El legado de una leyenda
Columna: Butaca Alta
Por Roberto Acevedo Acosta
A todos tomó por sorpresa la muerte de la estrella de la NBA Kobe Bryant, quien a los 41 años falleció junto con otras ocho personas -incluida su hija Giana Bryant de 13 años- al estrellarse el helicóptero donde viajaba el pasado 26 de enero.
Mucha gente no lo podía creer y al darse a conocer la noticia a nivel mundial se generó un fenómeno que no se había visto nunca: la solidaridad y condolencias de muchos deportistas profesionales ajenos al mundo del básquetbol. Gente como Lionel Messi, Saúl “Canelo” Álvarez y Tom Brady fueron algunos de las muchas estrellas que se volcaron a las redes sociales para expresar sus condolencias.
Kobe Bryant será recordado no sólo por sus números y campeonatos vistiendo el jersey de los Lakers de Los Ángeles, sino por el carisma que le ganó amistades en otros deportes, especialmente en el fútbol soccer donde gozaba del afecto de muchas estrellas que juegan en Europa.
Parte de sus niñez y juventud las vivió en Italia al grado que le tocó ver jugar al Milán de Marco Van Basten, Ruud Gullit y Frank Rijkaard. Incluso muchas veces llegó a decir que gracias al fútbol pudo desarrollar su básquetbol, ya que se fijaba en la manera de moverse en el campo de juego. Equipos como el Barcelona, Milán y Real Madrid expresaron su tristeza al enterarse de la noticia.
Kobe hablaba perfectamente el italiano y el español y siempre se mostró abierto para hablar en entrevistas en estos dos idiomas.
Muchos lo recordamos porque en más de una ocasión manifestó que la única manera de llegar al éxito era con el trabajo diario.
En la NBA se sabía que una vez terminada la temporada muchos jugadores se iban de vacaciones. Kobe aprovechaba el tiempo en practicar y practicar, lo que le valió el reconocimiento por su dedicación y profesionalismo de estrellas de la talla de Michael Jordan, “Magic” Johnson y Shaquille O’Neal.
“No basta el talento para llegar a la cumbre. Tienes que estar consciente que sólo se llega hasta arriba trabajando” Llegó a decir el nacido en Philadelphia en 1978.
En sus 20 años que jugó básquetbol profesional, Kobe sólo lo hizo con la playera de los Lakers, algo que casi ya no se ve en estos días: la lealtad de un jugador a una institución.
Ese amor al jersey es reconocido por los miles de aficionados al básquetbol que están solicitando a la liga que sea la figura de Kobe la que esté bordada en la imagen oficial de la NBA.
Sin duda ya no se verán jugadores como Kobe quien además, fuera de la duela, impulsó el juego de básquetbol entre los jóvenes por medio de una academia patrocinada por él.
Lo vamos a extrañar. Su juego y su manera de ser.
Descanse en Paz.