Emociones y sentimientos encontrados en Toy Story 4
Columna Domingo Sudaca
Por @laflacadelamor
Imposible hacer la vista gorda, zigzaguear al recuerdo y no traer a la memoria ahorita al Andy de Toy Story 3, despidiéndose de sus amigos de la infancia para que ahora la pequeña Bonnie pueda disfrutar de ellos (y ellos de ella, claro…) ¿Se acuerdan? Sí, lloren emocionados.
Bueno, Toy Story 4 sigue ahí, donde la dejamos. Emociona de entrada, están todos los personajes de siempre, algunos nuevos, reaparecen otros que creíamos olvidados y Woody, el querido Woody, sigue siendo el personaje principal por sobre todas las cosas. Toy Story 4 es Woody de cabo a rabo.
Ya todos sabemos que aparece un personaje nuevo que se llama “Forky”, un tenedor que Bonnie arma y decora en su clase de adaptación de kínder (le pone ojitos, boca, pies, bracitos y un “Bonnie” en los pies) y así se convierte, de golpe, en su mejor y contenedor amigo.
El detalle es que Forky no se considera un juguete y trata de huir todo el tiempo hacia la “basura”, su lugar cálido y feliz. Y ahí aparece el buen y viejo Woody para evitarlo y que regrese con Bonnie para que la haga feliz. Y él sea feliz también, por qué no.
Toy Story 4 vuelve a hablar de escapatorias, juguetes perdidos y rescates monumentales. Tiene un aire de “feria de pueblo”, huele un poco a “casa de antigüedades” y tiene también tristeza y nostalgia de juguetes antiguos, reaparecidos y de porcelana.
Decíamos que el sheriff sigue siendo el personaje principal de la historia y no abandona su rol durante los 109 minutos de la película. Woody es el líder, aunque Bonnie le quite su estrellita y se la dé a Jessie. Terco como siempre, el vaquero “desestrellado” antepone a “su niño/a” –Andy en el recuerdo, Bonnie en la actualidad- por sobre todas las cosas porque cree fehacientemente que para eso vive este muñeco de los años 50’s en el nuevo milenio.
Y reaparece Betty o Bo Peep, la pastorcita que vivía con sus tres ovejas y era el juguete de Molly, la hermanita de Andy. De su look campesino le quedó poco y nada: Bo Peep es una muñeca sin niño/a que ahora vive libre y empoderada en los alrededores de una feria de pueblo con otros juguetes en la misma situación. Sin decirlo, sabemos que pasó por muchas historias desde la última vez que vio a Woody, pero ahora está de regreso con todo el “Girl Power”.
Bo Peep ayuda a Woody a rescatar a Forky de una tienda de antigüedades, habitada por Gabby Gabby, una muñeca de porcelana de la misma generación de Woody, quien anhela tener la “voz” de Woody (ella vino fallada de fábrica y no suena bien cuando tiran de su cordel) para que alguna niña (una en especial) la quiera. La secundan unos muñecos de ventrílocuos tenebrosos, que no hablan y caminan como zombies, todos torcidos. Mieda.
Toy Story 4 funciona matemáticamente en su guion y el desenlace de persecuciones mezcladas con peligro, llegan siempre a buen puerto. Para ello es importante la participación de un juguete nuevo (aunque antiguo) llamado Duke Caboom, otro “olvidado” por su niño que viene a poner su granito de arena a la historia de manera magistral. Este motociclista canadiense acróbata logra romper sus miedos y triunfar.
No me olvidé de Buzz, él también participa en toda la secuencia de rescate escuchando en todo momento su “voz interior”, que lo lleva a hacer locura y media. Buzz ayuda a Woody pero su rol no es protagónico, es de amigo fiel que acompaña al éxito.
Podría hablarles también de la corrección política de la película, con varios guiños durante todo el film, pero ustedes ya los van a ver y notar. Uno ya lo mencioné y tiene que ver con la aparición de Betty totalmente empoderada. Hay otros y no falta quienes critican a nivel mundial que se quedaron cortos o que no estaban bien expresados… Ahí siento que es cuando todo se va al carajo y me da mucha hueva que un filme infantil se convierta en una discusión de adultos políticamente correctos, así que no ahondaré en detalles. Siento que no vale la pena.
Fui con mis hijos a verla. A ellos les encantó, cada quien a su forma y a su modo. Yo me quedé con un sabor triste en la boca y hubiese preferido otro final, el tema es que no sé cuál, francamente. Me quedé con la sensación de no saber si Woody tomó o no la decisión correcta. Mis hijos dicen que sí, están segurísimos y todos sabemos que los chicos siempre dicen la verdad.
¿Si habrá Toy Story 5? No tengo la más pálida idea, todavía no terminé de procesar esta última. Dénme chance.