“Es un desafío enseñar mi oficio porque se aprende directo al ruedo”
PRIVILEGIO es una palabra que Nicolasa Cen menciona muchas veces en esta entrevista. Porque ella siente que ser partera tradicional -un oficio que ejerce desde hace más de 40 años- le cambió la vida para bien. Y como esta noble profesión de traer vida sigue prosperando, hoy en el “Día del Docente” en Sumario Yucatán celebramos el “privilegio“ que siente Nicolasa de poder enseñar a nuevas generaciones de parteras, pasen y lean:
Ella no está en un aula enseñando. El oficio que aprendió a los nueve años cuando ayudó por primera vez a su abuelita a traer a un bebé al mundo, está lejos de la estructura de un salón de clases… Porque se ejerce en los hogares donde ocurren los partos, donde NACE VIDA.
Nicolasa Cen Manrique, oriunda de Chapab de las Flores y radicada hace 48 años en la comisaría meridana de Komchén, dice una y mil veces en esta entrevista que tiene el PRIVILEGIO de traer vida y también de enseñar a hacerlo para que el noble y maravilloso oficio de ser partera tradicional siga transcendiendo en Yucatán, donde cientos de mujeres –sobre todo en el interior del estado- lo ejercen.
Por eso hoy, en el Día del Docente, Doña Nico en nuestra homenajeada protagonista. Sin mujeres como ella que enseñen el parto tradicional, que compartan sus conocimientos de generación en generación, todo se perdería y ella es muestra fiel de que este oficio sigue más vivo que nunca. Desde hace 35 años y a la fecha ha traído a 411 bebés al mundo y no para de aprender y actualizarse.
Pasen, lean y contacten a Nicolasa para sus servicios de partera tradicional y huesera (les dejo su contacto al final de la nota), con 73 años sigue súper activa y siempre con aprendices para que el parto tradicional trascienda tiempo y espacio.
Defínete en pocas palabras ¿Quién es Nicolasa?
Nicolasa es la mujer que no pudo estudiar de chica, que no tuvo el privilegio de ir a la escuela pero que, pese a eso, es una persona que se ha superado siempre a base de esfuerzo, de romperse el lomo trabajando.
¿Qué es para ti ser partera tradicional?
Empecé a acompañar a mi abuelita a los partos cuando tenía nueve años. Para mí ser partera tradicional es un deber y un privilegio el que tengo de traer bebés al mundo, de que nazcan bien y que los recién nacidos y las mamás estén perfectos. Yo siento que es un privilegio para mi y si tuviera la oportunidad de estudiar medicina a mis 73 años y con todo lo que he aprendido, sería más perfecta para atender partos.
¿Qué te enseñó este noble oficio de traer vida?
Aprendí mucho y me capacito siempre. Lo que me enseña este oficio es que te tiene que gustar mucho lo que haces porque si esto no es así, te vas a fastidiar y vas a hacer mal tu trabajo. A mi me gusta mucho lo que hago y siento que es un privilegio, por eso cada día trato de hacerlo mejor, de superarme.
En una entrevista el año pasado me dijiste: “Me quedo tranquila porque hay descendencia de parteras” ¿Cómo estamos hoy al respecto?
Siento lo mismo, estoy tranquila porque hay descendencia de parteras. Yo empiezo enseñándoles a las personas de mi familia, a mis hijas Martha Beatriz, María José y también a mi hija Melisa Lety. Hasta mi hijo Robert Alberto quiere aprender y es bueno que aprendan los hombres también este oficio. Después les enseño a todas las personas que quieran acercarse y lo hago desde hace años. Ahora estoy con dos norteamericanas –son doulas ellas- que vinieron a aprender conmigo. Y me escriben de otras partes del mundo también… A mi no me importa de dónde sean, siempre y cuando quieran aprender.
Ser partera tradicional no se aprende en un salón de clases, tú lo enseñas “in situ”, en la misma sobada de panza o en el parto ¿Cómo es ser maestra de esta forma?
Es un desafío porque se enseña en el momento de mismo parto, es directo al ruedo. Hay que tener mucha atención en todo lo que ocurre y la persona que está aprendiendo también debe sentirse atenta y tranquila para poder concentrarse mucho y para poder darle contención a la mamá que está en labor de parto. Hay mucho entusiasmo por aprender, eso es lo que noto en las personas que se acercan a mi para que les enseñe. A mi me hubiera gustado que me enseñen así.
¿Te parece que deberían enseñar a nivel de salud pública el oficio de partera tradicional?
Las parteras tradicionales recibimos cursos de la Secretaría de Salud, pero no existe la enseñanza en sí por parte del Gobierno del Estado o del Gobierno Federal. Cuando nos dan los cursos, nos regalan equipamiento e insumos para los partos, pero no alcanzan. Yo puedo comprarlos, pero hay otras parteras que no lo pueden hacer. Sería perfecto que hubieran cursos para todas las que quieran aprender y yo podría ser la maestra, con un sueldo por enseñar. Esto ayudaría a promover más el parto tradicional.
Danos un mensaje sobre enseñar
¿Sabes qué me gustaría? Que las muchachitas y muchachitos que hoy se tiran a las drogas y otras cosas que no les sirven, tengan el privilegio de aprender este oficio de la partería para que vean y sientan otras cosas de la vida y tengan un despertar de conciencia. Para mi, como te dije, es un privilegio enseñar. Y también me gustaría que más hombres presencien el parto de sus hijos, porque les cambia la vida para bien. También me gustaría dar un curso de primeros auxilios en Komchén porque siempre es necesario estar preparados ante cualquier accidente, hasta para ayudar a alguien que se le queda el pie en los rayos de la bicicleta. Para estos casos, yo siempre ando con una tenaza y un martillo para ayudar a la gente.- Cecilia García Olivieri.