“Hace falta ver a la tercera edad con una perspectiva de envejecimiento”
Nadie está exento de la pandemia que nos toca vivir y ellos menos: son nuestros adultos mayores del interior del estado, quienes viven actualmente en situación de vulnerabilidad, muchos de ellos solos y otros no tanto y conectados con su entorno. La antropóloga Gina Villagómez realiza un estudio de campo al respecto y nos cuenta qué necesitamos para voltear a ver a este sector de la población, que urge ser visibilizado
Si no estuviese tan oscuro
A la vuelta de la esquina
O simplemente, si todos
Entendiésemos que todos
Llevamos un viejo encima
(“Llegar a viejo”, Joan Manuel Serrat)
Bombardeados de información sobre el nuevo coronavirus, así vivimos. Y se nos mete en la cabeza, el cuerpo y hasta en las entrañas. Nos preocupamos mucho y también nos ocupamos poco. Hablamos de la población en general, de los adultos que mayormente vivimos en la urbe, pero hay un sector de la población -nuestros queridos adultos mayores del interior del estado- que, en plena contingencia por el covid-19, están invisibilizados y urgen políticas públicas y sensibilización por parte de la sociedad para verlos, escucharlos y sobre todo atenderlos.
Gina Villagómez dejó las largas horas de pandemia trabajando desde la casa para salir al campo. Con cubrebocas, careta y todos los protocolos y medidas de seguridad, se fue a ver y estudiar cómo están nuestros adultos mayores en el interior del estado y en plena contingencia por el coronavirus. Y más allá de que esta antropóloga, investigadora y activista tiene una mirada muy objetiva del tema que estudia, también le movió muchas emociones encontrarse con “nuestros viejitos” en las comunidades: vulnerables, muchos de ellos solos y otros no tanto, y conectados totalmente con su entorno… Saben que el coronavirus está, existe pero no es tema diario para ellos.
Gina colabora con su mirada profesional sobre la adultez mayor en un proyecto multidisciplinario de la Universidad Autónoma de Yucatán que dirige otra investigadora: la doctora Ligia Vera Gamboa. Gina está ahora en una comisaría de Yaxcabá entrevistando a adultos mayores y nos cuenta cómo viven, cómo están, qué sienten y, sobre todo qué necesitan. En esta entrevista nos cuenta todo, no te la pierdas:
En plena pandemia ¿Qué trabajo de campo emprendiste por comunidades del interior del Estado?
Es una urgencia de investigación saber qué sucede con la vida real de las personas más afectadas en la pandemia. Como investigadora tenía la necesidad de ver cómo la están pasando, sobre todo la población mayor, a la que me he dedicado estos últimos años. Estoy colaborando con un proyecto de la Universidad Autónoma de Yucatán que dirige la doctora Ligia Vera Gamboa y está formado por un equipo multidisciplinario. Me invitaron a participar conociendo mi interés por los adultos mayores y les doy ese enfoque como parte del proyecto de inmersión social de la UADY. Empecé hace unas semanas y estamos en Yaxcabá, en la comisaría Tixcacaltuyub.
Más allá de tu profesionalismo y forma objetiva de ver y analizar la situación ¿Qué te conmueve, qué te impresiona o llama la atención de lo que viste y ves sobre nuestros adultos mayores en Yucatán?
Primero me fui con la idea preocupante de la situación de vulnerabilidad de la gente mayor y eso es lo que más me ha llamado la atención. Me encuentro efectivamente con una situación de precariedad, de municipios mayas con un alto índice de gente mayor donde el único apoyo que reciben es federal del Programa 65 y Más, que logró amortiguar la mayor urgencia económica en la pandemia. Los apoyos que reciben los adultos mayores de su familia son en dinero y en especias, en forma afectiva y transferencias instrumentales que son acciones que hacen como llevarlos al doctor, darles de comer, lavarles la ropa, etc. El apoyo familiar es fundamental para que la gente mayor salga adelante y sí cumplen con los requisitos de sana distancia, uso de cubrebocas y respetan las ausencias de la familia extensa en pandemia, como la convivencia dominical. Ellos se sienten solos, claro, pero no sufren la pandemia con tanta información como los urbanos. Saben que hay algo afuera y lo respetan sin sufrimiento y se dedican más a sus cuestiones.
Si hablamos de salud, apoyos sociales, cultura, sexualidad, economía, ¿En dónde fallamos más para proteger a nuestros adultos mayores?
Yo creo que se requieren mayores acciones focalizadas por parte de los municipios y el Gobierno del Estado. Por la pandemia se dejaron de hacer los clubes del adulto mayor, verbenas y fiestas, lecturas de la Biblia, misas y así los espacios de sociabilización se fueron reduciendo para los adultos mayores. Habrá que pensar alternativas para poder llevarles a las comunidades actividades con acciones particulares que permitan no salir de sus casas, pero que ellos también sientan que no están encerrados.
De acuerdo con el Coespo, este año Yucatán tiene 265,160 adultos de 60 años o más, que son el 11.7% del total de habitantes, y en 2030 ese número pasará a 373,272. Serán cien mil personas más. ¿Qué falta desde las políticas públicas, adónde se debería apuntar con urgencia?
Desde mi punto de vista el futuro de la ancianidad no se ha tomado en cuenta con la responsabilidad que espera este crecimiento demográfico en ninguno de los tres niveles de gobierno. Todas las medidas son paliativas, vienen a resolver un problema inmediato, pero no se planea el futuro. Hace falta ver a la vejez con una perspectiva de envejecimiento, urge preparar a las nuevas generaciones para el futuro, hacer políticas públicas de prevención de la salud para un envejecimiento activo, saludable y responsable. No existe perspectiva de envejecimiento en políticas públicas, no se ha incorporado una Secretaría de Envejecimiento -para darte un ejemplo- y es necesario asignar recursos para prevenir el futuro, hacer a los jóvenes responsables de una vida saludable y de un conocimiento financiero desde los 30 años.
Hablamos de qué te deja esta investigación desde lo que falta… ¿Qué te deja desde lo emocional?
La investigación sirve para generar esta información y darnos cuenta de que los ancianos –sobre todo la gente mayor maya que no tuvo oportunidades en su momento- ahora depende forzosamente del apoyo del Gobierno Federal en tiempos de pandemia. Porque su familia amortigua a pedacitos con ciertas transferencias en la medida que pueden. Sin embargo, eso no significa que ellos no sean felices y en ese sentido me he encontrado con la maravilla de verlos en paz con su entorno y no alcanzan a ver su vulnerabilidad. Viven vinculados con la naturaleza, aman bajar sus chinas, cuidar sus animales de patio y siguen siendo personas felices. Eso me ha alimentado personalmente y me mostró que la vida sigue al final de la vida. Hay mujeres adultas mayores que me han inyectado una esperanza, me han dado una lección y eso es lo que más rescato.
Todos vamos a llegar a viejos…. Desde la cultura, desde nuestra forma de pensar como sociedad ¿Qué nos falta aprender?
Nos falta aprender desde la niñez que envejecer es un proceso natural y la muerte es parte de la vida. Tenemos un comportamiento encontrado con la muerte: Por lado nos burlamos de ella, hacemos grandes fiestas para Día de Muertos, pero también le tenemos mucho miedo a la muerte. Y lo podemos observar en la falta de una cultura preventiva financiera, no pensamos en el seguro médico, creemos que el Seguro Social nos va a cuidar y en esta pandemia descubrimos la fragilidad de todo este sistema. Debemos cambiar esta cultura donde dejamos al futuro la vejez y la política pública tiene mucha responsabilidad para que, desde la niñez, tengamos el autocuidado de la vejez.
¿Cómo vemos a nuestros viejos?
Tenemos que recuperar el respeto a esa parte de la vida que antes se veneraba y ahora la aislamos. Tenemos que ver a los adultos mayores como la población que ya cumplió su función, pero sigue transfiriendo a su descendencia, ya sea propiedades, permisos para construir en sus terrenos, las abuelitas siguen cuidando nietos y hasta transfieren recursos, sobre todo ahora en pandemia con el desempleo que existe. Hay que revalorar el papel de los abuelos y también hacernos responsables de nuestro futuro.
Danos un mensaje
La vejez es la mejor etapa de la vida y por eso hay que cuidarla, por los que son viejos ahora y los que vamos a ser viejos después.- Cecilia García Olivieri.