“El cáncer me enseñó a pensarme más fuerte”
En un enorme abanico de diversidad se presenta la maternidad ante nuestros ojos y hoy Yucatán la celebra. Mamás de panza, mamás de corazón, mamás solteras, viudas, mamás múltiples y mamás de nenés con cáncer también. Hoy, Noemy, con el corazón en la mano, nos cuenta su historia de maternidad como progenitora de Kyan, un chico hermoso e inteligente que el lunes cumple cuatro y pone lo mejor de sí para curarse. Pasen y lean:
La maternidad se presentó ante Noemy con emoción y felicidad, así la recuerda el día que parió a Dashiel, hace siete años atrás, en su natal Peto. Casi cuatro años después, llegó a su vida Kyan, su nené más chiquito y quien le mostró otro lado de la maternidad: de amor incondicional y también de diagnósticos, estudios médicos, hospitalizaciones y una frase que Noemy ni ninguna mamá o papá quieren escuchar: “Tu hijo tiene cáncer”.
Noemy es mamá de Kyan, quien el lunes celebra la vida con cuatro flamantes añitos. Hace un año y casi dos meses, el diagnóstico de cáncer de Kyan llegó como un tsunami a sus vidas y ella no lo creía, lo negaba de principio a fin. Pero la tomografía decía que Kyan tenía que ser intervenido quirúrgicamente para quitarle un tumor en la cabeza y así se hizo… Y el tumor se fue y la vida de Noemy cambió para siempre.
Hoy Noemy y Kyan están en Amanc AC, esta asociación yucateca amorosa que hace más de 20 años brinda atención integral gratuita a nenés con cáncer y a sus familias. En sus nuevas instalaciones muy cerquita del Hospital O’Horán donde se atiende Kyan, Noemy platica conmigo sobre cómo cambió su vida, sus prioridades y cómo creció el amor que siente como mamá. Y nos pide más empatía a todas y todos… Pasen y lean:
Defínete en pocas palabras, como si fuera un tweet o la bio de una red social ¿Quién es Noemy?
Noemy es una mamá que lucha para sacar adelante a sus hijos. Soy platicadora, me llevo bien con todos y sin problemas. El cáncer de Kyan es algo que no esperábamos en nuestras vidas y pasamos muchas cosas… Sin embargo, también soy una mujer de fe y sé que Dios no nos deja, siempre está con nosotros y de eso estoy segura.
¿Siempre quisiste ser mamá o no era una prioridad en tu vida?
Siempre quise ser mamá, desde que era una niña.
¿Qué te pasó y cómo te sentiste el día que te convertiste en mamá?
(Se emociona con el recuerdo) Fue todo muy emocionante y fui muy feliz. Dashiel es el hermano mayor de Kyan y nació hace siete años. Empecé con trabajo de parto a las 8 am y a las 11 am ya había nacido. Me lo dieron en los brazos y no podía creer lo bonito que era… Un bebé hermoso.
Ahora hablemos del más chiquito ¿Qué es Kyan en tu vida?
Es todo para mí, él me da felicidad con sus logros, me da fuerzas cuando siento que ya no puedo y también me da paz.
¿Qué pasó el día del diagnóstico de cáncer de Kyan?
Fue el 31 de marzo del año pasado. Kyan hacía tiempo que tenía calenturas, infección en el oído y ya habíamos visto a varios pediatras. Hasta que le hicieron una tomografía y ahí me dieron una cita con un oncólogo en el Hospital O’Horán. Yo ni sabía qué era un oncólogo y me explicaron que era un especialista que veía casos de cáncer y no, yo no lo podía creer, no podía entender que estuviéramos pasando por eso.
¿Qué sentiste?
No podía aceptar el diagnóstico de Kyan, no lo creía. Kyan tenía un tumor en la cabeza y me explicaron que le harían una biopsia. Al final, cuando lo operaron, lograron quitarle todo el tumor y aunque tuvo algunas complicaciones, logró salir adelante y empezamos con la quimioterapia. Ahora esperamos una nueva cirugía, que será más grande, más importante.
Eres la misma a partir del día del diagnóstico ¿Por qué?
Soy diferente, sin ninguna duda. Quedarme en el área de oncología del hospital fue como estar en otro mundo y ahí entendí la lucha que implica. Todo lo que vivimos desde el año pasado me hizo más fuerte y nunca sabes hasta dónde puedes llegar en fortaleza hasta que se te presenta una situación como la que estamos viviendo.
¿Cuáles son tus prioridades ahorita?
Valoro las cosas de otra forma… El año pasado estaba internado Kyan en oncología y, a mismo tiempo, fue ingresado Dashiel por un diagnóstico de apendicitis, fue algo muy complicado. Eso me hizo valorar la salud como nunca y que, por mucho o poco que tenga, tener a mis hijos conmigo es lo más importante.
¿Qué es lo más difícil de toda esta situación ahorita?
Hoy día lo que siento más difícil es cuando hay que ir al hospital y Kyan no quiere… El lunes cumple cuatro años y ya es consciente de lo que siente y le pasa cuando está allí y llora porque se niega a ir. Siempre lo convenzo y le explico que es para que se cure y él al final siempre lo entiende.
¿Cómo te puedes cuidar a ti misma, para estar bien con tu nené y para ayudar a tu nené?
Cuando ya no puedo más, me pongo a llorar y saco todo lo que tengo que sacar, porque tengo que seguir adelante por Kyan y por Dashiel. Mis hijos me dan ánimos, ellos son lo más importante.
¿Cómo te llevas con el entorno? ¿Cuán importante es en tu vida ahora?
Es importante porque te ayudan y te dan aliento para seguir adelante. Aquí en Amanc, donde nos quedamos y nos ayudan muchísimo cuando Kyan está en tratamiento, me siento muy contenida y apoyada. También es bueno compartir con otras mamás.
¿Qué te enseñó el cáncer?
Me enseñó a valorar la vida y cada momento. A veces nos quejamos de cosas que consideramos difíciles, pero que ni valen la pena. El cáncer también me enseñó a pensarme más fuerte.
¿Cómo está ahora Kyan y qué sigue?
Cada 21 días tiene quimioterapia y en breve tendrá una cirugía importante, en la que le van a reconstruir parte de la mandíbula que le quitaron junto con el tumor en la intervención del año pasado. Estamos ahora en ese momento del proceso.
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Valoren la vida de sus hijos y sepan que el dinero no lo es todo, porque hay cosas más importantes como la salud y los momentos que pasamos con nuestros hijos. Y ojalá que aprendamos a ser más empáticos entre todos.- Cecilia García Olivieri.