Dificultades
Butaca Alta
Por Roberto Acevedo Acosta
Vaya panorama, nada alentador, al que se enfrentan los atletas en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, pospuestos un año por la pandemia y que se celebran este verano de 2021.
Mas allá de las dificultades que encierra competir con las restricciones del COVID, está el hecho de que los japoneses no están de acuerdo con la realización de los juegos.
Ha sido tal el repudio de una gran mayoría de nipones, que incluso marcas patrocinadoras han contemplado retirar sus logos de los estadios y calles de Tokio, con tal de no generar más enojo.
Estas marcas por contrato van a perder millones de dólares, pero si pidieran algún tipo de indemnización al Comité Organizador, es tal el encono de los ciudadanos de Tokio, que muchos patrocinadores locales están dispuestos a perder dinero con tal de que la gente no rechace sus productos en un futuro.
Toyota, Panasonic, Net y Fujitsu son las compañías japonesas que están contra la pared porque al parecer nadie le dio mucha importancia al sentir de los ciudadanos. Muchos pensaron que en automático posponer los juegos significaría una aprobación incondicional del pueblo japonés, y que equivocados estaban.
Una primera reacción ante el malestar de los nipones fue prohibir la asistencia de público a los estadios. Pensaron que así se lograría calmar un poco los ánimos, pero para su mala fortuna en las últimas semanas se han incrementado el número de casos por COVID en Japón, lo que alimentó más el rechazo a las competencias.
El principal temor de los japoneses es que entre los competidores extranjeros existan portadores del virus, lo que aumentaría el nivel de riesgo a la población en general, esto a pesar de que se supone que todos los atletas participantes -así como sus delegaciones- debieron ser vacunados en tiempo y forma antes de pisar suelo nipón.
Y no están equivocados. A horas de comenzar los juegos en diferentes delegaciones se detectaron competidores con la presencia del virus. Incluso hay quien dice, o advierte, que si durante el transcurso de los Juegos Olímpicos el número de infectados aumenta, la cancelación de los mismos es una opción que sí contempla el gobierno de Japón.
Si de por si es muy poco alentador para los participantes competir con estadios vacíos, agréguenle el hecho de que el fantasma de una cancelación está en la mente de todos.
Estamos a nada de que lo que debería ser una fiesta internacional se convierta en una gran desilusión. A estas alturas no se sabe si es valentía o insensatez de las autoridades japonesas y del Comité Olímpico Internacional permitir los juegos.
Sin embargo, tiene que haber optimismo y esperanza, por parte de los aficionados, de que el gobierno de Japón controlaría un eventual brote entre atletas y delegaciones participantes.
Sin duda estos Juegos Olímpicos están marcados para ser los más históricos por el contexto que los envuelve. Esperamos que todo transcurra dentro de lo planeado y se cuente con las medidas necesarias para atender cualquier caso de COVID, por mínimo que sea.
En lo deportivo todo es una gran incógnita. Y no lo digo para restar méritos sino porque así es. Nadie tiene una idea clara de cómo se van a desarrollar los eventos con estadios y sedes vacíos, y cómo eso va afectar el rendimiento de los competidores.
Desde luego todos estamos a favor de que los Juegos Olímpicos sean un éxito, pero a pesar de todo hay dudas. La primera gran prueba será la ceremonia de inauguración.
No seamos tan exigentes y entendamos que si hubo alguna falla o cambio fue por motivos más allá del Comité Organizador.
Solo nos queda disfrutar los Juegos Olímpicos y que todo llegue a feliz término.