Historia con un final feliz y justo
Después de años de espera, R y C celebraron con su hijito M que el Tribunal Superior de Justicia de la Nación les permitiera anotar a su nené con el apellido de ambos, hombres los dos, casados legalmente desde 2014. Hoy compartieron con nosotros su historia
El matrimonio y su hijito iban a comprar el almuerzo a una cocina económica cuando recibieron la noticia. Inmediatamente se abrazaron los tres y se dijeron: “Vamos a festejar en Vip’s”, y allí se fueron a comer.
R pidió una ensalada caribeña que le resultó deliciosa y C unas tortitas de carne con salsa picosa. Los dos brindaron con sopa poblana. Como ya había almorzado en casa, el nené comió un huevito Kínder para festejar la noticia.
¿Pero qué noticia? El fallo de un juez federal que desde hace dos días determinó que, como papás del niño M, R y C pueden darle sus apellidos a su hijito, los dos juntos y para siempre.
¿Y por qué tanta alegría y festejo por la decisión de un juez? Porque para una pareja heterosexual lo más normal del mundo es ir al Registro Civil y anotar a su hijo recién nacido con sus apellidos. Pero para R y C esto se convirtió en un problema grande, casi una desgracia.
Y es que R y C son hombres y padres los dos de M, un nené adorable y feliz que en febrero próximo cumple tres años. Cuando nació, las autoridades del Registro Civil no les permitió a la pareja gay casada legalmente hace años que llevara los apellidos de los dos papás y ahí comenzó todo el dilema.
M estuvo durante nueve meses de vida sin ser registrado hasta que les permitieron que llevara un solo apellido, el de C, padre biológico del nené.
Este matrimonio solicitó un amparo ante el Tribunal Superior de Justicia de la Nación y, hace dos días, el magistrado Ramón Cosio no sólo determinó que M podía llevar los apellidos de sus dos papás, sino también se dictaminó por unanimidad que, a partir de ahora, las parejas del mismo sexo que quieran recurrir a la subrogación de vientre para tener descendencia, puedan anotar a sus hijos con los dos apellidos.
Sumario Yucatán platicó con R, quien nos pidió que no pusiéramos los nombres completos en la nota y respetamos su decisión. R compartió con nosotros una historia de amor, compañerismo, trabajo social, paternidad y ganas renovadas de vivir con la llegada de un hijo que, como a cualquier pareja del mundo, le cambia para siempre la vida.
¿Cuándo conociste a C?
Fue en 2002, él era el médico oncólogo de mi mamá.
¿Qué te enamoró de él?
Los dos estábamos solos, sin pareja y me encantó que era muy tranquilo y serio. Eso me daba confianza. Él es 13 años mayor que yo.
¿Y qué le gustó a C de ti?
Siempre dice que lo que más le gusta de mí es que soy generoso, que pienso mucho en el prójimo. Así me educaron mis padres, vengo de una familia pobre y muy católica del sur de la ciudad, mis papás siempre nos enseñaron a ayudar a los demás.
¿Cómo siguió la relación?
Al poco tiempo de que empezamos a salir me enteré que tenía HIV. Lo que me enamoró más de C es que nunca me rechazó y la enfermedad no impidió que siguiéramos juntos hasta hoy y el cariño que nos tenemos fue creciendo cada día. C es serodiscordante, no tiene HIV.
¿Qué tienen en común?
Sin duda el hacer cosas por los demás. Ambos estamos involucrados en trabajo voluntario comunitario y esta actitud de hacer cosas por la gente nos mantiene unidos y fuertes.
¿Cuándo empezaron a hablar del tema paternidad?
En 2010 empezaron a salir a la luz casos de paternidad como el de Ricky Martin y Elton John y nosotros lo veíamos tan lejano…. Era como un sueño y pasábamos horas hablando de eso. Pensábamos que nunca lo íbamos a lograr.
Pero lo lograron…
Sí (emocionado). El 28 de mayo de 2015 se realizó en Mérida el procedimiento in vitro. Fue una gestación subrogada, con un óvulo donado y el esperma de mi esposo. El embrión se colocó en una amiga que se ofreció como gestante. Ella es madre y siente mucha admiración y cariño por nuestra familia, por eso quiso ayudarnos.
¿Cómo fue tu vida desde ese momento y cuando nació M?
(Suspira) Desde el embarazo y a partir del nacimiento en febrero de 2016, empezó un mar de alegrías continuas y emociones diferentes en nuestras vidas. Hay mucha esperanza, fe, amor, alegría… Todas son cosas positivas y todo cambió para bien y superó todo temor o stress. M nunca perdió el vínculo con la mamá que lo llevó en su vientre, quien lo viene a ver de vez en cuando. Ella nos dijo que volvería a dar su vientre para ayudar a los demás.
¿Y cuándo llegaron los tres solos a la casa?
La primera semana fue de desvelos, pero después todo estuvo perfecto. M nunca dio lata.
¿Y el primer año de vida?
La crianza es de los dos, sin embargo el primer año estuve yo más con el bebé, viví todo lo que siente una madre: angustia, ansiedad, alegría y cansancio. Hasta me creció la lonja (Se ríe). Y entre ambos nos percatamos de la misoginia del machismo de nuestra cultura, que hace que las madres se tengan que ocupar más de los hijos que los padres, no hay equidad. Acá la cosa es pareja y los dos colaboramos.
¿Qué pasó cuando lo quisieron anotar a M en el Registro Civil?
No nos permitieron ponerle nuestros dos apellidos y directamente nos negaron el registro. A los nueve meses nos permitieron anotarlo con el apellido de C. Por eso hace casi dos años nos amparamos ante la Suprema Corte de Justicia Nacional y hace dos días se resolvió la situación a nuestro favor: M tendrá nuestros dos apellidos y a partir de ahora las parejas del mismo sexo que quieran recurrir a la subrogación de vientre para tener hijos, podrán anotarlos con sus dos apellidos.
¿Cómo viven la paternidad día a día?
Pensamos que debíamos ir a un psicólogo pero el mismo pediatra nos dijo que todo iba a ir dándose solo y que nosotros íbamos a marcar la pauta en una crianza homoparental.
¿Qué te enseña tu hijo?
Para M somos “Papá R” y “Papá C”, así de simple. Es un niño feliz, muy inteligente, que le encanta ir al kínder, habla mucho, canta, baila, es nadador, le encanta Pepa Pig y Paw Patrol. Duerme toda la noche y su comida preferida son las papitas, la zanahoria y la papaya (le gusta el color naranja).
¿Qué te enseñó todo esto que viviste?
Que todo se logra, que todo es posible. La vida tiene cosas mejores para nosotros de las que esperamos y nunca hay que perder la fe ni la esperanza. Siento que las nuevas generaciones van a estar en un paraíso y van a poder disfrutar las cosas mejor que nosotros, sin tantos tragos amargos ni frustraciones.- Cecilia García Olivieri.
Pasito a pasito vamos avanzando
Muchisimas Felicidades, comparto su alegría. Les quiero mucho y gracias por ayudar a que otras personas logren este sueño también y al cual todos tenemos el mismo derecho.