Gente pequeña haciendo cambios pequeños para salir de la crisis
Domingo Sudaca
Por @laflacadelamor
La palabra “crisis” viene del griego (krísis ‘decisión’, del verbo kríno ‘yo decido, separo, juzgo’). Designa el momento en que se produce un cambio muy marcado en algo o en una situación: Puede ser una enfermedad, en la naturaleza, en la vida de una persona, en la vida de una comunidad.
En principio, esta palabra no tiene un significado negativo. La crisis es el momento en que la rutina ha dejado de servirnos como guía y necesitamos optar por un camino y renunciar a otro.
En medio de una pandemia y sin vacuna a la vista para curarnos, estamos viviendo una “crisis” y es hora de un cambio de cabeza en todos. México está en una situación complicada respecto al nuevo coronavirus: Para esta semana no hay semáforo a nivel nacional por inconsistencias entre la información que tiene la Federación y los estados en cuento a la contingencia de cada lugar. A día de ayer existían 295,268 casos confirmados y 34,730 muertes por covid-19. Yucatán registra 6,117 positivos y 626 defunciones.
Las cosas no están bien, lo sé, lo sabes, lo sabemos todos. Y si todavía crees que este es un invento de los gobiernos y que el virus no existe, te cuento que hay contagiados y muertos que conocemos, todos a esta altura del partido ya tuvimos, en cierta forma, contacto con el nuevo coronavirus. Negarlo sería tapar el sol con el dedo.
Estamos en crisis nacional, estatal e individual, en todos los niveles, bah. Y es momento de hacer un cambio para bien. Sería fantástico vivir en un país y en un estado donde no exista la comorbilidad, que nadie padezca hipertensión, diabetes, obesidad o asma, pero la realidad es otra.
Estas enfermedades están con nosotros y las personas que las padecen pueden pasarla mucho peor si contrae el nuevo virus. Estigmatizarlos no sirve para nada en estos momentos: ayudarlos a que se cuiden mucho sí, esa es el camino a tomar ahora. Después de todo, que un estado o un país tenga alto número de comorbilidades, tampoco habla bien del sistema de salud del lugar, esa es una realidad.
La economía está para atrás, otra situación que nos golpea feo. Hay gente que tiene que salir en medio de la pandemia a darle de comer a su familia. No existe en México el seguro de desempleo y los trabajos informales superan el 50% a nivel nacional: las políticas públicas para ayudar a esta gente brillan por su ausencia. Quedarse en sus casas es imposible para muchos porque hay que llevar el pan a la mesa.
Como si estuviéramos en un partido de fútbol, la pandemia nos agarró en “outside” a todos, lo que preocupa tremendamente es que los que estén “fuera de área de juego” sean los gobernantes. Frenar esta pandemia depende de nosotros, claro, pero la responsabilidad que tienen los gobiernos está por encima de la nuestra, sobre todo en democracia.
¿Qué hacemos entonces? La crisis ya está acá y hay que optar por el mejor camino hasta que exista una vacuna. Cuidarte, cuidarlos, cuidarnos es lo que nos queda a nosotros como ciudadanos, es lo que está en nuestras manos a pesar de las pocas neuronas que puedan quedarnos en funcionamiento luego de más de cien días de cuarentena y distanciamiento social.
Hacemos lo que está al alcance de cada uno hoy día, eso mismo. Sé que el encierro quema la cabeza, pero otra no queda por ahora. No será para siempre aunque sientas incertidumbre, pero hoy por hoy lo mejor es cuidarte y cuidar a los tuyos, quedarte en casa, evitar reuniones, salir lo mínimo e indispensable, tomar precauciones si andas en la calle o en transporte público, usar cubrebocas, mantener la sana distancia y la higiene constante, COMER SANO, hidratarte bien, ver una peli, escuchar música, hablar con la gente querida a la distancia y pensar que lo mejor va a llegar.
La situación no está hoy en día para esperar que “nos cuiden”, un ejemplo son los hospitales llenos. Esta crisis nacional es también individual y desde ahí podemos contribuir todos, en chiquito, con el cambio. Que vamos a salir, no hay dudas.
Como decía el escritor Eduardo Galeano: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.
Y que mañana sea un día mejor para todos.
(La ilustración de portada es parte de un mural del graffitero yucateco Datoer).