Columna Butaca Alta
Por Roberto Acevedo Acosta

Ganar puede ser el resultado de un trabajo en equipo, individual y planeado. Ganar puede ser obra de la casualidad, suerte e incluso se puede ganar sin merecerlo. Lo que no está en discusión es el hecho que ganar hace que todo sea más fácil o llevadero, sobre todo en los deportes.

Ganar en términos deportivos es el máximo objetivo. Es por lo que trabajas horas, es por lo que te “matas”, es por lo que te pagan como deportista de alto rendimiento. Es la razón por la cual existe el deporte. Porque quieran o no siempre habrá un ganador.

Entonces qué pasa cuando todo está a tu favor para levantarte con la victoria y no pasa así… Y se te viene la noche.

Una vez más, como ha sucedido en los últimos 23 años, un equipo de la historia y peso como Cruz Azul volvió a fallar a la hora “buena” pero a diferencia de otras ocasiones, ésta última tal vez haya sido la peor de todas.

El escenario era inmejorable. Se jugaba el pase a la final del torneo de la Liga Mx. En el partido de ida Cruz Azul había ganado 4-0 a los Pumas y solo bastaba defender ese marcador para llegar a una nueva final y tener la posibilidad de quitarse de encima 23 años de burlas, porque si algo ha caracterizado a éste equipo en los últimos tiempos ha sido su gran capacidad para no ganar cuando todo está a su favor para que pase lo contrario.

Ya todos sabemos que de nueva cuenta y contra pronóstico Cruz Azul volvió a perder y quedó eliminado, una vez más.

No me puedo imaginar el impacto que tiene en la afición o en los jugadores una situación así, pero así es el deporte.

Ojalá que los elementos de la “máquina” tengan la fortaleza mental para saber recuperarse. Ojalá que la afición azul tenga el amor y ánimo para seguir creyendo en un equipo con los antecedentes del Cruz Azul.

Porque si bien es cierto que el objetivo final de cualquier deporte es ganar, el no hacerlo te expone a la crítica implacable de los medios y afición, siempre el mismo deporte te da revanchas ya que nada es para siempre. Ni las victorias, ni las derrotas.

Casó contrario, e irónicamente pasó el mismo día en que Cruz Azul volvió a caer, el mexicano Sergio “Checo” Pérez ganó por primera vez una carrera de Fórmula Uno. El Gran Premio de Baréin.

Y lo hizo de una manera espectacular ya que después de una salida complicada por la cual fue enviado a los últimos sitios de la carrera, con base en su talento pudo remontar una gran cantidad de lugares para poder obtener su primer podium.

El piloto mexicano tardó 10 años en ganar su primera carrera. No sabemos si será la última porque a pesar de ser un conductor con talento probado, no hay en estos momentos garantías para que regrese el próximo año a competir a la máxima categoría del automovilismo.

A una fecha para que termine el campeonato 2020, la carrera de Sergio Pérez siempre se ha caracterizado por ir contracorriente en equipos que no han sido protagonistas de la Fórmula Uno y a pesar de todos los inconvenientes que se han presentado el trabajo del nacido en Guadalajara, Jalisco ya rindió frutos.

Independiente del futuro del piloto nadie le puede quitar el sabor del triunfo. Nadie le puede quitar el hecho de que ganó demostrando que el esfuerzo de años tiene recompensas.

Ojalá que en Cruz Azul inviten a dar una platica motivacional a Sergio Pérez para ver si así encuentran la manera de ganar.

Robacev@outlook.com