Joe Biden le implora a los norteamericanos que usen cubrebocas
Estados Unidos ha rebasado en el inicio de la semana los 10 millones de casos de covid-19 y es por eso que el demócrata Joe Biden, próximo presidente de Estados Unidos hasta ahora, le pide encarecidamente a los habitantes del país vecino que utilicen el cubrebocas, sin importar de qué partido sean. También presentó un plan de urgencia para controlar el virus
Joe Biden anunció la creación de una “fuerza de choque” de 13 expertos y un plan de urgencia para contener el avance del coronavirus, que este lunes superó el listón de los 10 millones de casos en Estados Unidos. “Sin tener el virus bajo control, no podremos recuperar nuestra economía ni seguir adelante nuestras vidas”, advirtió el demócrata, presto a incorporar a su equipo a Rick Bright, el inmunólogo que trabajó en la Administración Trump y fue destituido tras acusar al presidente de haber desoído sus advertencia sobre el alcance de la pandemia.
El equipo estará codirigido por el doctor Vivek Muthy, máxima autoridad sanitaria durante el mandato de Barack Obama, por la profesora de Salud Pública de Yale Marcella Nuñez-Smith y por el pediatra David Kessler, ex director de la Administración de Alimentos y Medicinas con George Bush padre.
Biden puso un énfasis a veces excesivo a la hora de implorar a los norteamericanos que se pongan la mascarilla. “No importa de que partido sea o cuál sea vuestro punto de vista”, dijo. “Podemos salvar miles de vidas si usamos los cubrebocas en los próximos meses. No vidas republicanas o demócratas, sino vidas americanas”.
“Hazlo por tus vecinos, hazlo por nosotros “, recalcó, sin necesidad de esperar a su investidura anunciada por él mismo para el 20 de enero. “El objetivo no es hacer vuestra vida menos confortable o quitaros algo. Es para poder volver a la vida normal, y las mascarillas son una herramienta crítica para llegar hasta allí. No van a durar para siempre”, remarcó.
Sin tiempo que perder, el demócrata se ha propuesto “restaurar la credibilidad de los científicos”, anticipar un aumento notable de los tests a la población, extender el uso de las mascarillas en lugares públicos y coordinar las acciones con los gobernadores de los estados. Biden pretende también supervisar la eventual distribución de millones de dosis de vacunas (su anuncio coincidió curiosamente con la noticia de Pfizer asegurando que su vacuna tiene un 90% de éxito en los ensayos).
El demócrata aseguró que quiere hacer un esfuerzo por combatir al mismo tiempo “la apatía y la desinformación” de sus compatriotas y prometió en cualquier caso buscar un equilibrio entre las medidas de protección de la población y la necesaria recuperación económica.
“Las decisiones serán tomadas por los responsables de sanidad pública, y no por los políticos”, advirtió Biden. “Mi propósito es restablecer la habilidad de los profesionales y los expertos, para que puedan comunicarse sin interferencias con el público”. Estados Unidos ha rebasado en el inicio de la semana los 10 millones de casos de covid-19. Con el 4% de la población mundial, el país concentra hoy por hoy el 20% de las infecciones, que se han disparado en la última semana a la sombra de la carreta presidencial por encima de los 120,000 casos durante tres días consecutivos. Es también el país con mayor número de muertes hasta la fecha (238,000), por delante de Brasil y de India.
Joe Biden se ha propuesto acabar con del descontrol de la era Trump con un plan “cimentado en la ciencia”. Durante la campaña, Trump acusó al candidato demócrata de querer imponer desde el primer día un “confinamiento nacional”. El uso del cubrebocas se convirtió de hecho en arma arrojadiza entre los dos candidatos en su primer debate presidencial, días antes de que el propio Trump diera positivo en un test el 3 de octubre (y se recuperara milagrosamente en cuestión de días, restándole gravedad al coronavirus).
Su secretario de Vivienda, Ben Carson, fue el último en confirmar este lunes que ha dado positivo. Carson es un neurocirujano que ha defendido la respuesta de Trump ante la pandemia. Su jefe de personal Mark Meadows y otros cinco funcionarios de la Casa Blanca dieron positivo antes y después de las elecciones.
Joe Biden, de 77 años, pasó gran parte de la campaña blindado por su propio equipo y evitando participar en actos públicos al estar entre la población de alto riesgo. Solo en el recta final de la campaña realizó una incursión en varios estados clave y popularizó los mítines drive in, con la mayoría de los asistentes parapetados en sus coches, al igual que durante su discurso en Wilmington.
Biden intentó convertir las elecciones en un referéndum sobre la caótica gestión de Trump ante el coronavirus. El demócrata prometió una acción más coordinada con los gobernadores pero reconoció la necesidad de una estrategia nacional. Al menos 40 estados entran en la calificación de “un alto número de casos y en preocupante ascenso”. “Voy a ir gobernador por gobernador y a exigir el uso obligatorio del cubrebocas en sus estados”, anticipó Biden. “Y si se niegan, iré a los alcalde y a los responsables de los condados”. Pese a haber contraído el virus, Trump asegura que el uso de la mascarilla obedece a lo “políticamente correcto”. Aunque no es obligatoria en muchas ciudades, la gran mayoría de los americanos las usa por la calle y en los espacios públicos.
Biden dará un papel primordial de los Centros para la Prevención y el Control de las Enfermedades (CDC) en el rastreo y en la recopilación de datos sobre positivos.
(FUENTE: EL MUNDO)