Desde el sur de Yucatán, un maestro genera cambios en pandemia
Con 39 años de experiencia en docencia, a Julio Sosa la pandemia le movió los esquemas para enseñar. Maestro de la Primaria Rogelio Chalé de Tekax -ubicada en una zona en situación de vulnerabilidad del municipio- este docente nos cuenta cómo se adapta a los nuevos métodos de enseñanza y, gracias al cariño enorme que siente por su oficio, los frutos se dan con creces. Conoce cómo aprenden los niños en el interior del estado en tiempos de covid-19
Arranquemos con números. Tiene 56 años y 39 como maestro de escuela primaria. Es yucateco –tekaxeño para ser específicos- y le pone todo el corazón, el cuerpo y el alma a su labor docente. Y en tiempos de pandemia no da paso sin huarache: Julio Sosa conoce perfectamente a sus alumnos de la Escuela Primaria “Rogelio Chalé” y se ha adaptado a estos tiempos locos de tecnología y virus inédito para “provocar cambios importantes y positivos”, como dice él, en sus alumnos de cuarto grado ¿Que si es fácil? Seguramente no, pero bien vale la pena intentarlo y lograr crecimiento sano en los alumnos, a pesar de la contingencia.
A julio lo conocimos porque en junio pasado su grupo de alumnos de la escuelita ganó el premio de la Asociación Educativa “Somos el Cambio” con el proyecto “Aluxes al Rescate”, que tuvo como premisa rescatar las tradiciones, costumbres y el patrimonio tangible e intangible de Tekax. Y ahora lo entrevistamos para que nos cuente cómo le hace para enseñar a la distancia ¿Es complicado? ¿Y si no hay internet? ¿Empatizan los chicos con este tipo de enseñanza? Aquí nos cuenta todo, entérate:
Antes que nada ¿Qué es para ti la educación?
Es provocar cambios importantes en cada uno de los individuos con un crecimiento emocional, social y de percepción de la realidad en donde vivimos. Es lograr que las personas sean tolerantes, autosuficientes y seguras de sí mismas.
39 años de experiencia docente es mucho y, además, eres antropólogo y guía de turismo ¿Cómo arrancaste con todo esto?
Empecé como maestro en una comunidad mazahua, en el Estado de México, como docente de primaria en 1981. Trabajé también en una zona otomí en las orillas del Distrito Federal y nueve años más en el Estado de México, mientras estudiaba Antropología. Cuando me recibí me dieron mi cambio a Yucatán y estoy en la Primaria Rogelio Chalé desde hace más de 20 años. Ahora, además de las clases, me dedico a la investigación antropológica y tengo una cooperativa de ecoturismo que se llama Chac Bolay.
¿Qué grado tienes ahora, arrancando el nuevo ciclo escolar en pandemia?
Yo daba clases a tercero de primaria sin embargo, a raíz de la contingencia, no pudimos terminar como corresponde el ciclo escolar anterior y con los maestros acordamos pasar con el mismo grupo al siguiente grado para no empezar de nuevo y porque ya conocemos el nivel y la capacidad de nuestros alumnos, además de que no hemos perdido contacto con ellos. Fue una buena decisión, realmente.Ahora tengo el mismo grupo que ya está en cuarto grado.
Hoy día se habla mucho de “clases por Zoom” u otras plataformas o clases de la SEP por la tele. Contextualízanos sobre la situación educativa y social de tus alumnos de la primaria Rogelio Chalé
La primaria se encuentra en la colonia Lázaro Cárdenas, una de las más marginadas y en situación de vulnerabilidad de Tekax. En mi grupo de cuarto grado hay 30 alumnos, 15 niñas y 15 niños. No tienen servicio de internet en sus casas y el cibercafé está cerrado por la pandemia. Sus papás o familiares tienen Whatsapp y sólo cuatro no tienen. Por Google Maps saqué las direcciones de todos y ya los visité a cada uno. Hay niños con problemas económicos y socioemocionales fuertes. Algunos tienen papás que trabajan todo el día y están sus abuelitos a cargo y realmente no tienen orientación para el tema de sus estudios y demás. Lo bueno es que con los maestros de la escuela hemos hecho un muy buen equipo y logramos enseñarles a pesar de lo que surja y la primaria realmente tiene muy buen prestigio en la comunidad.
Cuéntanos cómo le haces para enseñarles en pandemia
Nos dimos cuenta cuando empezó la pandemia el ciclo escolar pasado que el trabajo se podía centrar sólo en dos niveles: que vean la tele y que se trabaje a través de Whatsapp. Con el programa de la televisión de la SEP, los niños se aburrían y no entendían porque los ejercicios estaban desfazados y fue un caos. Entonces, para este ciclo, optamos por hacer un esquema de trabajo por whatsapp a través de un grupo que armé en el que yo les envío temas, actividades y materias por semana y marcados por fechas y ellos complementan con los libros de texto y la tele. También invertimos en unas guías en las que vienen las tareas y explicaciones de la SEP y ahí se apoyan para trabajar. Les toman fotos a las tareas y me las mandan por Whatsapp a mi número, así les hago una devolución personal.
¿Cómo te manejas con los niños que no tienen Whatsapp?
Ellos y sus familias saben que cada viernes voy a visitarlos a sus casas con fotocopias que tienen explicaciones de temas, ejercicios y tareas y aprovechamos también para hacer comprensión de texto y a revisar lo que ya hicieron.
Llevas muchos años en la docencia pero una pandemia no deja de ser algo inédito para todos ¿Cómo te acostumbraste a trabajar como lo haces ahora, en contingencia?
Me movió muchos los esquemas, sobre todo en adaptarme a la cuestión tecnológica. Aprendí a conocer bien el Whatsapp con todas sus ventajas para hacer mi trabajo, mandar mensajes, hacer vídeollamadas, enviar y recibir imágenes de trabajos, etc. Me metí bien a fondo en el tema para aprender y además la pandemia me ayudó a involucrarme más con los padres de familia para trabajar en equipo. Con este programa no avanzamos al 100%, pero ayuda lo suficiente para cuando volvamos a las clases presenciales. Ahora enseñamos lo más relevante y nos enfocamos mucho en la lectura de compresión porque es la pauta que nos da para entender todo.
Haz un balance de tus años de docencia y los cambios que viviste en estos 39 años
Cuando empecé como docente en la comunidad indígena realmente no nos habían enseñado nada sobre cuestiones étnicas y aunque yo hablo en un 80% la lengua maya, cuando llegué a la comunidad mazahua no conocía nada de sus usos y costumbres y el cambio fue terrible. En esa época no había controles ni supervisión de planeaciones ni los papás se involucraban en la educación de sus hijos. La figura del maestro era la de un líder: intocable y bien apreciada. Ahora se perdió esa imagen y las cosas han cambiado bastante. Si hago un balance, el cambio es positivo.
¿Por qué?
Porque a lo largo de los años recibí mucha capacitación sobre métodos de enseñanza y uno hoy día tienen sus propios métodos para escoger lo que te sirve para enseñar. Ahora se conoce más la manera en la que los niños perciben y aprenden de su entorno: hay niños visuales, otros más auditivos, otros aprenden más con el movimiento. Si descubrimos eso en nuestros alumnos, es más fácil planear hoy día clases más dinámicas y efectivas y así se aprovecha más el tiempo para aprender. Eso sin duda ha cambiado para bien.
Danos un menaje
Que nos sigamos cuidando de la pandemia porque esto no ha pasado y es un riesgo triste y doloroso si algún ser querido se enferma. Pero es pasajero y si hacemos las cosas correctamente, vamos a salir adelante, México va a salir adelante.- Cecilia García Olivieri.
(En la imagen de portada una niña que no tiene acceso a internet, recibe la visita del maestro Julio Sosa todos los viernes en su casa).