La batalla azul
Columna: De aquí para allá
Por Roberto Acevedo Acosta
La ola morenista que puso en la Presidencia de la República a Andrés Manuel López Obrador abrió el camino de una derrota dolorosa para el Partido Acción Nacional (PAN).
Porque su candidato Ricardo Anaya no logró refrendar la imagen del partido azul como una opción de gobierno y aunque ya había perdido el poder ante Enrique Peña Nieto, aún se tenía la idea, en el imaginario colectivo, de ser una fuerza política atrayente al electorado a partir de su fama de buenos administradores e históricamente una oposición combativa, siempre desde una posición de centro-derecha.
Si bien es cierto son la segunda fuerza política del país en cuanto a números se refiere, en términos políticos no. Porque no logran poner ninguno de sus temas en la agenda nacional y más bien son contestatarios a los acciones del Gobierno Federal.
Por ejemplo sus legisladores no son capaces de generar iniciativas interesantes y efectivas que llamen la atención, por lo menos no se percibe así. Pierden mucho tiempo en tribuna o en redes sociales criticando a sus oponentes. No estoy diciendo que la crítica no sea una herramienta valiosa, pero hay un abuso y privilegio de la misma dejando de lado la creatividad con propuestas innovadoras que respondan a los temas que la realidad nacional exige.
El poder de Acción Nacional se concentra a nivel estatal: En el norte Durango, Chihuahua, Nayarit, Tamaulipas, Aguascalientes y las dos Baja Californias. En el Bajío: Guanajuato y Querétaro. Y en el sureste con Yucatán.
Hasta hace poco tenían el poder en Puebla y después de una lucha postelectoral desgastante por la gubernatura, en la que Martha Erika Alonso logra derrotar contra pronóstico a la aplanadora de Morena en los Tribunales. El PAN logra anotarse un victoria importante, que incluso le genera una confrontación con el presidente, de la cual sale avante y que colocaba a la gobernadora y a su esposo, el Senador Rafael Moreno Valle, como figuras relevantes dentro de sus partido con opiniones de peso.
El accidente aéreo que le costó la vida a ambos personajes puso de manifiesto una pérdida de liderazgo, que más allá de la tragedia, movió el tablero político al interior del PAN, ya que Moreno Valle había hecho los amarres necesarios, influyendo en las candidaturas de varios senadores y diputados federales de las actuales legislaturas, para contar con su apoyo de cara a un futuro no muy lejano para ser contendiente a candidato presidencial.
La muerte de Moreno Valle representó la oportunidad para muchos de revivir el sueño de intentar tomar el liderazgo al interior del PAN y de facto ser candidato a la presidencia de la República. Pero ese sueño va acompañado de una circunstancia.
La carrera por esa candidatura se divide y reduce entre los actuales gobernadores del PAN. Siendo en estos momentos los más visibles el gobernador de Chihuahua, Javier Corral, con una amplia trayectoria legislativa y que tiene la atención nacional en su intento de encarcelar a su predecesor, el ex gobernador priísta César Duarte, prófugo de la justicia. Y de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, quien gobierna un bastión panista que es una pieza fundamental en la economía del país.
Estos dos gobernadores van a la cabeza de cualquier quiniela que se haga sobre el PAN, pero al mismo tiempo los expone a un desgaste natural al ser el foco de atención en una carrera de seis años, lo cual le abre las puertas a los demás gobernadores blanquiazules.
El gobernador que podría en un plazo no muy lejano empatarse con sus similares de Chihuahua y Guanajuato es Mauricio Vila Dosal, de Yucatán. Tiene el plus de gobernar una entidad con muy bajo nivel de violencia y que tiene un potencial en materia turística que aún no ha llegado a su tope.
El detalle con Vila es que tiene que trascender más allá de su estado en el ámbito nacional si quiere aspirar a cosas importantes. Muy al principio de su administración el mismo López Obrador le reconoció sus iniciativas en materia de austeridad, pero fuera de eso ya no se escuchó más.
Técnicamente, habrá candidato del PAN para la presidencia nacional dentro de seis años y la pregunta es ¿Qué liderazgo será lo suficientemente atractivo para ponerlo en la boleta electoral ?
De entrada tendrá que ser un personaje que tenga un amplio reconocimiento nacional, es decir tendrá que hacer cosas que repercutan, por lo menos mediáticamente a nivel nacional. Nada fácil si sus alcances no rebasan el ámbito local de sus gobiernos.
En teoría tendrán que hacer gobiernos muy bien calificados por los ciudadanos y otras fuerzas políticas que reduzcan la posibilidad de abrir grietas en temas como corrupción, malas administraciones o cualquier otro tipo de escándalos. Además de estar sustentados en estrategias de comunicación muy efectivas, no a partir de una imagen cuidada, sino de la credibilidad que va de la mano de la congruencia entre lo que se dice y lo que se hace, con resultados positivos.
Desde ahora, o a mediano plazo, los interesados tendrán que generar una agenda que compita con la del presidente buscando ser una opción para el voto anti López Obrador.
Aquí surge un personaje que no es panista -es de Movimiento Ciudadano- pero que su estilo está marcando un “cómo debe ser “la relación con la figura de Andrés Manuel.
El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, está tomando fuerza a nivel nacional, ante los medios con una estrategia de apegarse a los intereses de sus gobernados con observaciones al Presidente muy puntuales con un tono enérgico pero respetuoso, que se le da muy bien por la propia naturaleza de la personalidad de Alfaro. Franco. Echado para adelante siempre con el discurso de hacer bien las cosas en beneficio de los jaliscienses.
Se ve lejano el 2024 y se antoja una carrera larga y desgastante, pero está claro que desde ya se deben de empezar a trazar las rutas, tiempos y estrategias para llegar a ese momento y los que tienen la ventaja dentro del PAN son sus gobernadores. Ya dependerá de sus talentos y equipos de trabajo quien logra proyectar la suficiente fuerza para llegar a esa meta. Hay tiempo para ver cómo se mueven las piezas.
Muy interesante análisis, nos lleva a observar con detalle a donde va la política en México, si realmente queremos que las cosas sucedan para bien en este país.
Así queremos todos… Gracias por comentar, Abril!!!!
Muy interesante análisis, hay que observo detalle a donde se mueven los hilos, los políticos de México, si realmente queremos un mejor país.
Muy interesante análisis.