? ¿Es difícil? ¿Cómo lo hiciste?
Fue difícil, porque yo misma no aceptaba que tuviese una condición mental y responsabilizaba a terceros: a mis hijos, a mi esposo, a mi madre, a mi trabajo. Les daba a ellos el poder de decidir cómo sentirme. Fue difícil pero un día me invitaron a un chat sobre un curso de milagros y fue útil. Eso me llevó a leer el libro “Un curso de milagros”, que me hizo empezar a trabajar en mi, me ayudó mucho y me dio tranquilidad y así pude acercarme a la terapia. Más tarde me contacté también con Fundación Fan (especializada en salud mental y atención de la depresión y el suicidio) y ellos me canalizaron con mi terapeuta actual.
¿Te atendió también un psiquiatra para medicarte?
Sí, la medicación me ayudó con los pensamientos recurrentes sobre una misma situación que yo pensaba con escenarios diferentes, me perdía en mi mente y me generaban mucha angustia, tristeza y frustración. Y claro, sigo con la terapia y también con Mindfullness (conciencia plena) para atender mi respiración con ejercicios que me permiten que los pensamientos catastróficos salgan de mi cerebro. Por otra parte, me ayudó también el libro “El poder del ahora”, de Ekhart Tolle, que habla de estar en el momento presente porque es lo único que tenemos.
¿Por qué crees que nos cuesta hablar de lo que sentimos?
Es cultural porque está muy estigmatizado hablar de las emociones. Si eres mujer y hablas de lo que sientes, eres dramática o estás hormonal. Y si eres hombre, eres una nena, un mimado o un amanerado. Y como no queremos que nos señalen, no compartimos lo que sentimos.
¿Cómo sigue ahora tu vida? ¿Qué es ahora la depresión en tu vida?
Al día de hoy la depresión es un gran maestro y jamás pensé decir que le agradezco a la depresión porque he aprendido a decir lo que siento, lo que pienso, a soltar la culpa, a no tener miedo y a amar las cosas sencillas. Ahora soy consciente de vivir el presente.
“Empesares” es una organización que habla sobre el suicidio para crear conciencia y tiene una frase que a mi me encanta: “Que el amor nos oriente” ¿Qué opinas sobre esto?
Claro que todo es amor. La depresión es un grito que pide dar y recibir amor. Si los seres humanos nos guiáramos por la voz del amor, la humidad sería distinta y maravillosa. Porque somos amor, somos uno en el amor.
Dale un mensaje a la gente
Confía en ti, platica, comparte tus emociones, no tengas miedo porque siempre hay una solución y un aprendizaje. Y lo valioso de todo esto es que lo que aprendes, lo puedes enseñar y lo que enseñas, lo vas a aprender. Y hagan terapia porque es muy importante, no sólo para platicar lo que uno siente o piensa, sino para adquirir herramientas para el manejo de nuestros pensamientos y emociones. – Cecilia García Olivieri.