“Fue como que alguien me tendió la mano para que no muriera”
Los hombres también lloran y mucho. Y los hombres creyentes y devotos de la Virgen de Guadalupe, lloran y agradecen los milagros que la Santa Patrona hizo en sus vidas. Hoy conocimos a dos yucatecos que nos conmovieron con sus historias y en vísperas del 12 de diciembre te las compartimos:
“¿Usted cree en los milagros? Pues ante usted, tiene uno”, me dijo Mariano Argáez, oriundo de Dzoncahuih y cuidador de una imagen de la Virgen de Guadalupe. Estaba sentado en el parque de San Cristóbal, enfrentito a la iglesia de la Santa Patrona quien, en dos días será celebrada por todos los yucatecos y mexicanos. La plática con Mariano fluyó fácil, sincera y con lágrimas y, aunque no nos conocíamos, nos despedimos con un abrazo.
Es casi el mediodía, el sol pega fuerte en vísperas del invierno yucateco y Mariano está sentado en un banco verde junto a la imagen de la Virgen de Guadalupe, es su cuidador. La Guadalupana de poco más de un metro está toda envuelta en nylon y la atraviesa dos líneas fosforescentes verdes y trae escrito: “XCOPTEIL-CDMX”. Mariano de Dzoncahuich es creyente, guadalupano hasta la médula, y cuida la imagen de Lucio Pat, otro yucateco que acaba de llegar de CDMX en bicicleta, después de 13 días de puro pedaleo.
Mariano y Lucio no se conocían hasta hoy. Mario desayunaba una torta en el parque de San Cristóbal cuando llegó Lucio –oriundo de Xcopteil- en su bici de CDMX, con una promesa a la Guadalupana recién cumplida. El hombre de 40 años de Xcopteil se sentó a descansar y Mario se acercó a él y se pusieron a platicar. Los dos se consideran un milagro vivo de la Virgen de Guadalupe y nos cuentan sus historias.
Apenas comienza a platicar, al hombre de Dzoncahuich se le inundan los ojos de lágrimas. Y le saltan de los ojos que se le ponen rojos y el líquido salado le llega al cubrebocas. Mariano se saca las lágrimas, toma aire y cuenta:
“Hace 20 años, en diciembre de 2001, yo sufrí una desgracia… No, más bien viví un milagro. Estaba trabajando en construcción cuando caí de un segundo nivel. Pasaron 20 años y todavía no me explico qué ocurrió porque yo caí de espaldas, pero llegué al suelo agachado, como un gato. Le juro que no me lastimé, no me desmayé, no me pasó nada de nada…”, asegura y llora.
Y pone una mano sobre la cabeza de la imagen de la Virgen de Guadalupe y otra sobre su pecho. Y continúa: “No sé qué pasó, pero cuando caía al vacío, fue como que alguien me tendió la mano para que no muriera”, asegura, emocionado.
Desde entonces, Mariano es el representante en Dzoncahuich de los antorchistas “Los Hijos de Lupita”, una agrupación integrada por chicos y grandes (“hay hasta adultos mayores), que desde hace 18 años pelegrinan para agradecerle a la Virgen de Guadalupe. “Toda mi fe la tengo aquí, en mi corazón”, y se golpea el pecho emocionado. Mañana salen de Dzoncahuich para Uxmal en bicicleta y regresan el 12 para la misa de 7 pm, en su comunidad. Este año Mariano le pide a la Virgen salud para todos y vida para sus seres queridos y agradece que la Santa Patrona haya escuchado sus ruegos para que su sobrina, que quería ser mamá, ya espera a su bebé para febrero próximo.
Mientras platicábamos con Mariano llegó Lucio, el hombre de Xcopteil que pedaleó desde CDMX a Mérida. Había ido a comprar un repuesto para la bici y Mariano, sin conocerlo hasta hoy, le cuidaba la bicicleta y la imagen de la Virgen.
Lucio es panadero en su comunidad y nos cuenta que hace siete años enfermó gravemente de los riñones. “Los médicos me habían deshausiado yo le pedí a la Virgen de Guadalupe que me ayudara. Y con mi fe salí adelante y la situación de mi enfermedad se revirtió totalmente. Hoy día ya no hace falta que tome medicación y mis riñones están perfectos”, asegura Lucio, emocionado.
El hombre de Xcopteil salió de la Basílica en CDMX en bici el 26 de noviembre y hoy llegó al Parque de San Cristóbal, donde se encontró con su nuevo amigo –y ahora hermano de milagro- Mariano. Hoy regresan los dos a sus pueblos, con las almas felices y tranquilas. Y más creyentes que nunca.- Cecilia García Olivieri.