Doble moral
Butaca Alta
Por Roberto Acevedo
En cuestión de días, todos hemos sido testigos de cómo la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un grupo de policías en la ciudad de Minneapolis, Minnesota, ha desatado una ola de protestas que han cimbrado a la sociedad en los Estados Unidos.
Ha sido tal el impacto de las manifestaciones, que las ligas profesionales de deportes en los Estados Unidos se han expresado en contra del racismo de una manera como nunca antes vista, con declaraciones de sus principales directivos.
Es de llamar la atención las palabras de Roger Goodell, comisionado de la NFL ( futbol americano), quien condenó el racismo y manifestó que “ fue un error no haber escuchado antes a los jugadores acerca de este problema”.
Francamente los dichos de Goodell son a destiempo y muy fuera de lugar porque parece que ya se le olvidó que hace dos años la liga que él encabeza realizó un veto disfrazado a Colin Keapernick, ex mariscal de campo de los 49’s de San Francisco, quien fue borrado de NFL por su demostración de hincar la rodilla durante la entonación del himno de los Estados Unidos, como repudio al asesinato de personas de raza negra a manos de la policía, lo que la valió críticas del propio Donald Trump.
Me parece muy hipócrita que en este momento álgido los dueños de los equipos de NFL salgan a decir en voz de Goodell que están preocupados por el problema, cuando sabían desde hace mucho de ésta situación y su respuesta fue matar deportivamente hablando a Colin Keapernick, ya que nadie más le volvió a dar trabajo a un deportista con probada calidad.
Si la NFL pretende tener credibilidad, lo primero que deberían hacer es pedirle disculpas a Colin Keapernick, si no lo hacen todo este esfuerzo es para sencillamente hacer lo políticamente correcto y no quedar mal ente los jugadores de la propia liga, patrocinadores y los aficionados.
Históricamente el racismo tuvo en los deportes en los Estados Unidos una página oscura cuando no hace mucho la gente negra no era incluida en alguna actividad física por el color de su piel o lo hacían en una liga para gente de color.
Y cuando lograron tumbar esa barrera no recibían un trato igualitario en comparación de otros jugadores de raza blanca.
Al paso del tiempo los jugadores de raza negra han revolucionado los deportes en los que participan al grado que son mayoría y figuran en muchos de ellos, principalmente en el básquetbol y el fútbol americano.
Sin embargo el racismo en los deportes no es algo exclusivo de los Estados Unidos, basta con ver lo qué pasa en el fútbol a nivel mundial para entender ésta situación.
El racismo está a la orden del día y no es un asunto nuevo, sino que lleva mucho tiempo y no vayamos tan lejos, en Europa -principalmente en Italia y España- han ocurrido episodios muy lamentables donde “seudoaficionados” han ido desde: cánticos en contra de futbolistas de raza negra, hasta acciones como tirar plátanos a la cancha o imitar el sonido de primates.
Esta clase de agresiones ha sido repetidas también en diversas ligas latinoamericanas o del mundo entero.
Me viene a la mente el día en que el camerunés Samuel Eto’o, jugando para el Barcelona en un partido contra del Zaragoza, se salió de la cancha al momento de escuchar palabras racistas por parte de la afición del equipo contrario.
Hoy se habla de racismo en contra de la gente de raza negra como si fuera algo nuevo, pero insisto no es un asunto reciente y mucho menos exclusivo de una sola raza; porque si ampliamos la óptica ¿dónde queda la discriminación o racismo que sufren millones de latinos en los Estados Unidos por el color de su piel o por no hablar inglés?
Cómo olvidar el testimonio de Hugo Sánchez cuando recién llegó a España en los 80’s y algunos aficionados le gritaban: “ Indio, regrésate a tu país”.
Me parece que el tema del racismo hoy ocupa el ojo del huracán por lo sucedido con George Floyd, quien murió mientras era filmado, lo que le dio un gran impacto a su fallecimiento, pero si no hubiera habido una cámara tal vez nadie habría reaccionado como lo han hecho hasta hoy. Y su muerte se habría sumado a las ya varías que han pasado en los últimos años, y donde la mayoría de los policías fueron exonerados.
Sin duda el tema no es nuevo y no creo que sea la última vez que suceda.
La novedad puede ser que en este contexto de repudio a expresiones racistas, surjan iniciativas que ayuden a mejorar el trato a cualquier persona o jugador que pertenezca a una minoría en cualquier país.
Es de llamar la atención que es ahora cuando muchos actores de la sociedad, incluso empresas de renombre, expresan su malestar por esta situación pero casualmente antes no, y eso hace pensar que probablemente muchos lo hacen para no ser señalados como personas o entidades que no apoyan la lucha contra el racismo.
Hoy, muchas empresas relacionadas con el deporte hablan de apoyar la causa en contra del racismo, pero cuando hubo que apoyar la lucha de Colin Keapernick muchos no lo hicieron.
(En la imagen de portada, la rodilla de Kaepernick (centro) junto a dos compañeros, símbolo universal contra el racismo).