Infonavit: institución acéfala y muda en Yucatán
A casi dos meses de la renuncia del antiguo delegado, el Infonavit no cuenta aún con nueva autoridad máxima en el estado y lo que más preocupa es el hermetismo de la institución para brindar información sobre la actual situación de la dependencia. Aquí te contamos cómo vimos las cosas
Una cola que se retroalimenta todo el tiempo… 35, 40, hasta 45 personas se forman uno detrás del otro para pasar por el módulo de informes del Infonavit. Los cubículos están todos ocupados con empleados atendiendo y también hay gente sentada esperando a ser llamados.
Podríamos decir que es un día normal en las oficinas del Infonavit, ubicado en la Avenida Alfredo Barrera 258, en San Damián, Mérida. Lo que la gente que espera quizás no sabe es que la dependencia sigue acéfala desde el 7 de enero pasado, cuando Manuel Bonilla dejó el cargo de delegado y, hasta que se nombre su reemplazo desde la Federación, el gerente administrativo Pedro Cadena es el encargado de despacho del Infonavit.
Los que se organizan en la cola para ser atendidos vienen por motivos variados: “para ver si se liberaron mis puntos”, “Vengo a pedir una prórroga”, “Queremos saber qué se requiere para una casa porque en internet no hay suficiente información”, “Quiero que me den datos del programa nuevo Responsabilidad Compartida”, entre otros.
Pedro Cadena recibe a Sumario Yucatán, es muy amable pero repite una y otra vez que “No puede hablar”. “Las entrevistas se canalizan sólo a través de la Subdirección General de Comunicación, vía mal, con Mónica Ledón”, nos cuenta.
Las preguntas que planeamos hacerle a Pedro caen en saco roto. Sin embargo, sí nos contó que todo marcha bien en la dependencia yucateca, que los otorgamientos de créditos fluyen, así como las metas para estos primeros meses del año (no pudo especificar ninguna porque no se lo permiten), y también los programas con los que cuentan. “La delegación sigue funcionando, aunque no haya delegado”, remarca. Y Pedro tampoco sabe cuándo tendrá noticias del nombramiento del nuevo funcionario.
Pedro remarca una y otra vez que no puede hablar, pero le gustaría hacerlo. “Ahora estamos promocionando el programa “Responsabilidad Compartida” que es muy interesante (otorga un beneficio al reducir la deuda del Infonavit mediante el ambio a pesos del crédito contratado en VSM -Veces Salario Mínimo-). Sin embargo no puedo contarte del tema sin autorización”, vuelve a decir.
“¿Siempre fue así? ¿Debía pedir siempre autorización para hablar?”, le preguntamos. El encargado de despacho no tarda en contestar: “¡No, nunca! Podíamos hablar sin problemas. Esto sucede desde la nueva administración federal. Todo debe pasar antes por la Subdirección General de Comunicación. No podemos dar ningún tipo de información sin autorización”, recalca.
Así funcionan hoy día las dependencias que dependen de la Federación. Sin ir más lejos, intentar hablar con el Delegado de Programas de Desarrollo del Gobierno Federal Joaquín Díaz Mena es imposible. Hoy llamamos a la gente que maneja su comunicación y directamente no contestaron. Silencio y ausencia de información predominan en las instituciones a cargo (o aún acéfala) de funcionarios nombrados desde la Federación.- CGO.