“Inconcebible” y la importancia de escuchar bien
Sábado Sudaca
Por @Laflacadelamor
Estás durmiendo sola, en tu casa. Un tipo con pasamontañas se mete en tu cuarto con una pistola y te viola. No una, sino muchas veces y durante horas. Te toma fotos y luego te obliga a bañarte durante 20 minutos. Las únicas huellas que el tipo deja en tu casa, son las innumerables marcas que te hizo en el cuerpo y en la cabeza para toda tu vida. Como llegó, el violador se va sin que nadie lo detenga.
Así arranca “Unbelievable” (“Inconcebible”), la serie que Netflix estrenó este mes y que es tendencia. Lo que leíste en el primer párrafo es real. La violación ocurrió en Estados Unidos en 2008 y la víctima se llama Marie, tiene 18 años y nadie le cree. Tanto es así que ella misma se retracta antes las autoridades –Dice que inventó todo- y la multan. El tiempo –y vale el spoiler- le hace justicia.
“Inconcebible” no sólo es real, sino que el caso –los casos- fueron narrados en un artículo escrito en 2015 (“An Unbelievable Story of Rape) por Christian Miller y Ken Armstrong y un año después la historia ganó el Pulitzer 2016. El caso remarca la falta de investigación, sensibilidad, empatía y deja expuesto cómo el sistema se rompe, falla, no opera y las políticas de género brillan por su ausencia.
En ocho capítulos que te mantendrán en vilo, Susannah Grant, Ayelet Waldman y Michael Chabon hicieron un guion precioso, bien apegado a los hechos y, sobre todo, carente de morbo y rebosante de sororidad. Porque en el segundo capítulo hay un salto en el tiempo a 2011 (tres años después de la violación a Marie, una chica vulnerable, huérfana y criada en casas adoptivas) y la detective Karen Duvall (en una excelente actuación de Merrit Wever) acude al llamado de otra víctima, en otro punto de Estados Unidos. Y acá ya vemos una gran diferencia: la policía escucha con paciencia a la chica violada, respeta sus tiempos, no la juzga ni la presiona y la acompaña siempre en el proceso. La pobre Marie no corrió con tanta suerte.
Sin embargo, la detective Duvall se da cuenta que está buscando a un violador serial y comienza con todo la historia cuando se asocia con otra detective –Una magnífica Toni Collete en el papel de Grace Rasmussen- de una ciudad vecina, quien también tuvo un caso de violación con características similares. Después de mucho trabajo, idas y vueltas, la dupla detectivesca con un gran equipo que las soporta resultan infalibles.
Mientras las dos mujeres buscan, escarban, revuelven y se clavan hasta en los más mínimos detalles para encontrar al violador serial en 2011, hay flashbacks a 2008 para contar la historia de Marie, no escuchada y sobre todo tratada de mentirosa porque en todo momento parece que tiene que “convencer” a las autoridades de que fue violada. Como no lo consigue y la acusan de inventar la historia, Marie se declara culpable. Inconcebible pero real.
La miniserie tiene bien ritmo, misterio, un poco de intriga y lleva por un camino distinto para mostrar uno o varios casos de violación. Repito, nunca cae en el morbo, sin embargo los testimonios de las víctimas que van apareciendo a lo largo de la historia, te hacen empatizar perfectamente con la situación. El horror, sin ser explícito, se siente en carne propia y eso hace el relato más potente.
Hoy la terminé de ver y lo que más me retumba en la cabeza es el verbo “Escuchar”. Porque si se escucha “bien”, se puede preguntar, creer, apoyar, apaciguar, encausar y ayudar. Y, además, cuando escuchamos bien, empatizamos, nos ponemos en el lugar del otro. Esta historia es de sororidad pero cuánto urge que, sin distinción de género, podamos escucharnos y ponernos en el lugar del otro, los unos a los otros.
Tal cual Ceci!! La vimos y que bronca daba ver que no escuchaban lo que ella les quería decir…una triste realidad que por suerte en este caso, se resolvió a favor de la pobre Marie, pero después de mucho sufrimiento… Con solo saber escuchar, todo es distinto
Gracias por comentar, Lore!!! 😀