“Hay que empezar a ser un poquito egoístas”
Para algunos, 2019 se va tan rápido como llegó. Para otros significó una “tortura china” y no ven la hora de que termine. Si estás en una de las dos opciones, no te pierdas esta entrevista con la psicoterapeuta, sexóloga y tanatóloga Reyna Gómora, le dará luz a tu camino hacia 2020
¿Se te pasó volando este año o se te hizo eterno? A días de arrancar 2020, muchas personas hacen balances y auguran con ansias todo lo bueno que vendrá. Sobre el tema platicamos con la psicoterapeuta, sexóloga y tanatóloga Reyna Gómora, quien nos da algunos tips muy útiles para hacer un buen balance y nos desea mucho amor propio. Aquí te dejamos la plástica que tuvimos hoy con ella, siempre tan acertiva y puntual con sus respuestas:
¿Cómo manejamos el duelo de despedir otro año?
No necesariamente hay un duelo. El cierre de año no significa que algo acabó, sino que forma parte de tu proceso de vida. Para algunas personas puede ser un duelo, pero para otras no. Para los que lo es, pueden hacer un balance para ver qué significa este adiós del año. De lo contrario, es continuar con el ciclo de vida, para seguir creciendo, aprendiendo y equivocándonos.
¿Son los yucatecos de hacer balances?
Muchas personas creen que el final del año es el cierre de un ciclo. Y al creer en eso hacen balances de manera automática, pero no siempre significa que son reflexivos. Si la persona lo ve como un cierre de ciclo o balance, hay un ejercicio que se puede hacer de tres columnas. En la primera anotas todo lo que tengas –material, afectivo, de familia…-. En la segunda anotas lo que te gustaría tener o lograr. Y en la tercera, lo que vas a hacer para lograr lo que anotaste en la segunda columna. La primera columna es como una palmadita para levantarte el ánimo y la misión de este ejercicio reflexivo está en realidad en la columna dos y tres.
Dicen que se enfrentan los problemas como oportunidades para mejorar si se vive con alegría ¿Cómo se hace?
Se requiere la alegría en nuestra vida porque es la que nos llena de energía, autoestima y bienestar, pero sólo cuando es auténtica. Si es forzada, puede generar frustración y un sentimiento de que no estoy logrando lo que quiero. La vida nunca es un estado permanente porque es dinámica. A veces podemos estar contentos, a veces tristes, a veces un problema será una oportunidad y a veces nos va a aplastar porque puede rebasarnos. Es muy importante no quedarnos en ningún extremo de tristeza o alegría permanente para vivir nuestra historia de una manera dinámica porque eso es parte de la vida.
¿Qué hacer para controlar los miedos?
No se controlan. Hay que reconocerlos con la función que tienen en nuestra vida. Existen como un sistema de alarma para cuidarnos. Los miedos nos dicen: “Aguas, aguas, detente, espera un momento”. No tenemos que vencer al miedo, ni controlarlo ni aniquilarlo. Hay que escucharlo, tomarlo de la mano y hacer con él, generar con él.
¿Cómo manejar la llegada de los cambios?
Híjole, es un tema grande. El ser humano tiene una gran necesidad de controlar todo. Lo único seguro en la vida son los cambios y no estamos acostumbrados a ellos y nosotros somos un constante cambio también. Necesitamos integrar esta funcionalidad de que no hay nada permanente. En el tema de los duelos y la muerte, es difícil aceptarla porque no vivimos el presente, creemos que todo quedará siempre igual, para siempre. O vivimos en el futuro creyendo que todo va a ser mejor y eso no nos permite aceptar el cambio, que es una constante en la vida.
El escritor uruguayo Eduardo Galeano hablaba de ser más “sentipensante”, o sea de unir más la mente y el corazón cuando decimos y sentimos las cosas ¿Qué opinas al respecto?
Definitivamente hay que apostar a ser personas sentipensantes, que no separemos la razón de nuestro sentir. Somos el todo, no sólo sentir ni sólo pensar, en el equilibro vamos a ser mejores seres humanos. Esta puede ser una gran meta para 2020.
¿Cómo lograr en 2020 un mejor conocimiento de nosotros mismos?
Vivimos en una sociedad donde el otro está primero que nosotros. La palabra egoísta está tachada como algo malo, pecador. Y se requiere que no pongamos a los demás en primer término –incluido a los hijos, padres o pareja- porque tenemos que valorarnos primero y antes que a nadie a nosotros mismos. Vivimos en un país donde no nos enseñan a querernos ni a conocernos físicamente. No tenemos educación que nos enseñe a reconocer lo que somos y si decimos que somos buenos en algo, estamos tachados de egoístas o vanidosos. Y hay que empezar a ser un poquito egoístas y a conocernos a nosotros mismos antes que cualquier cosa. Empezar a conocer cómo me siento yo se logra con una pizca de egoísmo y eso no es para nada malo.- Cecilia García Olivieri.