El trabajo dignifica
“EL TRABAJO DIGNIFICA”, coinciden hoy cinco trabajadores entrevistados en el “Día del Trabajo”, mientras chambean como cualquier día de la semana. Son yucatecos y no hay celebración que los detenga. Conócelos, en cada foto te contamos un poco de su historia:

“Por no tener estudios me dediqué desde chavo a la construcción. Aquí se chambea de lunes a sábado para mantener a la familia. Es un trabajo peligroso y me gustaría que mis hijos estudien para que no se dediquen a esto. El trabajo sí dignifica, porque te da la oportunidad de llevarle el sustento a los tuyos”.
Alfredo Núñez, trabajador del a construcción.

“En México nos han malacostumbrado. Los gobiernos les dan dinero a la gente y no trabajo para manipulearlos, por eso estamos como estamos. Yo era de Baca y mi papá sembraba henequén. Cuando apareció Cordemex acabó con nuestra siembra, así que me vine a Mérida. Ahora me levanto 3:30 am para vender diarios y revistas, regreso a casa, descanso y a las 2 pm entro a trabajar a una recicladora. El trabajo dignifica, claro. Yo tengo 60 años y no los aparento porque estoy siempre activo desde los seis años, cuando mi papá nos llevaba a trabajar al campo”.
Mario Herrera Poot, voceador y trabajador en una fábrica

“Estudié Turismo y desde hace ocho años me dedico a la hotelería y estoy muy contenta con mi trabajo. Estoy en la recepción del Hotel y mi trabajo es lindo y estresante a la vez, porque así es tratar con gente. Sin embargo siempre termina siendo gratificante. Mi trabajo me dignifica porque me hace sentir útil y porque no tener dinero para vivir debe ser desesperante. Hoy trabajo como un día cualquiera y me pagan incentivos”.
Nancy Aké, recepcionista del hotel Hyatt.

“Trabajo siempre, sobre todo cuando hay eventos masivos, esa es una buena oportunidad para ganar más dinero. Tengo un patrón que me da los kibis para vender y yo gano mi comisión. El trabajo dignifica y no tenerlo deprime. Con mi chamba me mantengo y ayudo también a mi madre”.
Jesús Sánchez, kibero.

“Elegí una profesión que me relaciona con muchas personas y eso me impulsa a trabajar con calidad para que todos se vayan sanos y contentos. Mi trabajo dignifica, me hace sentir digno y orgulloso de lo que hago. Hoy trabajo como cualquier día porque el dolor, las molestias y las infecciones no descansan ni escogen días para aparecer”.
Ramón Perera, odontólogo.
