Insisten: el uso del cubrebocas evitará nuevas olas de contagios
¡Levante la mano a quién le gusta usar cubrebocas! Seguramente a nadie y más con el clima que vivimos en Yucatán. Es más, si andas por la calle, ya ves que muchas personas usan la mascarilla debajo de la nariz o directamente debajo de la boca. Pero sabemos que su uso es necesario y los expertos insisten en que es altamente efectiva. Entérate porqué:
Una de los personajes públicos más controversiales en esta pandemia es Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, quien siempre se negó a usar cubrebocas. Hoy, el primer mandatario del país sudamericano con graves problemas de contagios, dio positivo al covid-19.
Científicos ingleses insisten en que el uso de la mascarilla sí es efectivo para prevenir el nuevo coronavirus, al igual que la distancia social y las medidas de higiene, claro. Sobre el cubrebocas, los investigadores europeos manifestaron que la adopción total de mascarillas puede evitar una segunda ola, incluso si no se instiga a su empleo hasta 120 días después de que comience una epidemia (definida como los primeros 100 casos). “Mi mascarilla te protege, la tuya me protege a mí“, este es el lema que desde la Royal Society quieren difundir a todas las naciones del mundo.
Como apuntan en la investigación publicada en “Proceedings of the Royal Society”, se trata de un uso masivo que sirva para limitar la difusión de partículas. El modelo que usaron los científicos incluyó etapas de infección y transmisión a través de superficies y aire.
También consideraron los aspectos negativos del uso de máscaras, como el aumento del contacto con la cara. En todos los escenarios estudiados, el uso rutinario de mascarillas en un 50% o más de la población redujo la propagación de COVID-19 a una R menor a 1.0, allanando las olas de enfermedades futuras y permitiendo bloqueos menos estrictos.
Además, la propagación fue aún menor a medida que más personas adoptaron este hábito cuando estaban en público. La adopción del 100% de la misma, combinada con aislamientos intermitentes, impidió cualquier resurgimiento de la enfermedad durante los 18 meses requeridos para una posible vacuna -Tiempo actual estimado para la llegada de la misma-.
El equipo investigó la efectividad variable de las diferentes mascarillas existentes. Investigaciones anteriores muestran que incluso las caseras hechas de camisetas de algodón o paños de cocina pueden ser 90% efectivas para prevenir la transmisión. El estudio sugiere que una población entera con dispositivos con sólo el 75% de efectividad puede conseguir reducir un número muy alto de ‘R’ de 4.0 (el Reino Unido estuvo cerca de esto antes del cierre) hasta llegar a menos de 1.0, incluso sin la ayuda de los aislamientos.
De hecho, las mascarillas que sólo capturan solo el 50% de las gotitas exhaladas aún proporcionarían un “beneficio a nivel de población”, incluso si cuadruplicaran el riesgo de contaminación del usuario a través del toque frecuente de la cara y el ajuste de la máscara (un escenario altamente improbable).
Los investigadores señalan que las mascarillas caseras reducen principalmente la propagación de enfermedades al atrapar las partículas virales del usuario, que se respiran directamente en la tela, mientras que el aire inhalado a menudo se absorbe alrededor de los lados expuestos de la misma.
(Con información de El Mundo,es)